¡La mayoría cree que Dios está tratando de salvar al mundo ahora! Este pensamiento lleva algo como esto: Dios y el diablo están en guerra por el destino de la humanidad. Esto es visto como una lucha desesperada entre el bien y el mal — Dios y Satanás.
Vamos a ponerlo de esta manera: ¿Es hoy la única oportunidad para que todos los seres humanos elijan o rechacen el cristianismo? ¿Deben todas las personas “decidir ahora” aceptar a Jesús como el Señor y Salvador? ¿Es esto lo que la Biblia enseña? ¡La respuesta es un enfático NO! Si fuera si, entonces Dios estaría fallando miserablemente en Su lucha con el diablo por controlar el destino de todos los hombres. En otras palabras, Dios está “llamando” a toda la humanidad, ¡pero la mayoría no está respondiendo!
¡Considere! En 1920, cuando mi padre nació, había alrededor de 2 billones de personas sobre la tierra. En la actualidad hay alrededor de 6,7 billones — y aumenta cada día. Aproximadamente 2,2 billones, o una tercera parte creen — en un grado o en otro — en el nombre de Jesucristo. Esto representa un total que incluye cada clase de las 2,000 formas diferentes del cristianismo profeso.
Aproximadamente otra tercera parte de la humanidad ha escuchado de Cristo pero no le ha aceptado y no pretende seguirle. Finalmente, la última tercera parte de las personas sobre la tierra no saben nada acerca de Cristo. Muchos en la India, África, Japón, China y partes de Sudamérica y el sudeste de Asia jamás han escuchado de Él. ¿Están condenados a estar perdidos, sin nunca haber tenido una oportunidad de entender porque se perdieron o porque — no tuvieron una oportunidad para ser “llamados”?
Cuando se habla del nombre de Cristo, la Biblia claramente dice, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Más adelante, Romanos 10:13 dice que los hombres deben invocar este nombre para ser salvos. ¡Entienda! ¡Es evidente que todos quienes no se han rendido al Dios de la Biblia y no han aceptado a Jesucristo como su Salvador ciertamente no son salvos! Incontables millones han muerto en esta condición. La mayoría ha asumido que la única otra opción para estos es que ellos perdieron la salvación y que Dios hace mucho planeó esto para la inmensa mayoría quienes alguna vez vivieron.
Si la lucha por ganar almas es como la mayoría de los supuestos ministros cristianos la describe, entonces el diablo es mucho más fuerte, y mucho más efectivo, en su esfuerzo de lo que Dios es. Esta es la única otra posibilidad — a menos que haya una tercera categoría que contenga a la gran mayoría de personas. Pero esta debe ser una categoría que no ha sido reconocida. ¡Allí esta! — Dios simplemente no está llamando a las masas de la humanidad hoy en día.
¡Pero Él está llamando a unos pocos!
Llamados y escogidos por Dios
La Biblia claramente habla de aquellos quienes han sido llamados por Dios. Note lo que Pablo dijo a los hermanos en Tesalónica: “Fiel es el [Dios] que os llama…” (I Tes. 5:24). Como una advertencia a la congregación de los Gálatas, quienes estaban perdiendo de vista el verdadero evangelio, el dijo esto: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente” (1:6), y más tarde añadió, “Esta persuasión no procede de aquel que os llama” (Gal. 5:7-8). A la congregación de los corintios él escribió, “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles” (I Cor. 1:26).
Cristo mismo habló en muchas ocasiones acerca del llamamiento cristiano. Usted puede estar familiarizado con Su declaración, “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” se encuentra en Mateo 22:14 y 20:16. Más tarde, añadió el significado a la segunda parte de esta frase, Él explicó esto a Sus discípulos: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Juan 15:16), y luego “antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (ver. 19).
Cuando se colocan juntos, estos pasajes explican que Dios está llamando a pocas personas — de hecho muy pocas — a salir del mundo para su propósito supremo. Aquellos que responden a Su llamado son entonces los “escogidos”, que van al arrepentimiento, bautismo y conversión.
¿Qué acerca de usted?
Después de leer alguna de la literatura de La Iglesia de Dios Restaurada, muchos reconocen que han sido puestos en contacto con extraordinario entendimiento. Ellos se encuentran así mismos aprendiendo cosas que nunca antes habían escuchado. Ellos notan que la Biblia tiene sentido
— que no es difícil de entender como habían pensado anteriormente. Entonces, sienten una creciente necesidad de actuar sobre lo que están aprendiendo, muchos se preguntan, “¿Estoy siendo llamado por Dios?”
A veces esta pregunta adopta la forma de “¿Estoy experimentando ‘conversión’?” o “¿Debo ser bautizado?” o incluso “¿He entrado en contacto con la verdadera Iglesia de Dios?” La mayoría están inseguros de cómo responder estas preguntas básicas, y muchos no tienen idea absoluta ni siquiera de que forma enfocarlas apropiadamente.
Este breve artículo aclarará, basado la Palabra de Dios, como saber si Dios le está llamando. Tengo la intención de mantenerlo simple, prácticamente imposible de malinterpretar. Después de todo, esta pregunta es una de las más importantes que alguna vez enfrentará. ¡Entender apropiadamente su respuesta es de suma importancia para su vida!
Primeramente yo comencé a aprender la verdad de Dios cuando tenía 17 años de edad. Antes de que Dios me llamara, no había conocido una sola de las verdaderas doctrinas de la Biblia. El proceso de llamamiento comenzó para mí cuando escuché la voz de un hombre llamado Herbert W. Armstrong, siendo transmitida desde Pasadena, California. Esto fue en 1966, e inmediatamente fue evidente para mí que estaba escuchando cosas por medio de este hombre que NUNCA antes había escuchado — y con claras pruebas bíblicas que las respaldaban. Recuerdo estar sorprendido sobre cuán clara llego a ser la Biblia — y lo divertido que era estudiar. Antes de esto — durante el tiempo que asistí a la bien conocida, respetada denominación de mi juventud — siempre había encontrado la Biblia aburrida y difícil de entender.
De hecho, personas de todas las edades y antecedentes se desconciertan solo sobre lo que es un “llamamiento”. Muchos lo reducen a poco más que un sentimiento particular que viene sobre ellos, el cual atribuyen a Dios. Millones en el mundo se sienten “llamados” — en muchos casos a la “iglesia”, en otros casos al “ministerio”, o a un “trabajo de misionero”, aun en otros casos para trabajar con niños, y aun otros a servir en la profesión médica o incluso en el ejército. Ignorantes de lo que dice Dios, muchas personas son dejadas a confiar únicamente en sentimientos, asumiendo que sus vidas — y los caminos que eligen — son divinamente inspirados. Ellos atribuyen esta “inspiración” a ser llamados por Dios. Lamentablemente, la mayoría nunca sabe que estos “llamamientos” no tienen nada que ver con seguir al verdadero Dios de la Biblia.
¡Un verdadero llamamiento de Dios es más que una clase de sentimiento abstracto que el razonamiento humano concluye que viene de Dios!
Definición de un verdadero llamamiento
En el registro del evangelio de Juan, Jesús dijo, “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere…” (6:44). Diecinueve versículos después, Él repitió a Su audiencia, “Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre” (vs. 65). En el siguiente versículo, Juan dijo que “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él”.
Muchos de los que escucharon a Cristo simplemente no podían entender que Dios tiene que “traer” a las personas y que un llamamiento es algo que es “dado” a ellos. Mientras muchos hoy parecen entender que tienen de alguna manera que ser llamados, no tratan de entender — con
la Biblia — cómo saber a ciencia cierta que es Dios quien está llamando — trayendo — dándoles lo que sea que están por recibir.
Vamos a examinar algunas escrituras que hacen claro lo que se les es “dado” a los cristianos cuando son llamados. Tenemos que aclarar todas las posibles confusiones.
En Mateo, los discípulos de Cristo le dijeron, “¿Por qué les hablas [a las multitudes que le escucharon] por parábolas? (13:10). Su respuesta resume como y sobre qué llama Dios: “Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; [o el reino de Dios], mas a ellos no les es dado” (ver. 11). Los varios siguientes versículos amplían lo que quiso decir, al explicar como muchos en el mundo pueden escuchar las verdades de Dios (los “misterios del reino”) pero no las comprenden. Dado que la inmensa mayoría de la humanidad no está siendo traída por el Espíritu de Dios, no se les ha dado la capacidad de comprender la Palabra de Dios.
¿Cómo se aplica esto a usted? La respuesta directamente explica cómo sabe si Dios le está llamando: un llamamiento, en los términos más sencillos, es entender las verdades de Dios cuando usted las ve, lee o las escucha.
Pregúntese a sí mismo: “¿Entiendo las enseñanzas y verdades de la Biblia cuando las escucho? ¿Las escrituras sobre el evangelio del reino de Dios, el plan de salvación y el propósito de la existencia humana; los decisivos, venideros eventos profetizados; el mensaje de advertencia de Dios para Su pueblo; Su ley — incluyendo el mandamiento del sábado — los Días Santos; el diezmo; las carnes limpias e inmundas; la única verdadera Iglesia; y muchas otras enseñanzas tienen sentido para mí?”
¿Al leer o escuchar estas cosas en nuestras revistas, libros, folletos, artículos y los programas de El MUNDO POR VENIR, tienen significado para usted? ¿Los está comprendiendo? ¿Son claros a su entendimiento? ¿Los ve como un conocimiento especial que otros no tienen? ¿Se siente tentado a pellizcarse con incredulidad porque se le podría estar mostrando cosas de las cuales las masas no tienen idea?
¡Si las respuestas a estas preguntas son “sí”, entonces Dios le está llamando — trayendo — a usted! ¡Los misterios del reino de Dios se le están dando!
Responsable por el conocimiento dado
Los bebés nacen sabiendo nada. Ellos no saben ni siquiera lo básico de lo correcto e incorrecto. Se les tiene que ser enseñado prácticamente todo. Del mismo modo, el mundo no sabe las cosas de Dios — lo correcto de lo incorrecto espiritual. Pero con el conocimiento de estas cosas viene la responsabilidad de actuar sobre ellas.
Dos pasajes de la Biblia muestran que Dios mantiene a las personas responsables de lo que entienden. Nótese Santiago 4:17: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”. Ahora lea Hebreos 10:26: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”.
Comprendamos. Cada vez que aprende más de la verdad de Dios (lo que es “bueno”), y tiene sentido para usted — por lo menos lo entiende en general — se
le está dando extraordinario conocimiento espiritual por el cual Dios le hace responsable.
Esto es parte del proceso de llamamiento — y es realmente central a lo mismo. Además, esto hace entender que cuando Dios llama a alguien es mucho más serio de lo que la mayoría ha pensado. Reconozca que Dios sólo llamará a todo ser humano una vez. Por lo tanto, usted es responsable ahora del conocimiento que está recibiendo. Si uno no actúa sobre lo que está aprendiendo, Dios le quitará ese entendimiento (Rom. 2:13; Sal. 111:10), y esa persona se encuentra en una grave condición espiritual.
La libertad más grande
La verdad de Dios es lo más emocionante de entender. Es el camino a todas las cosas maravillosas y buenas en la vida — las cosas que Dios quiere que usted tenga. ¡También es la ruta de acceso a la más grande libertad que existe! Cristo les dijo a los judíos que le creían: “Si vosotros permaneciereis en Mi palabra [la verdad — Juan 17:17], seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). 8:32.
Probablemente ninguno de sus amigos en el mundo entiende de estas cosas. Tampoco sus familiares. Sin el llamamiento de Dios, no tienen forma posible de disfrutar ahora lo que se le está ofreciendo a usted — si entiende y actúa sobre la verdad de Dios.
También es vital que se asegure en su mente de las cosas que está aprendiendo. Debe encontrarse así mismo queriendo probar las doctrinas de Dios. Pablo también dijo a los Tesalonicenses “Examinadlo todo; retened lo bueno” (I Tes. 5:21). Si usted sabe que Dios le está llamando, tome el tiempo para probar que Él existe. Luego pruebe que la Biblia es verdaderamente Su Palabra inspirada para la humanidad.
Por último, pruebe la identidad de la Iglesia de Dios. Elimine todas las dudas, sin dejar margen para la confusión. Hay muchas iglesias impostoras — muchas en el mundo “parecen semejantes” a la espiritual. No se deje engañar por ninguna de ellas. Cristo prometió, “edificaré Mi Iglesia” (Mat. 16:18). Determínese a saber por seguro si usted está teniendo contacto con ésta. (Le exhorto a que lea nuestro folleto ¿Dónde está la Verdadera Iglesia de Dios? Y nuestro libro La Historia de la VERDADERA IGLESIA de Dios.)
Al mismo tiempo que esté probando estas cosas, ore con fervor acerca de lo que está aprendiendo. Cuando no este claro un asunto, recuerde que Cristo enseñó, “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mat. 7:7).
Juan 14:17 explica cómo aquellos que vienen hacia la conversión comienzan a darse cuenta que pueden ver claramente las cosas de Dios. Note lo que Cristo dijo cuando habló a sus discípulos sobre el Espíritu Santo que pronto recibirían: “el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”.
En este punto, los discípulos eran como muchos hoy día — tal vez como usted, también. Ellos estaban viendo muchas verdades espirituales, en parte, sin embargo aun no asimilaban completamente la enorme importancia de aprender el Plan y el camino de vida de Dios. A través del Espíritu Santo que trabaja con ellos, Dios les estaba revelando ciertas cosas que únicamente entenderían en una manera más grande una vez que estuviera con ellos, a partir de la conversión. En última instancia, para comprender plenamente todas las cosas de Dios — todos los misterios del reino de Dios — uno debe ser engendrado del Espíritu Santo. ¡Esto se produce cuando entra directamente en la mente! ¡Sin el bautismo y sin el recibimiento vital del Espíritu de Dios, es completamente imposible para cualquier persona comprender verdaderamente siquiera una sola verdad bíblica!
Antes de discutir cómo sucede esto, veamos el gran cuadro.
El plan maestro de Dios
Hay una gran razón por la que Dios está llamando a sólo unos pocos ahora.
El núcleo del plan de Dios abarca 7.000 años. Pocos han entendido esto. Muchos han entendido correctamente, por lo menos algunos de los versículos que describen el reinado milenario de Cristo, que comenzará al momento de Su Regreso a la tierra con gran poder y gloria para gobernar con los santos (Apo. 20:4-6). Y si bien la mayoría sabe poco más que esto, ellos no saben nada del hecho de que Dios ha asignado 6.000 años, o seis días milenarios de una “semana de siete días”, para el gobierno del hombre, antes del séptimo “día” de 1000 años. El sexto “día” está a punto de llegar a su fin. Satanás está a punto de ser atado (Apo. 20:2).
Sin embargo, todavía no ha sido atado. Cuando Cristo, después de vencer el pecado, calificó para reemplazarle (Mat. 4:1-11; Lucas 4:1-13) como el “dios de este mundo”, Él aseguró que Satanás pronto ya no estará presente para engañar y confundir a la humanidad (I Cor. 14:33).
Pero, una vez más, debemos entender que Satanás aún no ha sido atado y trata de hacer todo lo posible, dentro del poder que posee, para continuamente tratar de frustrar el plan de Dios. Él ciertamente ha engañado a sus ministros (II Cor. 11:13-15) haciéndoles creer que Dios ha fallado terriblemente en Su plan para salvar a la inmensa mayoría de la humanidad que incluso Él aun no ha llamado a la salvación. Pero es sólo por el permiso de Dios, que Satanás domina este “presente mundo malo” (Gal. 1:4).
Dios no está perdiendo ninguna supuesta lucha sobre la cual Él claramente tiene el control completo. Él sabe exactamente lo que está haciendo, y la belleza de Su plan puede ser conocida. Esté seguro de que ningún Dios verdadero nunca elegiría condenar a la gran mayoría que han vivido sin darles una oportunidad completa para la salvación. Tal Dios no valdría la pena seguirlo. ¡Sería un monstruo injusto cuyo objetivo principal es el negocio de condenar!
¡Debemos entender! La Biblia dice, “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (II Ped. 3:8). Por supuesto, la mayoría de las personas son “ignorantes” y no sólo acerca de esta “única cosa”, sino casi acerca de todo lo que la Biblia enseña.
No obstante, este es un versículo fascinante.
Al hombre se le ha dado seis días, o 6000 años, para probar sus propios caminos, gobiernos, religiones, filosofías, sistemas de valores y formas de educación. Bajo la influencia de Satanás, el ha practicado el pecado — la desobediencia a los mandamientos de Dios — por casi 6000 años. El hombre subsecuentemente ha tratado todos los malos efectos en lugar de tratar la causa de haber quebrantado las leyes de Dios. Esto incluye la invención de muchas religiones que se limitan a enseñar las ideas huecas de los hombres en lugar de las maravillosas verdades de Dios.
Dios le está permitiendo al hombre aprender amargas lecciones. ¡La gran mayoría, que nunca han conocido la preciosa verdad de Dios, tienen que aprender que sus propios caminos no funcionan! ¡Justo antes que la humanidad esté a punto de borrarse así misma de la tierra, a través de una combinación de armas de destrucción masiva y de la contaminación irreversible de un planeta que tiene límites en cuánto poder resistir, Cristo intervendrá y salvará la humanidad de sí misma!
Ahora continúe con II de Pedro. Note el versículo 9: “El Señor no retarda su promesa… sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. ¿Notó que Dios quiere salvar a todos? Hablando de Dios, Pablo dice, “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (I Tim. 2:4). Esa es la clara verdad de esta escritura. Dios no está, ni nunca ha estado, en el negocio de la “condena masiva”.
Pero Dios está llamando y entrenando a poquísimos escogidos quienes gobernarán con Cristo a Su Regreso, y al establecimiento de Su glorioso reino gobernando al mundo. (También lea nuestro absolutamente vital libro El ASOMBROSO POTENCIAL del Hombre).
Recuerde. Satanás ha proliferado muchas formas de la religión falsa en todo el mundo. Él falsifica la verdad en formas interminables, y el proceso de llamamiento de Dios no es una excepción. Él es un maestro engañador y los frutos de sus esfuerzos se encuentran en todas partes.
Su camino hacia la conversión
Su Biblia dice, “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Rom. 8:14). El versículo 9 dice, “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”. Estos dos pasajes revelan justo lo que es un cristiano — uno que tiene y es dirigido por el Espíritu Santo de Dios. Este Espíritu se recibe al arrepentimiento y bautismo (Hechos 2:38).
¡Si la verdad es cada vez más evidente — realmente CLARA — para usted, establezca la meta del arrepentimiento, bautismo y el recibimiento del Espíritu Santo de Dios — el comienzo de una verdadera conversión!
Mientras se esté preparando para la conversión, enfóquese en examinar todos los hábitos y actitudes malas que usted pueda. Hay ciertos cambios físicos que usted puede hacer antes del bautismo. Comprenda. La conversión es totalmente acerca del cambio, crecimiento, vencimiento — y desarrollo del carácter de Dios. Esto implica entrar en el hábito regular de la oración, el estudio de la Biblia, la meditación e incluso el ayuno periódico.
Después tome el tiempo para estudiar todos nuestros libros, folletos y artículos que tratan con la fe, conversión, bautismo, su potencial humano, y las pruebas de la existencia de Dios, Su Palabra y Su Iglesia. Mucho — en realidad todo
— está en juego para usted si Dios le está llamando ahora.
Tome cada paso cuidadosamente. Siga el momento que sea adecuado para usted. Sin embargo, no se retrase innecesariamente, simplemente porque no ha pedido con fervor o con suficiente frecuencia por el “don” de arrepentimiento (II Tim. 2:25; Hechos 11:18). Tenga cuidado de no seguir el ejemplo del mundo, cayendo en la espera de una mágica sensación de que “ahora es el momento”.
La Biblia enseña que el “arrepentimiento es para con Dios” y que la “fe es hacia…Jesucristo” (Hechos 20:21). La conversión es un asunto personal privado entre el Padre y Cristo, y cada individuo. Si Dios verdaderamente le está llamando, asegúrese de su llamamiento (II Pedro 1:10). ¡Es lo más precioso!
¡Esta es la única manera de acercarse al maravilloso don que le está siendo dando!