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¿Dónde está la Iglesia de Dios hoy?
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Jesús dijo: “Edificaré mi Iglesia”. Hay una sola organización que enseña toda la verdad de la Biblia, y es llamada a vivir por “cada palabra de Dios”. ¿Usted sabe cómo encontrarla? Cristo dijo que:

  • Enseñaría “todas las cosas” que Él ordenó
  • llamaría a los miembros a ser apartados por la verdad
  • Sería una “manada pequeña”

¿Debe usted usar una cruz “cristiana”?

Millones de personas usan o tienen una cruz, pero pocos son conscientes de sus antiguas raíces.

Una voz dramática procede de la televisión: “La cruz es venerada en todo el cristianismo como un símbolo de fe en Jesús. Nos complace presentar esta cruz de oro de 24 quilates bellamente detallada con cadena de oro a juego. Ésta le brindará un gran gozo mientras la usa con orgullo como símbolo de su fe. Deje que lo inspire en su andar cristiano. Realice su pedido ahora llamando al número que se muestra en pantalla y le enviaremos su propia cruz con tres simples pagos de $39.95. Las cantidades son limitadas, ¡así que no se demore!”

Movido a la acción por las palabras del presentador y las imágenes de una cruz dorada resplandeciente, un televidente toma el teléfono y marca el número. Como millones de personas, quiere usar esta muestra de su religión. Quiere que los demás sepan que él es “cristiano”.

La cruz es venerada y admirada en un amplio espectro de iglesias cristianas tradicionales. Es un símbolo fundamental — que supuestamente representa el mensaje de Jesucristo y cómo murió por los pecados de la humanidad.

Usada alrededor del cuello, colocada en el tablero de un automóvil, colgada de una pared, cuidadosamente alineada en fila en los cementerios, colocada en la parte superior de los campanarios de las iglesias o encontrada a lo largo de las carreteras, ya sea sola o con dos cruces ligeramente más pequeñas en cada lado, este ícono está hecho de materiales variados y se encuentra en diferentes formas, figuras y lugares.

La mayoría exhibe la cruz simple — una estaca vertical con una viga transversal que la cruza, ubicada aproximadamente a un tercio de la distancia desde la parte superior. Algunas tienen dos vigas transversales; otras tienen un círculo ovalado en la parte superior. Otro tipo, llamado crucifijo, tiene una imagen de “Jesús” adherida a ésta. Las formas, tamaños y configuraciones son aparentemente infinitas, con “algo para todos”.

Aunque la Biblia habla de la “cruz de Cristo” (Gál. 6:12), ¿significa esto que un cristiano debe usar este símbolo como una manifestación física de su fe?

Puesto que Jesús advirtió a sus seguidores que no siguieran ciegamente las tradiciones de los hombres (Marcos 7:6-7), no se deben hacer suposiciones. No se debe aceptar ni asumir simplemente que la cruz es bíblica — ¡exija pruebas!

¿Un recordatorio constante?

Los símbolos conllevan importancia y significado. A menudo, se utilizan para evocar sentimientos o pensamientos en la mente del espectador. Algunos evocan acontecimientos, lugares o personas: banderas nacionales, monumentos de guerra, monumentos a personas famosas o lápidas.

La imagen de la cruz no es diferente. Sin embargo, pocas personas consideran el significado que tiene este símbolo para Dios. Muchas preguntas surgen de esto: ¿Quiere Dios que usted lleve una cruz y la exhiba donde vive?

¿Quiere Dios ver este instrumento de crueldad colgando del cuello de los cristianos, en la pared de sus casas o colocado en el tablero de sus autos? ¿Quiere contemplar un símbolo que le recuerde cuando tuvo que apartarse completamente de su hijo? (Lea Mateo 27:46, II Corintios 5:21 e Isaías 53:6; 59:2.) ¿Y llevaría usted un recordatorio constante de cómo fue ejecutado su hijo? ¡Piénselo!

Considere aún más. Si Cristo hubiera sido ejecutado con una pistola calibre 38 Especial, ¿la usaría alrededor de su cuello? Si Jesús hubiera sido condenado a muerte en una silla eléctrica, ¿colocaría una en miniatura en el tablero de su automóvil como señal de fe? ¿Qué si se tratara de una inyección letal? ¿Le gustaría tener su representación de forma destacada en la pared de su casa?

¿Por qué adorar — o dar honor — a un instrumento utilizado en la muerte de Cristo? ¿Está seguro de que Dios lo desea?

Antes de Cristo

La cruz no fue ampliamente utilizada en el cristianismo convencional hasta la época del emperador romano Constantino — unos 270 años después de que Cristo estableciera su Iglesia en Pentecostés del año 31 d. C. Ninguno de los apóstoles ni los cristianos del primer siglo la usaron o la aceptaron como un símbolo “cristiano”.

La Enciclopedia Clásica, basada en la famosa 11ª edición de la Enciclopedia Británica, dice: “Por la sencillez de su forma, la cruz se ha utilizado tanto como símbolo religioso, así como adorno desde los inicios de la civilización humana. Se han encontrado diversos objetos, que datan de períodos muy anteriores a la era cristiana, marcados con cruces de diferentes diseños, en casi todas partes del antiguo mundo. India, Siria, Persia y Egipto han proporcionado innumerables ejemplos, y hay numerosos casos, que datan a finales de la era de piedra hasta la época cristiana, que se han encontrado en casi todas partes de Europa. El uso de la cruz como símbolo religioso en tiempos precristianos y entre pueblos no cristianos probablemente pueda considerarse casi universal, y en muchos casos estaba relacionado con alguna forma de culto a la naturaleza”.

Según el libro, Babilonia, misterio religioso de Ralph Woodrow, “Hace siglos, en Italia, antes de que las personas conocieran algo sobre las artes de la civilización, creían en la cruz como símbolo religioso. Se le consideraba protectora y era colocaba en las tumbas”. ¡Este símbolo aún se coloca en las tumbas hoy!

El libro continúa, “En el año 46 a. C. [antes de Cristo], las monedas romanas muestran a Júpiter sosteniendo un cetro largo que termina en una cruz. Las vírgenes vestales de la Roma pagana llevaban la cruz suspendida en sus collares, como lo hacen ahora las monjas de la Iglesia católica romana”.

De acuerdo con el Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento de Vine, la forma de la cruz “tuvo su origen en la antigua Caldea, y era usaba como símbolo del dios Tamuz (teniendo la forma de la mística Tau, la inicial de su nombre) en ese país y en tierras adyacentes, incluido Egipto.

“A mediados del tercer siglo d. C., las iglesias ya sea que se habían apartado de ciertas doctrinas de la fe cristiana o las habían falsificado. Para aumentar el prestigio del sistema eclesiástico apóstata, se admitió a paganos en las iglesias… y se les permitió en gran medida conservar sus figuras y símbolos paganos. Por lo tanto, la Tau o T, en su forma más frecuente, con la pieza transversal más abajo, se adoptó para representar la cruz de Cristo”.

¿Quién era Tamuz? En la antigüedad se le conocía por muchos nombres: Baal, Moloc, Osiris. La Biblia lo identifica como Nimrod: “Él era un vigoroso cazador delante [en lugar] del Eterno” (Gén. 10:9).

El famoso historiador judío Josefo registra en Antigüedades de los judíos evidencia importante del papel de Nimrod en el mundo posterior al diluvio. Observe: “También gradualmente transformó el gobierno en tiranía… Él [Nimrod] también dijo que se vengaría de Dios, si tuviera la intención de anegar el mundo nuevamente; para eso construiría una torre tan alta que las aguas no pudieran alcanzarla… Ahora la multitud estaba muy dispuesta a seguir la determinación de Nimrod, y a considerar que era una muestra de cobardía someterse a Dios”.

Ezequiel 8:13-14 registra una imagen de las mujeres de Israel “llorando por Tamuz”. Este Tamuz (el dios del fuego) de la Babilonia, misterio religioso no es otro que Nimrod. La etimología de la palabra Tamuz merece ser examinada: tam significa “hacer perfecto” y muz “fuego”. En otras palabras, ¡hacer perfecto a través del fuego!

El antiguo Israel cayó en la adoración de Tamuz, también conocido como Baal o Moloc: “Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación…” (Jer. 32:35).

Estas prácticas eran tan terribles que Dios dice que nunca vinieron a su mente — ¡eran inimaginables para Él!

Si un símbolo fue usado por primera vez para un dios pagano — uno vinculado a sacrificios de niños — ¿debería usted aun usarlo alrededor de su cuello?

Observe también lo que dice el Diccionario Davis de la Biblia sobre el origen de la cruz: “La cruz precristiana, de una forma u otra, se usaba como símbolo sagrado entre los caldeos, los fenicios, los egipcios y muchas otras… naciones. Los españoles del siglo XVI la encontraron también entre los indígenas de México y Perú. Pero su enseñanza simbólica era muy diferente de lo que ahora asociamos con la cruz”.

¿En qué era diferente su significado? Se utilizaba como símbolo de fertilidad. “En los monumentos y tumbas egipcias se encuentran diversas figuras de cruces, y son considerados por muchas autoridades como símbolos del falo [una representación del órgano sexual masculino] o del coito… En las tumbas egipcias se encuentra la crux ansata [cruz con un círculo o asa en la parte superior] al lado del falo” (Una breve historia del culto al sexo).

Claramente, el símbolo de la cruz en sus diversas formas tiene orígenes — y significados — paganos ajenos al cristianismo. Orígenes que anteceden al nacimiento de Jesucristo — y de la Iglesia que él fundó. Fue “cristianizada” e incorporada al cristianismo convencional.

¿Qué aspecto tenía?

¿Cómo era el instrumento del sufrimiento de Jesucristo? ¿Qué forma tenía? Hay diferentes opiniones al respecto.

El cristianismo profeso ha enseñado tradicionalmente que Cristo murió en una cruz de dos vigas — con los pies clavados juntos y los brazos extendidos. Los relatos de los evangelios sí dicen que Cristo fue clavado en una cruz, pero se debe examinar más de cerca.

La palabra “cruz” se traduce del griego stauros. El Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento de Vine dice que esta palabra “indica principalmente ‘una estaca o poste vertical’. Sobre ésta eran clavados [los criminales] para ejecutarlos. Tanto el sustantivo como el verbo stauroo, ‘sujetar a una estaca o poste’, originalmente deben distinguirse de la forma eclesiástica de una cruz de dos vigas”.

Curiosamente, otras escrituras registran que Cristo fue clavado en un “madero” (I Ped. 2:24; Hechos 5:30, 10:39, 13:29). La palabra griega que se usa en estos versículos, xúlon, significa “madera, vara, garrote, árbol u otro artículo o sustancia de madera”.

En la antigüedad, los soldados romanos crucificaban a las personas utilizando estructuras de madera de diversas formas. A veces utilizaban estacas o postes verticales. Otras veces se utilizaban cruces de madera fijando vigas en la parte superior o justo debajo.

La Biblia no especifica la forma exacta del “stauros” o “xúlon” en el que Cristo fue crucificado. Pero a la luz de los significados históricos de “stauros” y “xúlon”, es probable que fuera sobre una estaca o poste vertical, no sobre una cruz de dos vigas.

Sin embargo, no hay que darle demasiado énfasis la forma de la cruz. Si Dios hubiera pensado que era importante que supiéramos exactamente cuál era, lo habría registrado claramente, dejándonos sin dudas.

La forma no es importante — ¡sino el sacrificio de Cristo!

Enfoque equivocado

El cristianismo establecido a menudo centra la atención de sus seguidores en un Jesucristo representado como un bebé indefenso en un pesebre o como un debilucho afeminado y de pelo largo que cuelga muerto en una cruz.

Sin embargo, la Biblia revela que Cristo ahora tiene un aspecto completamente diferente. Inspirado por Dios, el apóstol Juan describió así la apariencia actual de Jesús: “Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza” (Apo. 1:14-16).

Dios no habría inspirado esta descripción a menos que quisiera que conociéramos la apariencia glorificada de Cristo. En lugar de enfocarnos en cómo pudo haberse visto en el pasado, deberíamos pensar en la apariencia de Cristo en términos de cómo se ve hoy — ¡como un rey que pronto vendrá y gobernará a todas las naciones!

¡Esta es una imagen muy diferente a la que invoca el cristianismo tradicional! — que pone énfasis en los “sentimientos”, las “emociones” y las cosas “físicas”. La Biblia llama a este enfoque una falsa “apariencia de piedad” (II Tim. 3:5). Esto es especialmente cierto para una cruz.

Las personas poseen cruces y otros objetos religiosos para “sentirse religiosas”, pero el segundo mandamiento prohíbe claramente cualquier representación de la apariencia de Cristo o el Padre o cualquier otra imagen religiosa: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás…” (Éxo. 20:4-5).

Las cruces son hechas — “esculpidas” — por la mano del hombre. Estas son de “abajo en la tierra”. Supuestas imágenes o cuadros de Jesucristo o Dios el Padre (que están arriba en el cielo) también son reproducidos por manos de hombres. Ambos son utilizados como objetos de culto — son adorados y venerados.

Cualquier imagen, cuadro o estatua de Jesucristo o de Dios quebranta claramente el segundo mandamiento, y esto incluye todas las cruces y crucifijos. Todos esos íconos se convierten en objeto de adoración, lo que también quebranta el primer mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxo. 20:3).

El antiguo Israel cayó constantemente en la adoración de objetos físicos, como el becerro de oro en Éxodo 32. Hoy no es diferente.

Los seres humanos con mente física desean representaciones físicas de Dios, así como símbolos físicos a los que puedan atribuir significado. Les resulta difícil (de hecho, imposible) adorar a un Dios que no pueden ver. Sin embargo, Hebreos 11, los versículos 1 y 6, dicen que debemos creer que Dios existe incluso aunque no podamos verlo.

Dios está compuesto de espíritu. No consiste en nada hecho por manos humanas, de madera, piedra, oro, plata, marfil o cualquier otra cosa. Dios busca a quienes le adoran en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24) — no con objetos físicos.

Veamos el símbolo de la cruz por lo que es — ¡pagano! Su significado y simbolismo no honran a Dios ni a Jesucristo. La Biblia enseña claramente que el pueblo de Dios no debe practicar ni tolerar ninguna forma, costumbre, tradición o práctica pagana (Deut. 7:1-6; Jer. 10:1-5; Apo. 18:1-4).

El enfoque correcto

¿Cómo, entonces, debe una persona honrar a Jesucristo? ¿Qué clase de adoración aprueba Él? Permita que la palabra de Dios responda: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga [Dios] justamente” (I Ped. 2:21-23).

Adorar a Dios en “espíritu y en verdad” significa seguir el ejemplo que nos dejó Jesucristo. Significa moldear su vida según su ejemplo. Su enfoque debe estar en cómo vivió Él — en completa sumisión al Padre — obedecer fielmente todos los mandamientos, incluido el segundo mandamiento.

Él dijo, “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). También: “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Juan 15:10).

En otras palabras, amar a Dios — adorarlo — solo se puede expresar verdaderamente mediante el cumplimiento activo de los mandamientos. Nuestra fe debe ir acompañada de acciones (Stgo. 2:20). Jesucristo nunca llevó ni tuvo una cruz, y tampoco deberían hacerlo sus seguidores. El cristianismo verdadero es un camino de vida que usted vive — exactamente de la misma manera que vivió Jesucristo mientras estuvo en la Tierra — no se exhibe con ningún símbolo religioso.

Si bien puede ser “justificado en su sangre” (Rom. 5:9), perdonado de pecados pasados por su muerte, el siguiente versículo aclara que usted es “salvo por su vida” (vs. 10).

En lugar de enfocarse principalmente en la muerte de Cristo, que es el propósito central para exhibir la cruz, ¡debería imitar su vida! Si le permite, Él vivirá esa misma vida de observancia de los mandamientos en usted.

Para un estudio exhaustivo de la vida de Jesús, también la manera en cómo guardó los mandamientos, lea el libro El verdadero Jesucristo – Desconocido por el cristianismo.