Pocas profecías en la Biblia son tan fascinantes para sus lectores como lo es el tema de la marca de la bestia. Al igual que con otros aspectos de profecías descritas en este libro, las teorías que intentan explicar esta marca abundan.
Esta intrigante y misteriosa marca es muy discutida, pero casi universalmente malentendida. Algunos creen que es un chip de computadora que es implantado en las frentes de las personas o en las manos derechas. Otros han pensado que era la suástica de Hitler y aún otros piensan que ha sido este o aquel programa gubernamental. A pesar de los infinitos sermones predicados y artículos escritos acerca de su posible significado, millones permanecen confundidos por ello.
Aunque casi nadie ha sabido o sospechado esto, usted aprenderá que la marca tiene mucho — de hecho, todo — qué ver con el tema de este libro. Pero antes de ver cómo, un importante antecedente debe ser traído a escena para colocar un fundamento de entendimiento sin el cual el lector se perdería.
Temida marca
Apocalipsis 14 ilustra a tres ángeles llevando tres mensajes (Apo. 14:6-11). Estos mensajes anuncian la caída de Babilonia a través de las siete últimas plagas y advierten contra recibir la “marca de la bestia”. Muchas profecías muestran que la mayoría — todos los que pertenezcan al venidero gran sistema falso de iglesia-estado — ¡ignorarán la advertencia, y serán engañados para recibirla! Las profecías que describen la marca son severas — ¡y horribles! Tristemente, la mayoría de predicadores se enfocan solamente en un pasaje para excluir los muchos otros acerca del tema. Leámoslo: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (Apo. 13:16-17).
Esta es una declaración crucial, porque habla de una especie de marca universal respaldada por autoridad en una manera que controla la habilidad de las personas de llevar a cabo asuntos normales de comercio (“comprar y vender”). Aquellos quienes no tienen la marca son aislados de los asuntos más rutinarios como comprar alimentos, bienes y servicios.
El poder comprar y vender bienes es ciertamente esencial — algo que todos necesitan poder hacer. Pero entienda. Esto no está hablando de si las tiendas o establecimientos estarán dispuestos a venderles bienes a las personas sin la marca, sino, en cambio, si las personas podrán ganarse la vida — a fin de tener un ingreso, si no lo tienen. La implicación del griego es que uno no podrá comprar o vender — no tendrá dinero a mano para hacerlo — ¡porque estará desempleado!
Así que, entonces, la “marca de la bestia” involucra la habilidad de obtener y mantener un empleo a fin de ganarse la vida.
Obviamente, entonces, millones la tendrán — y serán considerados deseables y atractivos, o de otra cuenta las masas no la buscarían y aceptarían.
Pero la marca será una trampa para aquellos quienes sean encantados por la superficie de su atractivo. Porque he aquí lo que les sucederá a todos aquellos quienes la reciban: “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de dios … y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas [copas], vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro… Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas [plagas] de la ira de dios. Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen” (Apo. 15:1, 6; 16:1-2).
¡Esto es serio! Terrible castigo caerá sobre todos los que hayan tomado esta marca. Aunque ellos hayan hecho esto sin intención, el resultado será el mismo — ¡horribles plagas sobre todos, incluyendo a usted o a mí, si tenemos esta marca!
Dios debe explicar que es la marca
Para obtener un cuadro completo de la marca de la bestia, debemos estudiar todos los versículos que le pertenecen. Hay muchos, y estudiar solamente unos pocos no revelará la verdad completa. Usar la imaginación y el razonamiento humano para inventar varias conclusiones absurdas — y alunas son verdaderamente ridículas — acerca de lo que la marca de la bestia puede ser, solamente sirve para engañar y confundir más a aquellos con interés en el tema.
Pregúntese: ¿Profetizaría Dios plagas sobre aquellos quienes reciben la marca y luego dejaría a la humanidad en la oscuridad respecto a qué es ésta? ¿Diría Él, en efecto: “Voy a enviar PLAGAS terribles, horribles — que causen le muerte de millones — sobre aquellos quienes reciban la marca de la bestia, pero no les diré qué es o cómo evitarla — a fin que ustedes puedan escapar”?
Comprenda este punto vital. Los hombres no pueden revelar el significado ni explicar la marca — solamente Dios puede. La clara realidad es que Él debe hacer esto — ¡y Él sí nos dice con claridad exactamente qué es!
La marca de la bestia
Ahora entienda este punto muy básico. La marca es claramente identificada como una perteneciente a la bestia. Es la “marca de la bestia”. Otros de mis libros han identificado cuidadosamente a la bestia como el Imperio Romano, con mucha prueba. La bestia de Apocalipsis 17 existe al, y justo antes del, Regreso de Cristo. Este es el Sacro Imperio Romano a lo largo de sus siete resurgimientos, o resurrecciones. Por tanto, la marca de la bestia es la marca de la séptima y última cabeza del (Sacro) Imperio Romano.
La marca de la bestia no es la marca de la Iglesia Católica Romana. Esto es porque la mujer de Apocalipsis 17 es la gran iglesia que cabalga al (Sacro) Imperio Romano. La Biblia no habla de la “marca de la mujer”, sino, en cambio, de la “marca de la bestia” que la mujer cabalga. ¿Está esto claro?
Ciertamente la “mujer” también es un pequeño reino o gobierno civil organizado, así como es una iglesia — y ella guía, dirige y lidera al mucho mayor reino que ella cabalga. Pero, aunque la bestia tiene mucho mayor poder que ella, como cualquier caballo, camello o elefante tiene mayor poder que su jinete, el jinete — en este caso, la “mujer” — lleva al animal a hacer lo que se le ordena.
Recuerde lo que leímos: “Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente” (Apo. 13:15-16).
Podemos resumirlo de esta forma: Esta gran iglesia falsa incita, guía y dirige — “hace que” — otros reciban la marca. Ella no la administra directamente, pero, en cambio, causa que todos en el imperio la acepten — “reciban”. Ella es la misma mujer que causó el martirio de los santos a lo largo de las eras. La marca es recibida en la mano derecha y la frente — y es una especie de marca del (Sacro) Imperio Romano, no de la iglesia. ¡Esta marca será traída — causada — sobre todo el mundo occidental civilizado!
Martirios — ¡pasado y futuro!
En Mateo 24, Cristo, en respuesta a una pregunta de Sus discípulos acerca de cuándo regresaría, habló y clarificó los eventos que precederían a lo que la Biblia llama “la gran tribulación” (Mat. 24:21-22). Esto, seguido por la ira de Dios, comprende los tres años y medio que preceden a su Segunda Venida.
Unos pocos versículos antes de explicar la tribulación, Cristo explicó que un terrible martirio estaba al frente para los verdaderos cristianos al final de la era: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” (Mat. 24:9). Es obvio que los cristianos estarán haciendo algo que los identifique como diferentes de todos aquellos a su alrededor. Ellos serán aborrecidos con tanta intensidad que ellos serán torturados (“afligidos”) y martirizados en grandes números (“asesinados”).
Apocalipsis 6 es un paralelo preciso de Mateo 24. De hecho, el lector cuidadoso verá que Mateo 24 es Cristo interpretando Sus propias palabras en Apocalipsis 6.
En Apocalipsis, a Juan, en visión, le fue mostrada una vista previa de los eventos futuros (“después de estas”, Apo. 4:1). Puesto que Juan estaba “en el espíritu” a medida que los sellos eran abiertos (Apo. 4:2), los eventos que él atestiguó no estaban sucediendo realmente cuando él los vio. Estos eran vistas previas celestiales de cosas que sucederían más adelante sobre la Tierra.
Apocalipsis 6:9-11 contiene una descripción del quinto sello, el cual es la gran tribulación y futuro martirio de santos. Tras la apertura del quinto sello (Apo. 6:9), Juan vio “bajo [en la base de] el altar las almas de los que habían sido muertos”.
He aquí la descripción de Juan del quinto sello: “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos” (Apo. 6:9-11).
Algunos citan estos versículos para validar tanto la doctrina pagana del alma inmortal como la creencia de que los salvos van al cielo (lo cual no es verdad) — y por tanto pierden el punto completo de lo que Cristo está revelando.
Esta descripción no es literal, sino, en cambio, simbólica, como lo es mucho de Apocalipsis. Nadie cree que los cuatro caballos que preceden en el contexto sean caballos literales. Ellos obviamente son simbólicos y parte de una visión. Igual son las almas bajo el altar.
El quinto sello presenta el martirio de los santos verdaderos (junto con vastos números de Israel y Judá nacionales). Esto ocurre durante la tribulación. El contexto se desarrolla con las almas ya martirizadas haciéndole a Dios una pregunta: “Hasta cuándo, Señor…” El versículo 11 es una instrucción simbólica para estos mártires de la Edad Media para que esperen este martirio postrero del tiempo del fin.
En la visión, a Juan le fue mostrado el futuro. Un largo período de martirio, a manos de la gran “mujer” iglesia falsa, la cual estaba “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús” (Apo. 17:6), ya habrá tenido lugar. (Apocalipsis 12 describe brevemente a la Iglesia verdadera de Dios a través de los últimos 2.000 años). Allí, este período es descrito como “mil doscientos sesenta (1.260) días” — ó 1.260 años, desde 325 d.C. hasta 1585 d.C.
Apocalipsis 12:6 describe cómo la Iglesia tuvo que huir “hacia el desierto” para escapar de la persecución. Relatos de historia indican que más de 50 millones de seres humanos fueron asesinados durante este tiempo debido a su renuencia para comprometer creencias que eran contrarias a la iglesia romana. (La mayoría de estos no eran verdaderos cristianos luchando por retener todas las doctrinas de Dios, sino eran “protestantes” reteniendo algunas pocas áreas en las que estaban en desacuerdo con Roma.)
Una vez más, un martirio posterior (la gran tribulación) aún ha de suceder en nuestro tiempo. Las “almas” que ya habían sido “asesinadas” eran los verdaderos cristianos previamente martirizados de las eras pasadas. A estos mártires previos les fue dicho que “descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos” (Apo. 6:11).
La gran tribulación no es la ira de Dios. La ira de Dios está en las siete últimas plagas, descritas extensamente en partas del libro de Apocalipsis. La gran tribulación es la ira de Satanás sobre los verdaderos siervos de Dios — y sobre los descendientes modernos del antiguo Israel y Judá. Esta ira será perpetrada por un imperio final de diez reyes en Europa, unidos bajo un líder poderoso — y hecha a instancias de la falsa iglesia universal de Satanás. Mateo 24:22 muestra que Dios tendrá que “acortar” esta persecución “por el bien de los elegidos”.
Las “almas bajo el altar” están esperando ahora el castigo de Dios — su “venganza” — sobre el gran poder gubernamental que las persiguió. Dios dijo que Él “vengaría [su] sangre” a través de las siete plagas finales sobre aquellos quienes lleven la marca de la bestia. Dios derramará su venganza sobre esta falsa mujer asesina babilónica y sus iglesias hijas de Apocalipsis 17. Pero esto no puede suceder sino hasta que el segundo gran y final martirio haya pasado.
Los elegidos deben permanecer fervientes, vigilantes
Muchos del verdadero pueblo de Dios en el tiempo del fin se han alejado de Dios. Ellos no han permanecido tan cerca de Él como debieron haberlo hecho. Ellos no han buscado celosamente y obedecido a Dios en una base diaria. Esto ha permitido que muchos sean engañados, y que caigan en diversas doctrinas falsas y prácticas equivocadas. Este ha sido el patrón de la historia cuando falsos ministros capturan el liderazgo del rebaño. Solamente la tribulación despertará a estos hermanos — ¡y aún entonces solamente a la mitad (Mat. 25:1-12)!
Estos “tibios” cristianos tendrán que sufrir este martirio final (Apo. 3:14-22). Los cristianos fieles quienes fueron asesinados previamente deben continuar “descansando” (permanecer “dormidos” en sus tumbas — Efe. 5:14; I Cor. 11:30; 15:51) hasta que otros se unan a ellos a través de este martirio final.
Durante la tribulación, habrá un extraordinario engaño mundial, diferente al de cualquier tiempo en la historia del mundo. Cristo fue muy específico acerca de esto en Mateo 24: “Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad [anarquía, mundial], el amor [obediencia a leyes humanas y la Ley de Dios — Rom. 13:10; I Juan 5:3] de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo… porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá… Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios [el falso profeta de Apocalipsis 16:13 y 19:20 — la mujer y la bestia de dos cuernos de Apocalipsis 13:11-13 — traerán esto], de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mat. 24:10-13, 21, 24).
Esta es una profecía muy directa acerca de tremendo engaño que seduce a “muchos” al final de la era, antes de la Venida de Cristo (Mat. 24:3). Los escogidos deben permanecer en guardia — y recordarse de practicar Lucas 21:36, entre muchas otras escrituras — ¡a diario!
A su Regreso, Cristo traerá con Él la recompensa individual de todos sus siervos. Ellos habrán calificado para gran gloria: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mat. 16:27).
No se equivoque. ¡Sus obras en esta vida, su obediencia a los claros mandamientos de Dios, tienen una implicación directa en su recompensa en la siguiente vida!
La ira de Satanás sobre los descendientes israelitas modernos
Ahora tomemos un momento para comparar dos escrituras críticamente importantes que derraman mucha luz sobre la tribulación. El hacer esto nos dará un cuadro preciso de quién más recibe lo más fuerte de la ira de Satanás durante este tiempo. Hemos visto que los cristianos tibios serán martirizados — pero muchos más que éstos soportarán este terrible tiempo de prueba.
Primero note Mateo 24:21: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”. Este versículo establece claramente a la tribulación como el peor tiempo en toda la historia mundial. Tome este versículo exactamente por lo que dice.
Ahora examinemos una segunda escritura que se relaciona con ésta. Es una más larga y más extensa, encontrada en Jeremías 30. La última frase de este capítulo es “en el fin de los días entenderéis esto”. Ahora, ¿qué contiene este capítulo que nosotros debamos “entender” en estos días finales?
El versículo 3 establece a quién está hablando Dios — Israel y Judá. El versículo 2 fue una instrucción a Jeremías de registrar en un libro todo lo que Dios le había dicho. Ahora note: “Estas, pues, son las palabras que habló el Eterno acerca de Israel y de Judá. Porque así ha dicho el Eterno: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz. Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros. ¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado” (Jer. 30:4-7).
Esta es una sorprendente descripción de castigo que ha de venir sobre Israel y Judá. Terrible temor y horror acompañan a este castigo.
Pero enfóquese por un momento en dos frases en el versículo 7, las cuales describen este tiempo. La primera es “¡cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él”. Esto es casi idéntico a Mateo 24:21. Ellos no pueden estar hablando de dos tiempos separados, porque es imposible tener dos períodos en la historia que sean ambos descritos como el peor tiempo de todos. Estas dos escrituras tienen que estar hablando del mismo tiempo. Y recuerde, estos versículos ilustran eventos en el “fin de la era” y los “días postreros”.
Ahora note la segunda frase: “tiempo de angustia para Jacob”. Esta frase abre significado vital y explica quién más sufre la ira de Satanás en este tiempo de gran angustia y miseria. Además, añade a lo que reveló el capítulo previo de este libro.
Entienda que el patriarca del Antiguo Testamento, Israel, originalmente se llamaba Jacob (Gén. 32:28). Las profecías que se refieren a cualquiera de estos nombres describen a los mismos pueblos.
Muchas profecías del Antiguo Testamento describen el alcance y la severidad del castigo nacional que Dios planifica para estos pueblos. Sus tierras modernas serán destruidas por la bestia y muchos millones serán tomados en cautiverio a su mano. Una vez más, vimos esto.
La gran tribulación será un tiempo de terrible sufrimiento tanto para Israel físico como para el tibio y menos vigilante “remanente” de Israel espiritual, la Iglesia. Pero numerosos versículos en Apocalipsis muestran que será un tiempo de prosperidad general para muchas naciones no israelitas — cuando los mercaderes de la bestia traigan mucha “compra y venta”. Estas naciones serán castigadas durante el tiempo de la ira de Dios.
La marca — ¡pasado y futuro!
La recompensa inicial del verdadero cristiano involucra gobierno, durando 1,000 años. Pero la prueba ha sido la misma para aquellos de eras previas. Aquellos quienes retienen sus convicciones, frente a inminente martirio, cuando esta prueba venga nuevamente, serán victoriosos aún en la muerte — pero ellos serán verdaderamente “oro probado en fuego” (Apo. 3:18).
He aquí lo que Dios dice que les espera a aquellos quienes han sido fieles hasta la muerte. Lea cada palabra cuidadosamente: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años” (Apo. 20:4).
Este es un versículo asombroso. ¿Notó usted que todos los que murieron por retener la verdad de Dios también se rehusaron a recibir la marca? En otras palabras, a aquellos de todas las eras previas les fue requerido resistir la imposición de la marca también. Pero, debido a que ellos no se rendirían a creencias, festivales, costumbres, idolatría y adoración pagana del Sacro Imperio Romano — y a la “mujer” iglesia de Apocalipsis 17 — ellos eran asesinados. La marca de la bestia fue impuesta por primera vez hace más de 1.000 años. Y, aunque aún no está siendo impuesta, por las plagas que caerán sobre aquellos que la tengan, y por aquellos quienes se rehúsan a que esta sea forzada en martirio — ¡ésta debe ser impuesta otra vez!
Los cristianos de tiempos previos fueron asesinados porque ellos rechazaron la marca de la bestia y la adoración de su imagen. Ellos “obedecieron a Dios en vez de a los hombres” (Hechos 5:29) — ellos obedecieron al gobierno de Dios en vez de al gobierno romano guiado por la mujer que lo cabalga. Ellos no resistieron el castigo, sino que gustosamente se rindieron a su castigo — ¡tortura y muerte! Estos futuros gobernantes se probaron a sí mismos fieles a Dios y han calificado para reinar con Jesucristo cuando Él venga, trayendo “su recompensa con Él”.
También en Mateo 24, Cristo predijo que el “evangelio del reino” sería predicado a todas las naciones “y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:14). En Juan 9:4, Él advirtió a sus discípulos que “la noche viene, cuando ningún hombre puede trabajar”.
Pronto, una profunda oscuridad espiritual descenderá sobre el mundo entero. El tiempo para anunciar la venida del reino de Dios llegará a un final. La oportunidad final de buscar a Dios y escapar de lo que viene habrá pasado. Es nuestra responsabilidad predicar — y advertir — antes de que sea demasiado tarde.
Note: “Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano” (Ezequiel 3:18).
Nosotros estamos haciendo nuestra parte en advertir a todos los que escuchen ahora. Pronto, usted tendrá que elegir a quién y qué obedecerá. ¿Obedecerá usted a Dios u obedecerá al final resurgimiento del Sacro Imperio Romano, gobernado por la gran y falsa “mujer” iglesia que lidera el “cristianismo” reconocido y tradicional?
Pero la Biblia revela que habrá tres advertencias finales para las naciones rebeldes bajo el engaño de la mujer y de la bestia. Esto ocurrirá a través de tres mensajeros angelicales separados, mencionados anteriormente. Una vez más, éstos se encuentran en Apocalipsis 14.
El tercer mensaje declara esto: “Si alguno adora a la bestia [una vez más, el final resurgimiento en el tiempo del fin del Imperio Romano] y a su imagen, y recibe la marca … él también beberá del vino de la IRA DE DIOS… y será atormentado con fuego y azufre delante… del Cordero” (Apo. 14:9-10).
Los verdaderos cristianos “marcados” por obediencia
Aún no hemos identificado la naturaleza exacta de la marca. Pero veremos que tiene algo qué ver con obediencia — si obedeceremos a “Dios o al hombre” (Hechos 5:29).
Como ya hemos visto, dos iglesias son descritas en el Nuevo Testamento. La verdadera Iglesia que Jesús edificó (Mat. 16:18) es la novia de Cristo, abandonando involucrarse con este mundo y sus costumbres a fin de estar pura cuando Él venga a casarse con ella.
A lo largo del Nuevo Testamento hay advertencias de que falsos maestros se escurrirán (Judas 3-4; II Tes. 2:3-11; II Cor. 11:13-14) y ganarán control de la organización de la iglesia, forzando a los cristianos fieles a huir de sus congregaciones originales para continuar obedeciendo a Dios. Al verdadero pueblo de Dios le fue predicho que permaneciera como una “manada pequeña” (Lucas 12:32), frecuentemente esparcida, sin tener poder político en este mundo.
A pesar de la persecución continua — aun durante períodos de gran martirio — por las grandes iglesias populares que continuamente han buscado destruirla, un determinado remanente siempre ha permanecido a lo largo de los últimos 2.000 años.
El mundo ha guardado poco registro de esta pequeña y dispersa Iglesia, pero Cristo prometió que Él jamás la abandonaría, y que “las puertas del hades [la tumba] no prevalecerían contra ella” (Mat. 16:18). Aunque periódicamente ha sido forzada a huir por su vida (Hechos 8:1; Dan. 12:7), Cristo ha guardado fielmente Su promesa de permanecer con ella, dándole poder y fortaleciéndola a través de Su Espíritu. Su verdadera Iglesia es leal y obediente a Su estructura gubernamental, ¡y a ninguna otra!
Inmediatamente después de la advertencia del tercer ángel en Apocalipsis 14:9-10, el versículo 12 contiene una descripción de los siervos de Dios quienes no tomarán la marca. Recuerde, solamente hay dos categorías de personas — aquellas quienes toman la marca y aquellas que no.
Dios declara: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apo. 14:12).
En un mundo desobediente que ha seguido un sistema en rebelión contra Dios, hay relativamente pocas personas que guarden los mandamientos. La pequeña Iglesia de Dios siempre ha estado dispuesta — y determinada — a obedecerle.
Este versículo explica que solamente la “fe de Jesús” (no simplemente fe en Jesús) les da la fuerza para resistir el recibir la marca. ¡La superficial fe humana no será de valor para evitar la marca!
Cuando un joven hombre buscando salvación se acercó a Cristo, a Él le fue preguntado: “¿qué bien haré para tener la vida eterna?” (Mat. 19:16). Cristo respondió: “si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mat. 19:17).
¡Siempre ha sido así de claro para todos aquellos quienes servirán a Dios! Los mandamientos de Dios deben ser guardados.
Respecto a la obediencia de su Ley, Dios siempre ha tenido sólo un estándar: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley” (Santiago 2:10-11).
Los cristianos guardan todas las leyes de Dios. ¡Ellos no hacen excepciones!
La desobediencia es la marca
Las escrituras previas revelan que el pueblo de Dios rechaza la marca, guarda Sus mandamientos y obedece Su gobierno. Aquellos del mundo reciben la marca, obedecen a algo más, y por tanto desobedecen a Dios y rechazan Su gobierno sobre ellos.
Ahora, he aquí una descripción de aquellos quienes han triunfado sobre la marca de Satanás: “Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos” (Apo. 15:2-3).
Dios compara a aquellos quienes han alcanzado victoria con aquellos quienes escaparon de Egipto y del gobierno de Faraón. Bajo el liderazgo de Moisés, Israel escapó de las plagas que cayeron sobre Egipto, lo cual fue precursor y un tipo de las plagas que han de caer sobre aquellos quienes han recibido la marca. Pablo habló de cómo los ejemplos del Antiguo Testamento “están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (I Cor. 10:11).
A los santos les es enseñado a “cantar el cántico de Moisés” parados sobre un mar de vidrio (delante de Dios), justo como Israel estuvo de pie en la costa del Mar Rojo habiendo sido liberado de la opresión en Egipto. Ellos cantan el cántico de Moisés porque Moisés refleja los mandamientos de Dios. Ellos cantan el cántico del Cordero (Cristo) porque, a través de la fe (“de Cristo”), ellos han conquistado el pecado y recibido salvación.
Ahora volvamos a Apocalipsis 12 y a los eventos clave que le suceden a la Iglesia al final. Satanás está enojado, y dirige su ira contra el pueblo de Dios. Pero esto es contrastado con el gran gozo en el cielo a causa de la victoria final de Dios a través de Sus siervos. Note: “Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apo. 12:12). La última frase revela por qué el diablo está enojado.
Los versículos 13-16 explican que unos muy pocos de los siervos completamente fieles de Dios serán protegidos en el “lugar” de la Iglesia por tres años y medio (también vea Apo. 3:10-11). Pero aquellos quienes estén menos vigilantes, menos comprometidos, y tibios, y quienes hayan aceptado ciertas doctrinas de la “mujer” de Apocalipsis 17, mientras permanecen generalmente fieles en guardar los mandamientos, no serán protegidos.
He aquí lo que Satanás hace en seguida a este tibio grupo. Léalo cuidadosamente, porque es mayor prueba de que el pueblo de Dios guarda los mandamientos, y es prueba de que ellos sufren la ira de Satanás como resultado.
Continúe con el versículo final del capítulo: “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer [la verdadera Iglesia de Dios]; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apo. 12:17).
Los cristianos guardan los mandamientos de Dios, y el testimonio de Jesucristo es la Palabra de Dios — la Biblia. El “testimonio de Jesucristo” también es mencionado como el “espíritu de profecía” (Apo. 19:10). Los siervos de Dios entienden el marco básico de Su plan profético general. Ellos no están confundidos acerca de “qué sucede después”, una vez ciertas profecías comienzan a suceder.
Sin embargo, así como Dios conoce a sus siervos, y ellos están marcados por obediencia a Él, de igual forma conoce Satanás a sus siervos, y los marca como propios, a fin que ellos sean protegidos de su ira — ¡la tribulación!
Entienda esto de la siguiente manera: Satanás marca a sus siervos y los protege de su ira, mientras persigue y martiriza a aquellos quienes no tomarán su marca. Por otra parte, Dios protege a sus siervos más fieles (Apo. 3:10-11; 12:13-16), porque ellos no tomarán la marca, ni comprometerán de ninguna otra manera su camino, y vierte su ira sobre aquellos quienes sí toman la marca de Satanás. (Pero aun aquellos quienes son tibios pueden, a través de la muerte, triunfar sobre la marca en la tribulación y recibir salvación).
¡Tenga este cuadro absolutamente claro en su mente!
¡Aquellos quienes reciben las plagas son hechos claros!
Hay otras claras escrituras del Nuevo Testamento que nos dicen exactamente por qué derrama Dios Su ira sobre ciertas personas. Las examinaremos en breve.
Primero debemos examinar lo que Dios dice que es el pecado, porque sus plagas serán derramadas sobre una humanidad pecadora. Una vez entendamos cómo define Dios el pecado, podemos entender mejor cómo marca Satanás a todos aquellos quienes son sus siervos.
He aquí el pecado, definido por Dios: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (I Juan 3:4).
En palabras claras, justo como los fieles guardan los mandamientos, aquellos quienes pecan quebrantan los mandamientos.
Ahora examinemos entendimiento específico acerca de qué es exactamente lo que trae la ira de Dios. He aquí lo que Pablo escribió: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de dios viene sobre los hijos de desobediencia” (Col. 3:5-6).
¡Allí está! ¡Dios derrama Su ira sobre aquellos quienes le DESOBEDECEN! No hay malentendido en el claro significado de este versículo.
Pero consideremos otro: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia… ni palabras deshonestas… Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino… Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de dios sobre los hijos de desobediencia” (Efe. 5:3-6).
¡Una vez más, esto es muy claro respecto a por qué, y sobre quién, derrama Dios Su ira! Y el siguiente versículo muestra lo que les es instruido a los cristianos no hacer con aquellos quienes practican lo que Pablo describe: “No seáis, pues, partícipes con ellos” (Efe. 5:7).
Aquellos quienes “participan” en esta conducta, o quienes fraternizan “con ellos” (el mundo y sus caminos), participarán de las plagas de Dios sobre una humanidad rebelde.
El profeta Sofonías habla enfáticamente de este terrible día cuando la ira de Dios es derramada. Note: “Cercano está el día grande del Eterno, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día del Eterno; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres. Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra el Eterno; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol” (Sofonías 1:14-17).
Resumamos ahora lo que hemos leído.
La marca de la bestia es el quebrantamiento de los mandamientos, y quien quebranta uno los quebranta todos. La marca es aquella del Imperio Romano — la bestia — y no de la mujer quien la cabalga. La falsa mujer iglesia “causa” que las masas reciban la marca a través de engaño. El gobierno humano a través del cual Satanás engaña al mundo, el Imperio Romano, recibe su poder, su asiento y su autoridad de él. El retener un empleo o involucrarse en el comercio — comprar o vender — es imposible para aquellos sin la marca. Los martirios, pasados y futuros, ocurren porque algunos rechazan la marca, y guardan los mandamientos de Dios en su lugar. Entonces, la marca es algo que la iglesia apóstata impone, y es directamente contraria a la Ley de Dios, y tiene una relación directa con ganarse la vida — retener un empleo.
¿Qué marca elegiría Satanás?
Dado que Satanás ha “engañado al mundo entero” (Apo. 12:9; 20:3), ¿cómo ha logrado él esto? ¿De qué punto se ha apoderado, el cual puede reemplazar naturalmente con una falsificación? ¿Qué mandamiento cambiaría Satanás más fácilmente, y luego esperaría que el razonamiento humano carnal concluyera que es solamente un ajuste inocente?
Ahora entienda. La mente carnal es “enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Rom. 8:7). Los seres humanos concuerdan más con el pecado en todas sus formas. Las personas están perfectamente dispuestas a quebrantar cada uno de los mandamientos de Dios. Sea idolatría, robo, adulterio, asesinato, deshonrar a los padres, codiciar o mentir, las personas anuentemente — ansiosamente — lo hacen. Y, por supuesto, Satanás ciertamente ha guiado a las personas a todas estas prácticas.
Pero ninguna de estas formas representa, de ninguna manera particular, una prueba que se conecte directamente con cómo alguien pueda ganarse la vida o retener un empleo — que se conecte con cómo alguien podría o no “comprar y vender”. Y Satanás debe elegir un mandamiento, el cual afecte esta habilidad en aquellos quienes no comprometan la Ley de Dios.
Solamente hay un mandamiento que Satanás vería como candidato para tal prueba. Es un mandamiento que Dios siempre ha dicho que es una señal entre Él y su pueblo.
Ahora debemos preguntar: “¿qué es una marca o señal?” ¿Qué significan estos términos?
En aplicación práctica, los rancheros marcan su ganado para significar propiedad. En muchos casos, los vendedores cuelgan una señal sobre su establecimiento para mostrar de quién es la tienda, el restaurante o la venta. En Génesis 4:15, después de matar a Abel, Caín recibió una “marca”, que significaba que él había pecado. Esta también fue una especie de señal que les decía a quienes conocían a Caín quién y qué era él. La famosa novela La Letra Escarlata es la historia de una mujer quien cometió adulterio y tuvo que llevar una gran “A” en el frente de su vestuario para significar lo que ella había hecho.
No es diferente con una iglesia. Dios no fuerza a nadie a obedecerle. Pero Satanás, a través de su iglesia, sí impone su marca sobre su gente, de la misma manera en que un ganadero fuerza su marca sobre el ganado.
Ahora, ¿cuál es la señal que Dios dice que identifica a su pueblo? ¿Qué punto de la obediencia le dice a Dios que somos su pueblo?
Recordando la señal de Dios
Recuerde cómo, en Génesis 2, inmediatamente después que Dios hizo al hombre, Él terminó la semana con una creación final: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Gén. 2:1-3).
También recuerde que, desde la creación, Dios estableció, bendijo y santificó (colocó aparte) al séptimo día de la semana como un día de reposo. Él jamás estableció ningún otro día — y confirmó que esto era Su Ley “para siempre”. Él le dijo al antiguo Israel: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo… mas el séptimo día es reposo para el Eterno tu Dios” (Éxo. 20:8, 10).
También vimos que, después de unas pocas generaciones en Egipto, el pueblo de Dios, los antiguos israelitas, perdieron todo conocimiento de Su Ley. Dios tuvo que enseñárselas nuevamente. Después de liberarlos de la esclavitud, la primera gran Ley que Él les dio fue el mandamiento de guardar el sábado.
Una vez más, el sábado se originó antes de que el Antiguo Pacto fuera establecido. Los Diez Mandamientos no fueron dados como parte del Antiguo Pacto. Ellos habían estado vigentes desde la creación.
Luego, en Éxodo 31:12-17, aprendimos que Dios hizo un pacto especial con Israel referente a Su día de reposo: “Habló además el Eterno a Moisés, diciendo… En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy el Eterno que os santifico [os aparto]. Así que guardaréis el día de reposo… el día séptimo es día de reposo consagrado al Eterno… Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel… por pacto perpetuo. señal es PARA SIEMPRE entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó…”
Recuerde, el sábado “santifica” a aquellos quienes lo guardan. Ellos son puestos aparte como pertenecientes a — propiedad de — Dios. Repito para énfasis: a los cristianos les es dicho “por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres” (I Cor. 7:23) y “porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios…” (I Cor. 6:20).
Aquellos quienes observan el sábado son señalizados como pueblo de Dios — y como propiedad de Él. Ellos también son públicamente identificados como personas quienes guaran los mandamientos. Las leyes civiles requieren que las personas guarden varios de los otros mandamientos (contra robar, matar, mentir [perjurio], etc.), ¡así que la obediencia a estos o a todos los otros mandamientos, los cuales el mundo reconoce al menos de una manera general, de una forma u otra, no identifica a alguien como uno que guarda los mandamientos!
¡Vimos que el sábado sí hace esto! Es una señal automática de que las personas son de Dios, de que pertenecen a Dios, puesto que nadie pensaría o elegiría guardar este mandamiento sin que haya sido revelado divinamente.
Recuerde que Dios estableció el sábado como un “pacto perpetuo” para ser guardado “por vuestras generaciones” — y “para siempre”. Este mandamiento es absoluto — para todo tiempo. ¡Este día había de ser observado para siempre! El hacerlo así mantenía a las personas en contacto con el Dios verdadero. Era el medio por el cual Dios pretendía que Su pueblo jamás perdiera de vista quién era su Dios — ¡y que ellos eran Su pueblo! Y una vez más, si todos los pueblos y naciones hubieran guardado el sábado, como le fue ordenado a Israel, nadie habría caído jamás a la idolatría y la adoración de otros dioses — lo cual le ha sucedido a todas las naciones que no lo han guardado.
Debemos preguntar otra vez: ¿Qué mandamiento elegiría Satanás para derrocarlo? ¿Qué mandamiento aborrecería él más — y por qué? ¿Qué mandamiento significa que aquellos quienes lo obedecen no le pertenecen a él?
El único mandamiento que señaliza (de donde viene señal) que uno pertenece a Dios — y el único mandamiento que apunta directamente al verdadero Dios de la creación, desplazando así a Satanás — repito, ¡es el SÁBADO!
¡El diablo aborrece más el Cuarto Mandamiento! No hay manera de esquivar si alguien observa o no el séptimo día de la semana como el día de reposo. ¡Usted ya sea lo hace o no! Dios y Satanás saben lo que está en juego en este punto. Ninguno de ellos está confundido. Y el mundo como un todo puede ver fácilmente si alguien guarda el sábado o no.
De dónde vino la “observancia del domingo”
Aunque Dios ordenó que el sábado fuera guardado para siempre, vimos que las iglesias del mundo lo reemplazaron con la tradición popular de guardar el domingo. Para este punto es obvio que esta práctica no vino de Dios o de su Iglesia. Pero veamos más.
COSTUMBRES Y RITUALES PAGANOS: El Servicio de la salida del sol en la Pascua Florida es una escena familiar para muchos millones en todo el mundo, intentando “adorar a Cristo” cuando Él supuestamente se levantó del sepulcro a la mañana del domingo. ¡Aunque son sinceros, están sinceramente equivocados! La Biblia condena este servicio y su origen pagano.
Ilustración RCG/Paula Rondeau
Fuente: Inertia Stock xchng 003/Arturo
Muchos han asumido la tradición no bíblica de que Cristo fue resucitado de la tumba en domingo. Si el domingo puede ser establecido como el día en que Cristo fue resucitado, éste puede ser un medio de inyectar al cristianismo el festival pagano de la Pascua Florida y su celebración, con su servicio dominical de salida del sol.
Muchos festivales paganos, incluyendo navidad (saturnalia), la pascua florida (festival de Ishtar), y la adoración en el día del sol, eran observados a lo largo del Imperio Romano mucho antes de Cristo. La iglesia apóstata (la “mujer”) simplemente adoptó su práctica, y los impuso sobre todos los ciudadanos en el imperio a través del gobierno civil. En realidad, el primero en imponer la adoración en domingo no fue un papa o una iglesia, sino Constantino, el emperador romano.
He aquí lo que sucedió después. En el Concilio de Laodicea, en 363 d.C., el siguiente decreto fue pasado: “Los cristianos no deben judaizar al reposar en el sábado, sin deben trabajar en ese día, descansando, en cambio, en el domingo. Pero, si alguien es encontrado judaizando, sea declarado maldito de Cristo”.
Entienda lo que este decreto significaba. Cuando alguien era etiquetado “anatema” (maldito o hereje) por la iglesia, éste era arrestado por el estado, torturado y a menos que se retractara, esto continuaría hasta darle muerte. Esto fue impuesto tan estrictamente que a las personas les era requerido descansar en el domingo y trabajar el sábado, a fin de involucrarse en negocios o retener un empleo. Esta imposición gobernaba su “compra y venta”.
El “pequeño cuerno”
Daniel 7 presenta y habla de algo llamado “el pequeño cuerno”. El versículo 25 da importante luz respecto a lo que sucedió en el Imperio Romano. He aquí lo que Daniel escribió: “Y hablará [el pequeño cuerno, el mismo que la falsa “mujer” iglesia] palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará” — ahora capte este siguiente punto y no malentienda — “y pensará en cambiar los tiempos y la ley” (Dan. 7:25).
Esta es una declaración sobresaliente acerca de cómo la gran falsa “mujer” iglesia buscaba alterar la ley de Dios en lo concerniente al tiempo. La sola manera más obvia ha sido cambiar el tiempo del sábado de Dios al pagano día del sol (el día apartado hace mucho tiempo por los hombres para adoración del sol), ¡alterando así la cuarta gran ley de Dios! (Más y más personas hoy hablan del domingo como su “día de reposo”).
¡CUÁN CLARO ha sido el trabajo de esta iglesia en sus esfuerzos por “quebrantar a los santos”! — ¡y por hablar en contra del “Altísimo”!
¿Hay alguna duda de que Dios derramará su ira sin misericordia sobre cualquiera que se atreva a hacer estas cosas a su Palabra y a su pueblo?
Dios jamás ha autorizado a su Iglesia o a la humanidad para guardar el pagano día del sol. Tampoco ordenó Él jamás, ni permitió, que su pueblo guardara numerosos otros festivales y días de adoración paganos — ¡y siempre ha ordenado explícitamente en contra de ellos!
Lo que usted obedece
Pablo, en su carta a los romanos, explicó que las personas son siervos de cualquier cosa o cualquier persona a quien obedezcan: “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Rom. 6:16).
Las personas ya sea sirven y obedecen a Dios, y les es dada vida eterna — o sirven y obedecen al pecado y al “dios de este siglo” (II Cor. 4:4), Satanás, y reciben muerte eterna (Rom. 6:23).
En el Antiguo Testamento, quebrantar el sábado era castigable con muerte (Éxo. 31:14 y 15). II Corintios 3:7-8 describe la administración en el Antiguo Testamento de una pena de muerte civil, la cual ya no aplica hoy, porque Dios está edificando ahora la nación de Israel espiritual (Rom. 2:28-29; 8:9; 11:24-26; Gál. 3:29; Efe. 2:11-13, 19; I Pedro 2:5, 9).
El sábado había de ser guardado perpetuamente, a través de las generaciones de Israel. Aún hay generaciones de Israel hoy — y está Israel espiritual, el cual guarda los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y el testimonio de Jesucristo.
Piense bien si usted obedecerá a Dios y cómo lo hará. Porque: “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Heb. 10:28-29).
¡Esto es muy serio!
En términos claros, la marca de la bestia es la observancia del domingo y la observancia de festivales paganos — ¡en lugar de los sábados semanales y anuales de Dios!
Importantes — ¡verdaderamente colosales! — profecías, referentes a las más terribles calamidades que han de golpear la tierra, se están abriendo ahora. Usted las ha visto explicadas en claros detalles. Un mundo espiritualmente oscurecido, ciego y engañado se apresura hacia el desastre, el cual está ahora justo al frente. Ellos no sospechan que la ira de Dios, derramada en plena furia, sin diluir con misericordia, caerá pronto sobre una humanidad pecadora que Dios ha marcado para recibirla.
Estas profecías son certeras — son seguras. ¡Ellas sucederán!
¿Será usted engañado cuando sucedan? ¿Será usted seducido por milagros y maravillas mentirosas? ¿Tomará usted la marca de la bestia? ¿Adorará usted a la bestia y a su imagen? ¿Seguirá usted a las masas e ignorará a Dios? u ¿obedecerá a Dios, vigilará y orará siempre — y ESCAPARÁ?
Cómo es hecha la marca
El tema de la marca de la Bestia siendo recibida en la mano y la frente no es diferente de muchos ejemplos encontrados a lo largo del libro de Apocalipsis. Es simbólica. La mano derecha representa labor o trabajo, lo que alguien hace. La frente simboliza la mente humana o el intelecto, lo que alguien cree. Dios quiere que entendamos que es lo que nosotros CREEMOS y HACEMOS lo que revela a quién hemos elegido obedecer respecto a la observancia del sábado o el domingo.
La iglesia Romana forzó a las personas a tomar la marca romana de la observancia del domingo. Este era el día que todo el Imperio Romano guardaba. ¡La pena por desobedecer esta orden era la muerte! Los hechos de la historia son inequívocos — al menos 50 millones de personas fueron asesinadas.
El mandamiento del sábado es el único mandamiento que claramente identificaría a aquellos quienes han tomado la marca de la Bestia o la señal de Dios. El Cuarto Mandamiento es el único que el mundo no acepta en su mente ni obedece (trabajando, o reposando con la mano).
Pero, ¿se dio cuenta usted que la señal de Dios también está atada directamente a la mano y la frente? Se ve que también distingue a su pueblo del resto del mundo. Note este pasaje acerca de uno de los sábados anuales de Dios: “Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley del Eterno esté en tu boca” (Éxo. 13:9).
También tome nota de los siguientes versículos en Deuteronomio acerca de la señal de identificación de Dios: “Estos, pues, son los mandamientos… Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos” (Deu. 6:1, 6-8).
“Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos” (Deu. 11:18). También lea Proverbios 7:2-3 y Apocalipsis 7:3-4; 14:1.
Esta es prueba de su Biblia de que Dios, en Su propia forma, marca a Sus siervos quienes guardan sus sábados semanales o anuales. La verdad de Dios en este asunto es inequívocamente clara. Para el lector de mente abierta, no debe haber lugar para la duda.
Durante la Edad Media, la iglesia Romana en efecto causó que todos aquellos en el “Sacro Imperio Romano” tomaran la marca. El impacto de esta doctrina no estaba limitado a que los miembros de la iglesia fueran forzados a observar el domingo en vez del sábado. La observancia del domingo se había difundido tanto, aun en aquel tiempo, que causó que todo el mundo occidental — sin importar su antecedente religioso o su afiliación — aceptara el domingo, opuesto al sábado como el día semanal de reposo. Esta es ahora una práctica casi universal en el Occidente, con ciertas religiones tales como el judaísmo, el islam y pocas denominaciones cristianas como las únicas excepciones. Los pocos a quienes Dios ha llamado a salir de este mundo, para ser colocados en su verdadera Iglesia también serían una excepción a la vasta mayoría de quienes adoran en domingo.
Toda nación en la Tierra es engañada por el falso sistema religioso que se llama a sí mismo “cristianismo”, mientras sigue prácticas paganas. Dios da una fuerte advertencia en Apocalipsis para aquellos quienes desean ser protegidos de los tiempos por venir: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Apo. 18:4).
¿Está la iglesia romana imponiendo aún esta marca? Aunque actualmente no tiene el poder para imponer la marca sobre todos, unos Estados Unidos de Europa vienen. Esta será una unión de diez naciones que será una combinación de estado y religión — la Santa Iglesia Católica cabalgará nuevamente a “la Bestia”.
¿Elegirá usted la marca de la Bestia, u obedecerá usted a Dios y tomará Su señal de identificación?