¿Quién y QUE es Dios? Esta cuestión importantísima ha confrontado por milenios a la humanidad. Mas la respuesta yace en el corazón de la religión verdadera. Este es el tema central del cristianismo—al Dios que uno adora.
¿Es el verdadero Dios de la Biblia una Trinidad? ¿Puede comprobarse esto? O ¿es Dios una Familia—y puede demostrarse?
Usted puede tener un entendimiento dificultoso, algo de entendimiento o mucho entendimiento de éste folleto. ¡Esto puede ser bueno! Entender la Trinidad siempre ha sido condenado a que sea incapaz de explicarse—un misterio.
La Trinidad nunca ha tenido sentido—y nunca ha sido una enseñanza de la Biblia. Hablando de las acciones rusas en 1939, Winston Churchill dijo: “Es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”. Como usted lee, verá usted que ese famoso dicho DEFINE la doctrina de la Trinidad.
Este folleto explicará la naturaleza y el papel del Espíritu Santo. Este folleto responderá la cuestión, “¿Quién y qué fue Cristo?” También explicará el origen e historia de la doctrina de la Trinidad—y cubrirá las principales escrituras citadas para “probarla”. Y probará la verdad de las Escrituras acerca de la naturaleza real del Dios de la Biblia.
Definiendo la Trinidad
¿Cuál es la naturaleza verdadera de Dios? Muchas denominaciones cristianas profesas claman una creencia en la Trinidad—que Dios, Cristo y el Espíritu Santo son tres miembros de la Deidad, coexistiendo como una entidad. Aunque el término “Trinidad” no aparece en lugar alguno en las Escrituras, esas denominaciones claman que la Palabra de Dios es la fuente de sus creencias. La mayoría de los asistentes a la iglesia simplemente aceptan las explicaciones presentadas por sus clérigos, sin tomarse el tiempo para examinar la doctrina y compararla con lo que enseña la Biblia.
Dios no es autor de confusión (I Cor. 14:33). Y El manda a todos a los que El escoge para que lo sigan que lo adoren “en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24). Para hacer esto, uno debe entender quién y qué es El. Para muchos esto significa aprender primero lo que no es El.
¿Cuán importante es para usted que el Dios Todopoderoso, el creador del universo, manda, “No tendrás otros dioses delante de mí”? ¿Daría Dios éste, el primero de los Diez Mandamientos, y luego dejará al razonamiento humano el determinar quién es El? La Palabra de Dios muestra claramente que el hombre por sí mismo no es capaz de entender asuntos espirituales (Prov. 14:12; Jer. 10:23).
Pregúntele a un teólogo trinitario que le explique la trinidad en términos teológicos, y él probablemente obrará maravillas. La explicación puede deslumbrarlo a usted, cuando él use términos como “la esencia no es exclusiva para solo uno de esos a la vez… La esencia no es divisible entre la distinción de personas mas es indivisible”.
Ese mismo razonamiento sigue adelante, reduciendo a Dios a mera fórmula química, y al cristianismo en un “experimento controlado”: “¡Es un hecho químico que el agua pura, cuando es colocada en vacío bajo la presión de gas de 230 milímetros y a una temperatura de 0 grados centígrados se solidificará en hielo en la parte baja del recipiente, el líquido se mantendrá en el centro y a lo alto esta se vaporiza! En un momento dado la misma agua es tanto sólida, líquida y gas más las tres son manifestaciones de la misma sustancia base H2O – dos partes de hidrógeno y una parte de oxígeno.
“¿No puede el Creador de esa sustancia ser el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—tres Personas y una Naturaleza como Espíritu sin violar las leyes de la lógica o la razón?” (Permítannos a los Ministros Razonar).
Una falta mayor y obvia de éste “módulo” estilo receta es que Dios no puede ser definido por Su creación. El argumento de arriba depende de un nivel fijado de ciertos factores (gas, presión, temperatura, en un vacío). Dios, que es Espíritu (Juan 4:24), no está restringido o gobernado por hechos físicos científicos (de la química o de otra manera). Cristo caminó sobre el agua (Mat. 14:25); convirtió agua en vino (Juan 2:7-10); leyó mentes (Mat. 9:4; 12:25; Luc. 5:22; 11:17); caminó a través de paredes (Juan 20:26); levantó muertos (Mat. 14:25; Juan 11:43-44); El mismo fue levantado de entre los muertos (Mat. 28:7; Mar. 16:6; Luc. 24:6); y desafió la gravedad (Hechos 1:9). (Pídale a los teólogos que le expliquen esas cosas por mera lógica o razón). Y Dios puso en movimiento las leyes que gobiernan el universo, no de otro modo (Examine Job 38).
La Biblia declara, “…las cosas invisibles de El, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que no tienen excusa” (Rom. 1:20). Pero las analogías comparando el mundo físico y el reino espiritual son válidas solo si no contradicen la Palabra plena de las Escrituras.
Si usted le hubiese preguntado a un trinitario que le explicase la “doctrina” en claro español, usted encontraría que no puede hacerse así. Si usted estuviese buscando más, buscando respaldo bíblico para la enseñanza, encontraría usted que los trinitarios se enfocan solo en unos pocos versículos (tomándolos completamente fuera de contexto) y confrontándolos para decir algo que claramente no dicen.
Usted encontrará también explicaciones tales como la siguiente: “Nadie puede posiblemente entender el ‘tres en uno’”. Cuando son interrogados respecto a la creencia en un Trío o un Dios tres en uno, la respuesta es “en efecto—¿QUIEN LO SABE? Esto es algo que debemos aceptar en fe.
“La mente del hombre no puede entender por completo el misterio de la Trinidad. El que trate de entender el misterio por completo perderá su mente. Pero el que negaría la Trinidad perderá su alma” (Harold Lindsell y Charles J. Woodbridge. Un Manual de Verdad Cristiana, págs. 51-52).
Considere las implicaciones de esa declaración. Los autores sugieren que, en vez de estudiar para entender la verdad entera sobre el tema, uno simplemente debe tomar su palabra. La declaración de arriba debiese causar preocupación en las mentes de aquellos que simplemente aceptan la doctrina de la Trinidad como válida. Las propias palabras de Dios son: “PROBADME ahora en esto” (Mal. 3:10).
El apóstol Juan escribió “Amados, no creáis á todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo. (I Juan 4:1). El apóstol Pablo escribió: “Probad todas las cosas, retened lo bueno” (I Tes. 5:21). El exhortó también “trabajad en vuestra propia salvación con temor y temblor” (Fil. 2:12). También en II Timoteo 1:7, él escribió “Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza”. (En la versión King James la palabra templanza está traducida como mente estable).
Si el Espíritu de Dios tiene la cualidad de dar mente estable a un cristiano, entonces la demencia—“perder su mente” no puede resultar posiblemente del entendimiento de quién y qué es Dios y el papel del Espíritu Santo. La declaración citada arriba destruye la credibilidad de la doctrina que supuestamente respalda.
Muchos Problemas Inherentes
Aunque algunos eruditos reconocen abiertamente que no hay prueba bíblica para la Trinidad, la mayoría de los Cristianos profesos simplemente pasan por alto tales admisiones escogiendo “aceptar en fe” lo que a ellos se les enseña desde el púlpito como la verdad de la Palabra de Dios.
Pero ¿es así?
Pregúntele a un trinitario por qué, si Dios es una trinidad, el término mismo no se encuentra en parte alguna de las Escrituras (ni la frase “tres en uno” o algún otro término similar). “El término ‘Trinidad’ no es un término bíblico, y no estamos usando lenguaje bíblico cuando definimos lo que es expresado en la doctrina” (“Trinidad”, La Enciclopedia Internacional Estándar, p. 3012).
“La palabra [Trinidad] no se encuentra en la Biblia… La doctrina formal de la Trinidad como fue definida por los grandes concilios de iglesias de los siglos cuarto y quinto no se encuentra en el NT [Nuevo Testamento]” (Diccionario Bíblico de Harper, págs. 1098-1099).
Pregúntele a un trinitario por qué Cristo y Sus apóstoles nunca enseñaron esa doctrina.
Pregúntele a un trinitario cómo, si el Espíritu Santo es una persona, uno lo recibe después del bautismo y la imposición de manos. (Aun si esto pudiese hacerse, ¿cómo alguien más lo recibe a “El”? “El” tendría que “trabajar alternamente” Esto se explicará después).
Pregúntele a un trinitario cómo es que un hereje como Simón el Mago reconoció el Espíritu Santo como un PODER y no una persona (Hech. 8:19).
Pregúntele por qué, si el Espíritu Santo es una persona (un tercio coparticipe de la Deidad). Pablo ni aun lo mencionó como “El” en sus saludos—ni una vez ¿Fue Pablo un hereje? O podría estar pasando por alto algo tan importante como la deidad del Espíritu Santo? ¿Fue un blasfemo? ¿Es posible que durante los once años de entrenamiento apostólico de Pablo, Cristo falló en mostrarle algo tan vital?
“Seguramente”, podría razonar usted, “¡dos mil millones de Cristianos profesos no pueden estar equivocados!”
Pero considere más adelante: Aun entre los trinitarios hay desacuerdo acerca de exactamente cual es la naturaleza de Dios (“¿Qué significa tres en uno?”). Pablo declaró, “Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. (I Cor. 1:10).
¿Por qué inspiraría Dios a Pablo a hacer la declaración de arriba? Y ¿por qué habría tenido que registrarlo en Su Palabra para todos los tiempos, si El realmente quisiese que los cristianos pensaran lo que se les ocurriese, o “Crea lo que quieras, para que seamos más”?
La doctrina de la Trinidad apela a muchos porque enseña que Cristo y el Espíritu Santo trabajan en nuestro lugar, en ves de que Cristo trabajando en nosotros por el poder del Espíritu Santo. Esto libera al cristiano de la necesidad de hacer algo—aparte de solo “aceptar a Jesús”. Supuestamente, cuando esos “cristianos” entran al reino de Dios nada tendrán que hacer, excepto “tomar” el sol a los pies de Dios”. Ellos ignoran versículos como Filipenses 2:13: “Porque Dios es el que en vosotros obra así el QUERER como el HACER, por su buena voluntad”.
Note lo que la Nueva Enciclopedia Católica dice acerca de la Trinidad: “…uno no debería hablar del trinitarismo en el Nuevo Testamento sin calificación seria… Cuando uno habla de Trinitarismo no calificado uno se ha movido del período de los orígenes cristianos por decir, el último cuadrante del siglo cuarto. Fue solamente entonces que lo que podría ser llamado el dogma definitivo trinitario ‘un Dios, tres personas’ se volvió ampliamente asimilable dentro de la vida y el pensamiento Cristiano.
“Allí yace la dificultad. Por un lado fue la fórmula dogmática de ‘un Dios en tres Personas’ que de allí en adelante por más de 15 siglos de estructura y guía la esencia trinitaria del mensaje cristiano… Por otro lado, la fórmula misma no refleja la conciencia inmediata del período de los orígenes, fue el producto de tres siglos de desarrollo doctrinal”.
En otras palabras, la idea de “tres seres en un Dios” no se originó con la Iglesia del Nuevo Testamento. Ni Cristo, ni los doce apóstoles originales la enseñaron. Ni tampoco Pablo. ¡Aun la Nueva Enciclopedia Católica lo admite!
En vez de eso, la doctrina de la Trinidad se cuece a fuego lento en la mente de los cristianos profesos por casi tres siglos. Para el siglo cuarto, se convirtió en la doctrina oficial de la gran iglesia universal.
La Trinidad niega y limita la naturaleza de Dios, enseña falsamente que El es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Niega Escrituras que muestran que Dios es una FAMILIA.
Dios se está reproduciendo a sí mismo, expandiendo Su Familia con muchos hijos. Esos hijos (e hijas)—cristianos—son engendrados por el Espíritu Santo de Dios, que les imparte el poder para desarrollar el carácter divino. Finalmente, al Retorno de Cristo, serán cambiados de mortales a inmortales, de físicos a espirituales, del género humano al género de Dios (I Cor. 15). La doctrina de la Trinidad limita a Dios y niega SU PLAN MAESTRO DE SALVACIÓN para la humanidad.
La Vaga Explicación de la Trinidad
Si usted fuese a probar profundamente los fundamentos de la doctrina de la Trinidad, usted la encontraría cuestionable. Si usted la prueba a suficiente profundidad, se vería que está construyendo sobre nada mas que arenas movedizas por eruditos y religiosos que se proponen explicar las Escrituras sin más grande herramienta que la conjetura humana.
Considere la siguiente explicación del Diccionario Bíblico de Unger (DBU): “Aunque la doctrina de la Trinidad es implícita en vez de explícita en el Antiguo Testamento, al mismo tiempo, está apropiadamente retenida con la luz que acompaña esta verdad en el Nuevo Testamento, verdad que puede ser encontrada en el Antiguo Testamento (por ejemplo Núm. 6:24-26; Isa. 6:3; 63:9, 10 la santidad del número simbólico tres…)” (p. 1118).
Un problema inherente en el argumento de arriba es el simbolismo asociado con el número tres. A través de las Escrituras, el número tres es usado para denotar algo completo en tiempo o eventos. Pero nunca en referencia a Dios. Dios usa tres temporadas anuales de Días Santos para describir Su Plan de salvación (Deut. 16:16), puntualiza tres resurrecciones (I Tes. 4:16; Apo. 20:5-15). Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches (Jonás 1:17). Cristo mencionó a Jonás dándolo como la única señal de que El era el Mesías, el hecho que El estaría tres días y tres noches en el sepulcro (Mat. 12:39-40).
Examinando una de las Escrituras citadas en DBU mostrará la invalidez del argumento presentado.
Números 6:24-26: “El Eterno te bendiga, y te guarde: Haga resplandecer El Eterno haga resplandecer su rostro sobre ti, y haya de ti misericordia: El Eterno alce á ti su rostro, y ponga en ti paz.” Teólogos y eruditos esposados a la doctrina de la Trinidad alegan que éstos versículos son una de las pruebas de que Israel reconoció una Deidad triuna.
La falacia frontal de ese argumento es demostrada por el hecho de que los judíos posteriormente rechazaron a Cristo y aun le acusaron de blasfemia cuando El clamó ser el Hijo de Dios. Y en Hechos 19:2 muestra plenamente que algunos ni aún habían oído hablar del Espíritu Santo”. Si la antigua Israel, como un todo, hubiese reconocido (en forma o en principio) la existencia del Espíritu Santo como un tercer miembro de una Divinidad triuna, ¿cómo es que los judíos “ni aún habían oído hablar de él”?
Note Mateo 28:19: “Por tanto, id, y doctrinad á todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Aquí vemos que el bautismo es efectuado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Si un creyente en la Trinidad hubiese estado en el corazón de la antigua adoración de Israel a Dios y si Números 6:24-26 es un anteproyecto de esta ¿por qué no es más explícita? Si Números 6 constituye una supuesta “formula deificada” trinitaria, ¿por qué esos versículos no dicen “Padre”, “Hijo” y “Espíritu Santo”?
El segundo problema con el argumento es el clamar que tres miembros separados de la Deidad están cada uno de ellos concediendo una bendición sobre Israel. Pero Deuteronomio 6:4 hace claro que “Oye, Israel: EL ETERNO nuestro Dios, EL ETERNO uno es. Aquí y en Números 6, la palabra hebrea traducida como “EL ETERNO” es YHWH que significa “el que auto existe o El Eterno”, no “El Eterno tres en uno”.
Esa palabra se encuentra por vez primera en Génesis 2:7, donde encontramos el registro de EL ETERNO Dios (YHWH) formando al hombre “del polvo de la tierra”. Fue EL ETERNO Dios quien estuvo en el Jardín de Edén, fue con quien Adán y Eva se comunicaron directamente, aquel a quien se refiere como “el Verbo” en Juan 1:1.
Esto puede ser comprobado examinando y entendiendo la raíz de la palabra hebrea de la cual se deriva YHWH: HYH, significa “era”; HVH significa “es” (actualmente “el tiempo presente” – el idioma hebreo no incorpora el verbo “es”); y YHYH, significa “continuará siendo”.
Simplemente ensamblando las partes, la definición YHWH se vuelve clara: Era-Es-Continuará siendo”. Los eruditos en idioma hebreo están de acuerdo que YHWH es una derivación del verbo infinitivo “ser o estar”. Esto se ve en Exodo 3. cuando Alguien hablando con Moisés se identifica a Sí Mismo como “YO SOY” (vs. 6), y “YO SOY EL QUE SOY” (vs. 14). Veremos que ¡este era el mismo Ser que se convirtió en Jesucristo!
A través de Su nombre propio, Dios demuestra que Su existencia y presencia no está limitado por el tiempo—El ha existido siempre y siempre lo hará. Malaquías 3:6 va más adelante mostrando esto: “Porque yo El Eterno [YHWH], no cambio…” Esto se expande por la frase, “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos” (Heb. 13:8); y por la declaración: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, dice el Señor, el que es, el que era y el que será, el Todopoderoso” (Apo. 1:8).
Historia de la Doctrina de la Trinidad
La aparición de Jesucristo en la escena mundial, como alguien clamando ser el Hijo de Dios, presentó un problema mayor para el establecimiento religioso judío. Ellos reconocían la existencia de un solo Ser Dios. Su creencia estaba basada en tales elementos en el Pentateuco (los primeros cinco libros de la Biblia) como “Oye, oh Israel, EL ETERNO nuestro Dios, es un SEÑOR”. Porque su enfoque en la “letra de la ley”, ellos no podían ver consistencia en declaraciones como esa y la declaración de Cristo, “Mi Padre y Yo, somos Uno” (Juan 10:30). Ellos le acusaron de blasfemia y prepararon apedrearlo (vs. 31-33).
Desde la perspectiva de los judíos, si lo dicho por Cristo fuese verdad, no habría distinción entre ellos y los paganos que los rodeaban, cuya religión estaba basada en el politeísmo. Si Cristo fuese verdaderamente el Hijo de Dios, la estructura monoteísta de la religión judía se colapsaría.
¿ Era Cristo quien El clamaba ser? El podría fácilmente podría haberle dicho a los judíos que El caminó sobre el agua, sanó a los enfermos, resucitó muertos, convirtió agua en vino y convirtió un puñado de panes y peces en suficientes para alimentar a miles—y sobraron. En vez de esto El apostar en la legitimidad de que El era el Mesías en una cosa: El resucitaría del sepulcro después de tres días y tres noches. (Solicite nuestro folleto gratuito LA RESURRECCIÓN DE CRISTO NO fue en Domingo para aprender más).
Aun hoy, la mayoría de los cristianos profesos no saben quien fue Cristo. Los primeros gnósticos del siglo primero negaron que Cristo literalmente se convirtió en un hombre de carne y sangre. La Biblia de Estudio MacArthur (Nueva Versión del Rey Jacobo) declara, “El gnosticismo fue la herejía más peligrosa que amenazó a la iglesia primitiva durante los tres primeros siglos”.
Los gnósticos enseñaron que la materia (carne) es enteramente malvada y el espíritu enteramente bueno. Guiados por Cerinthus, un maestro falso en Efeso, ese culto negaba que Dios quien es Espíritu, se convirtiese literalmente en un hombre carne y sangre. En vez de eso, algunos creían que cuando Cristo vivió sobre la tierra no tuvo un cuerpo real—solo “parecía” real. Ellos creían que Cristo era un tipo de “fantasma”.
Otros creyeron que el Cristo divino (espíritu) unido con el Jesús humano (carne) al bautizarse y lo dejó antes de que muriese. Debido a que Cristo no murió, razonaban ellos, no necesitaba ser resucitado de la muerte.
Ambas ideas son falsas. Niegan que Jesucristo fue una vez un ser humano de carne y sangre siendo tentado como todos los hombres y capaz de pecar, pero no pecó. (Heb. 4:14-15). Aquí está el problema con su razonamiento. Si Cristo no era carne, entonces El nunca fue tentado a pecar. Si El nunca fue tentado, nunca fue capaz de pecar, El no venció el pecado y no pudo ser un ejemplo para que nosotros también hagamos lo mismo (Apo. 3:21; I Ped. 2:21)—y ¡no tendríamos Salvador!
Pero Juan I dice que Cristo (quien era Dios) se convirtió en carne: “En el principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El mismo estaba en el principio con Dios… Y el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros…” (vs. 1-2, 14).
Mateo 4 describe a Cristo siendo tentado por el diablo: “Entonces Jesús fue llevado en espíritu al desierto para ser tentado por el diablo… Y cuando el tentador vino a El, le dijo, Si Tú eres el Hijo de Dios, manda que esas piedras se conviertan en pan” (vs. 1-3). Si Cristo nunca fue carne ¿cómo podría ser tentado? Santiago 1:13 declara: “Dios [como un Espíritu] no puede ser tentado del mal”.
Pero Hebreos 4:15 declara: “Pero [Cristo] fue tentado en todo como nosotros…” Toda carne está sujeta a tentación.
Cristo dijo, “Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). ¿Cómo puede ser esto verdad si el nunca se convirtió en carne y nunca fue tentado y por lo tanto nunca fue capaz de pecar? Como usted puede ver las doctrinas falsas de Cerinthus y los gnósticos están basadas en el razonamiento humano. ¡Desafían la plena y simple VERDAD de las Escrituras!
La Trinidad No fue Enseñada por Cristo
Juan 14, 15 y 16 contienen los versículos citados más a menudo por los trinitarios como “prueba” de que el Espíritu Santo es una persona. En esos relatos, Cristo se refiere al Espíritu como “el Consolador”. El pronombre masculino “el” es usado en referencia a la palabra Consolador (del griego parakletos). Esto es resultado de la estructura gramatical del lenguaje griego, en el cual fue escrito originalmente el Nuevo Testamento. El género no le fue asignado al Espíritu Santo, meramente a la palabra usada para describirlo. Esto será después explicado.
En el resto del Nuevo Testamento, la palabra griega pneuma, que significa “aliento” o “espíritu” es traducido como “Espíritu”. Esto es equivalente también de la palabra hebrea del Antiguo Testamento traducida como “espíritu” (rúah). Gramaticalmente la palabra pneuma es neutra.
Cristo dijo en Juan 10:30 “Mi Padre y Yo Uno somos”. ¿Qué significa esto? Para entender apropiadamente lo que Cristo quiso decir, debemos voltear al Antiguo Testamento.
Amós 3:3 hace una pregunta retórica: “¿Pueden dos caminar juntos, a no ser que estén de acuerdo?” Cristo y el Padre son de la misma mente. Ambos están unificados tanto en pensamiento como en propósitos. Note que en Juan 10:30, Cristo NO dijo “Mi Padre, Yo, y el Espíritu Santo somos Uno”. Si Dios es una Trinidad, ¿por qué tendría Cristo que excluir al Espíritu Santo en Su explicación de relación de la Deidad? Esta es una enorme pregunta sin contestar.
En Juan 14:9, Cristo NO dijo: “El que me ha visto, ha visto al Padre y al Espíritu Santo”. Juan 1:1-3 muestra la relación que Dios y Cristo tienen: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. El mismo estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por El fueron hechas; y sin El nada de lo que existe fue hecho”.
De nuevo no hay mención del Espíritu Santo. Solo se hace referencia a DOS seres.
La palabra griega Logos, traducida como “Verbo”, significa también “vocero”. El Salmo 33 muestra el papel que El tuvo en la creación del mundo: “Por la palabra de EL ETERNO fueron hechos los cielos; y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca” (vs. 6).
En Mateo 19:17, Cristo le preguntó a un hombre joven que lo había cuestionado acerca de la salvación, “¿Por qué me llamas bueno?” Nadie es bueno excepto Uno, que es Dios”. Cristo sabía quién era El (Luc. 2:49). ¿Qué quiso decir con eso? Dos cosas: (1) El estaba haciendo una deferencia al Padre (vea Juan 14:28). Cristo se había vaciado por completo del poder de la Deidad, tomando la forma de carne física, como un siervo (Fil. 2:7); (2) En anticipación de la reacción a Su respuesta. El estaba mostrando la paradoja de la pregunta. El solo había preguntado (“Maestro Bueno, ¿qué debo hacer para tener vida eterna?”) ¿Por qué Cristo sería considerado “bueno” si solo Dios es bueno, y los hombres rechazaron a Cristo como su Hijo? (Vea Luc. 6:46; 20:17; Mat. 7:21; 21:42; 13:57; Mar. 12:10; Hech. 4:11).
“Textos de Prueba” de la Trinidad
Como mencionamos, en ninguna parte de la Biblia encontramos la palabra “Trinidad”. Ni hay tal relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo expresada, ya sea directa o indirectamente. Los proponentes de la doctrina de la Trinidad basan su creencia en un puñado de Escrituras, las cuales toman completamente fuera de contexto y las mal aplican ridículamente. Examinemos algunas de esas Escrituras para entender su significado correcto.
Hechos 5
En los versículos 3 y 4, el apóstol Pedro dice “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón á que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba á ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido á los hombres, sino á Dios”.
¿Cómo podía Pedro decir que Ananías y Safira estaban mintiendo al Espíritu Santo? Porque el Espíritu Santo estaba en la mente de Pedro y le dio a Pedro la capacidad de discernir (Heb. 5:14). Ananías y Safira mintieron. Note I Corintios 2:11 “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. Así, hay dos cosas que podemos aprender y entender sin tener el Espíritu de Dios. Por otro lado, ciertas cosas solo pueden ser entendidas con el Espíritu de Dios.
Cristo demostró esta habilidad de discernimiento en Juan 13:27: “Y tras el bocado Satanás entró en él [Judas]. Entonces Jesús le dice: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”. Note también Marcos 8:33: “Y él [Cristo], volviéndose y mirando á Sus discípulos, reprendió á Pedro, diciendo: Apártate de mí, Satanás; porque no sabes las cosas que son de Dios, sino las que son de los hombres”.
En tiempos del Antiguo Testamento, Dios habló directamente a Sus siervos escogidos. Note el relato siguiente: “Mas El Eterno había dicho á Ahías: He aquí que la mujer de Jeroboam vendrá á consultarte por su hijo, que está enfermo: así y así le has de responder; pues será que cuando ella viniere, vendrá disimulada”. (I Rey. 14:5). Dios había revelado a Su profeta que la esposa de Jeroboam estaba en camino y que ella iba a mentir. El le dijo al profeta como responder.
Note también “…porque El Eterno escudriña los corazones de todos, y entiende toda imaginación de los pensamientos”. (I Cro. 28:9). A la luz de eso, note: “Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de FORTALEZA, y de amor, y de TEMPLANZA” (II Tim. 1:7).
Para entender como Pedro pudo “ver a través” de Ananías y Safira, considere la analogía siguiente:
Un abogado está discutiendo asuntos legales extremadamente técnicos con un cliente potencial. Las implicaciones son tales que solo un abogado con un superlativo entendimiento legal podría manejar apropiadamente. También, solo con un completo y total conocimiento de cada aspecto y detalle de la situación puede el abogado esperar a proceder. Pero el cliente, teniendo motivos deshonestos ulteriores, omite intencionalmente algunos detalles menores. Esos detalles son tan mínimos que pueden potencialmente escaparse de la atención de un abogado no versado intrincadamente en la ley. Pero el abogado ve el engaño por lo que es. Su conocimiento de la ley lo guía a entender los ulteriores motivos del hombre.
Si uno le miente a un granjero acerca de un tema relacionado con ingeniería aerospacial, pudiese ser que no reconozca la mentira. De la misma manera, si uno le miente a un científico de cohetes acerca de un tema concerniente con la agricultura, él pudiese no reconocerlo. ¿Por qué? Porque no está versado en el tema particular. Esa mentira “va directo a su cabeza”.
Es lo mismo con el entendimiento espiritual: “Mas no en todos hay esta ciencia”. (I Cor. 8:7). Note también Job 39:17 “Porque le privó Dios de sabiduría, Y no le dio inteligencia”.
Romanos 8:14 define a un Cristiano: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios”. Ellos deben permitir que el “Espíritu de verdad” los guíe. (Juan 16:13).
En Hechos 5, Pedro, guiado por el Espíritu de Dios trabajando en su mente, fue capaz de discernir tres cosas acerca de Ananías y Safira:
(1) Ellos habían conspirado juntos e iban a verlo a él.
(2) Su pecado y sus motivos.
(3) El castigo que recibirían.
Después de Pentecostés en el año 31 D.C., Dios se comunicó con Sus siervos a través de Su Espíritu (Juan 16:13). Lo de arriba muestra que Pedro pudo decir que ellos estaban mintiendo al Espíritu Santo.
Pedro podía decir que ellos le estaban mintiendo a Dios porque:
(1) Pedro era el apóstol líder en la Iglesia de Dios. Cristo le había dicho a él y a los otros discípulos, “todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo” (Mat. 18:18).
(2) Cristo le había dicho a Sus discípulos: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. (Juan 14:13-14). Cristo les había dado a Sus discípulos poder para actuar en Su nombre. Dios les guiaba en esos asuntos.
(3) A la inversa, El les mostró que todo lo hecho a o para cristianos verdaderos era como si se lo hiciesen a El: “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis á uno de estos mis hermanos pequeñitos, á mí lo hicisteis”. (Mat. 25:40).
Note también los siguientes relatos del Antiguo Testamento:
(4) “Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto… Y á la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra El Eterno; que nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros? …El Eterno ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él: que nosotros, ¿qué somos? vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra El Eterno”. (Exo. 16:2, 7-8).
(5) “Y dijo El Eterno á Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te dijeren: porque no te han desechado á ti, sino á mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. (I Sam. 8:7).
Lo de arriba ilustra por qué Pedro dijo Ananías y Safira estaban mintiendo tanto a Dios como al Espíritu Santo. No era porque el Espíritu Santo sea Dios, como alegan los trinitarios. Ellos estaban mintiendo a uno de los apóstoles de Dios en quien El estaba trabajando a través de Su Espíritu santo.
Considere también la declaración de Pedro “No han mentido a los hombres” Los que abogan por la doctrina de la Trinidad ignoran el hecho de que esposo y esposa habían mentido directamente a Pedro (un hombre). Pedro era un ser humano de carne y sangre. ¿Se estaba elevando él a sí mismo al estatus ya sea de Dios, o del Espíritu Santo? (Vea Hechos 14:7-18).
¿Por qué los trinitarios no consideran esa parte de la declaración de Pedro? De nuevo, sus argumentos no tienen fuerza porque son inconsistentes y no examinan cada aspecto del relato. Como siempre es el caso, los religiosos han tomado una sola Escritura fuera de contexto y ya sea ignorando, o maligned otras Escrituras, construyendo una “casa de cartas” doctrinal.
Hechos 13
Esta Escritura representa un ejemplo perfecto de cómo los religiosos ignoran el contexto, enfocándose en un solo aspecto de un versículo para hacerle decir algo que claramente no dice.
Hechos 13:2-4: “Ministrando pues éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme á Bernabé y á Saulo para la obra para la cual los he llamado. Entonces habiendo ayunado y orado, y puesto las manos encima de ellos, despidiéronlos. Y ellos, enviados así por el Espíritu Santo, descendieron á Seleucia…”.
Note los siete elementos de esa Escritura:
(1) “Ministrando pues éstos al Señor”—Esos hombres estaban buscando la voluntad de Dios en un asunto—específicamente para ordenar a dos hombres. Santiago 4:8 declara: “Acercaos a Dios y el se acercará a vosotros”.
(2) “…y ayunando”—El ayuno es una de las herramientas del crecimiento Cristiano. El ayuno nos ayuda a reconocer a Dios que nada somos por nosotros mismos. El ayuno ata también a Satanás, bloqueando su influencia. Si usted se está acercando a Dios, entonces también está resistiendo a Satanás. Y como Santiago 4:7 declara, si usted “resiste al diablo…él huirá de vosotros”. Al ayunar, esos hombres le demostraban a Dios que ellos querían que Dios se involucrase total y completamente en lo que estaban haciendo.
También un ayuno involucra estar sin alimento ni bebida por un período de por lo menos veinticuatro horas. (Solicite nuestro artículo gratuito: “Lo que Usted Necesita Saber Acerca de Ayunar” para aprender más acerca de cómo ayunar). Lea Jeremías 36:6, Mateo 9:15; Marcos 2:19-20; Lucas 5:35. Así el período de tiempo cubierto entre los versículos 2 y 3 es al menos veinticuatro horas.
(3) “…dijo el Espíritu Santo”—¿Oyeron esos hombres una voz constante por veinticuatro horas? Para entender apropiadamente esa parte de la Escritura, revise la explicación de Hechos 5:3-4. También si ellos hubiesen oído una voz literal de Dios, ¿Por qué ellos habrían sentido la necesidad de continuar en oración y ayuno? ¡Ellos habrían obtenido su respuesta! (Note II Samuel 12:16-23 y Daniel 10:3-13). Ellos estaban siendo guiados por el Espíritu Santo dentro de ellos: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios” (Rom. 8:14).
(4) “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra para lo cual los he llamado”—Este es Dios el Padre quien hace el llamamiento (Juan 6:44, 65). El Espíritu Santo es el medio que El usa para hacerlo. Es también el Padre quien determina quien será usado en el ministerio—y en qué capacidad (I Cor. 12:28). Note de nuevo Romanos 8:14. También, si esta fuese una voz audible de Dios, hablada para que todos la oyesen, habría sido acompañada de obvios despliegues de fuerzas naturales. (Note Juan 5:337 y también Hechos 9:3-7). Para una prueba más amplia, solicite TERREMOTOS y VOLCANES en Profecía, un elemento de nuestra Serie de Condiciones Proféticas).
(5) “…y oraron”—La oración es otra herramienta del crecimiento Cristiano usada para hacer nuestras necesidades conocidas para Dios. Es también la manera en que pedimos a Dios que haga sabernos Su voluntad. (Vea Mateo 6:10; 26:39, 42). De nuevo, si ellos ya habían recibido una respuesta audible, ¿por qué habrían continuado en oración?
(6) “…y puesto las manos encima de ellos”—La imposición de manos es un acto simbólico cuando Dios es llamado, en fe, a bendecir y santificar o para impartir autoridad y poder. Es hecho por cuatro propósitos diferentes: bendición, bautismo, sanidad y ordenación.
Génesis 48:13-20 registra que Efraín y Manases recibieron una única y gran bendición cuando Israel (Jacob) les impuso las manos. La bendición de los niños pequeños es ejecutada también por imposición de manos, como Cristo lo instruyó (Marcos 10:15-16; Mateo 19:13-15; Lucas 18:15-17).
En la ceremonia del bautismo, la persona arrepentida recibe el don del Espíritu Santo al imponérsele las manos. Esto está registrado por primera vez en Hechos 8:17-18: “Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo… por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo”. Vea también Hechos 19:5-6, “Oído que hubieron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban”. Pablo fue el instrumento para que Timoteo recibiese el Espíritu Santo de Dios (II Tim. 1:6).
La sanidad de Dios es también el resultado de la oración de fe de un anciano, acompañada con la imposición de manos sobre la cabeza de la persona afligida. Encontramos este ejemplo en Hechos 9:17 “…Ananías entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista”.
La ordenación a un cargo dentro de la Iglesia de Dios es hecho también a través de la imposición de manos. El primer ejemplo es encontrado en Hechos 6:6-8, involucrando la ordenación de diáconos “…los cuales orando les pusieron las manos encima. …Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía prodigios y milagros grandes en el pueblo”. La Iglesia de Dios hoy observa fielmente esta práctica en toda ordenación. Hebreos 6:2 lista la ordenación como una de las doctrinas de Dios.
(7) “…ellos despidiéronlos” – Esos hombres estaban actuando en el nombre de Dios, ordenando hombres en altos cargos dentro del ministerio. Esta parte del versículo revela dos cosas: (a) Adicionalmente a la oración y el ayuno, ellos habían tenido consejo juntos para alcanzar una decisión sabia (note Proverbios 11:14; 15:22); (b) el Espíritu santo por sí mismo no envió a esos hombres. Note de nuevo que el versículo declara: “…ellos” [Níger, Lucio, Mamen] los despidieron”.
Romanos 8:9
“Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él”. Esa es la “prueba del DNA” para un cristiano, (Si usted no tiene los genes de su padre no es su hijo biológico. Lo mismo es con Dios. Si usted no tiene Su Espíritu Santo, usted no es Su hijo engendrado). Dios sabe lo que estaba haciendo. Note de nuevo Romanos 1:20.
Podemos entender el proceso del engendramiento espiritual examinando el proceso del engendramiento humano. En el proceso de reproducción, un huevo tiene que ser fertilizado por una célula espermática. Entonces se “sella”. Y no puede ser fertilizado por otro esperma. No hay misterio en esto.
Ahora, si el Espíritu de Cristo y el Espíritu de Dios son dos espíritus diferentes (“Mi Padre y yo Uno somos”; “Cristo no está dividido”), entonces ¿qué Espíritu convierte a una persona en un verdadero Cristiano al morar en él? Y si ellos fuesen dos espíritus diferentes, eso aun no validaría la Trinidad. (Deberían ser cuatro).
Después del bautismo y de la imposición de manos (el punto en que uno recibe el Espíritu Santo), somos engendrados por el Padre, tal como Cristo fue engendrado en el vientre de María por el Padre (“llevar a la gloria a muchos hijos”—Heb. 2:10). Esto nos lleva a tener la mente de Cristo (Fil. 2:5). Una vez que somos engendrados, Cristo, “el primogénito entre muchos hermanos” (Rom. 8:29), vive en nosotros (Gal. 2:20). En ese punto, tenemos el espíritu de ambos: de Cristo y del Padre morando en nosotros. Ese es el mismo Espíritu. Como muestra Lucas 16:13, “Nadie puede servir a dos amos”.
No obstante, un Cristiano puede “abortar”, durante su tiempo de vida si no continúa en el sendero correcto, como Hebreos 6:4-6 muestra, “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo. Y asimismo gustaron la buena palabra de Dios, y las virtudes del siglo venidero, Y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, y exponiéndole á vituperio”.
I Juan 5:7-8
Esta escritura declara lo siguiente: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el agua, y la sangre: y estos tres concuerdan en uno”.
Aun tomados como están, esos versículos no validan la doctrina de la Trinidad. ¿Por qué los trinitarios le atribuyen vida al Espíritu Santo mas no al “agua” ni a la “sangre”? Por lógica trinitaria, si uno incluyese el agua y la sangre , esta declaración no demostraría que Dios NO es una trinidad. En vez de eso, El sería un quinteto (cinco en uno).
Los transcriptores que creen en el concepto de la Trinidad añaden las palabras en itálicas para respaldar sus creencias. Quienes usan esos versículos para respaldar la doctrina de la Trinidad ya sea que ignoran que esos versículos fueron alterados, o están abiertamente tratando de engañar. Aunque estos versículos se encuentran en las versiones Reina Valera, King James y New King James, hay una nota al margen en la versión New King James declarando: “Se omite el resto del v. 7 a través de en la tierra del v. 8, se encuentra un pasaje en griego de solo cuatro o cinco manuscritos muy tardíos”.
El Comentario Crítico y Experimental dice de esta sección que el versículo no se encontraba en la Vulgata Latina hasta el siglo ocho. El Comentario de Adam Clarke declara, “Por lo que este versículo no es genuino, no aparece en cada manuscrito de esta epístola escrito antes de la invención de la imprenta, a excepción del Codees Montiforti en el Colegio de la trinidad en Dublín, los otros que omiten este versículo son ciento doce.
“Este no se encuentra ni en sirio, ni árabe, ni etiope, ni copto sahidic, ni armenio, ni eslavo, etc., en una palabra, en todas las versiones antiguas, en la Vulgata y en los manuscritos más antiguos correctos no se encuentra. Tampoco en los padres griegos ni en la mayoría de los latinos”. (Solicite nuestro artículo “¿Qué Traducción de la Biblia Debería Usted Usar?”).
Ese versículo debería leerse así: “Son tres los que llevan registro: el ESPIRITU, el AGUA y la SANGRE, y esos tres están de común acuerdo”.
¿Qué es lo que significa “Son tres los que llevan registro”? Llevar registro es “llevar testimonio” es atestiguar o testificar algo. Cuando un testigo testifica en una corte, él está diciendo “la verdad, la verdad entera y nada más que la verdad”. Por lo tanto, esos tres elementos del proceso de conversión “atestiguan” el hecho de que una persona verdaderamente es un cristiano. Esto trabaja de la siguiente manera:
(1) Rom. 8:16-17: “Porque el MISMO ESPIRITU da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo; si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. El versículo 9: “Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él”. Es al recibir el Espíritu Santo en el momento en que uno es engendrado por el Padre. Con este Espíritu en nuestra mente podemos comenzar a entender la Palabra de Dios y Su Plan: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. (I Cor. 2:11)
(2) La muerte y la sepultura simbolizados por el bautismo en AGUA, antes precedido de la verdadera conversión, que es el medio por el cual le mostramos a Dios nuestra disposición de vivir una nueva vida, “desconectando …el viejo hombre” (Efe. 4:22; Gal. 2:20; Rom. 6:4-6), y caminar en “novedad de vida”. Esto demuestra también nuestra fe en la muerte de Cristo y en su resurrección. (Si El no es levantado, por analogía uno pudiera estar también “bajo el agua”).
(3) La SANGRE de Cristo nos limpia de nuestros pecados pasados (Rom. 5:9; Efe. 1:7; 2:13; Col. 1:14; Heb. 9:12) por el arrepentimiento y el bautismo. (Solicite nuestros folletos gratuitos ¿Qué quiere decir el BAUTISMO EN AGUA? y ¿Qué es la verdadera CONVERSIÓN?).
En Mateo 28:19, Cristo dio a Sus apóstoles la instrucción de “Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Teólogos y religiosos han malentendido universalmente el significado de esa instrucción.
Ellos iban a bautizar en el nombre del Padre, porque es la bondad de Dios la que guía al reconocimiento de los pecados de uno y al arrepentimiento (Rom. 2:4). También es el Padre “Del cual es nombrada toda la parentela en los cielos y en la tierra” (Efe 3:15).
Ellos iban a bautizar en el nombre del Hijo, porque Su muerte, en lugar nuestro, hace posible la salvación (Rom. 5:8; II Ped. 3:9).
Ellos iban a bautizar en el nombre del Espíritu Santo, porque e Padre lo usa para engendrarnos (Rom. 8:16).
¿Por qué se Refiere al Espíritu Santo como “El”?
Otra pieza de “evidencia” del personaje del Espíritu Santo es el uso de el pronombre masculino “El”. No obstante, cuando es examinado apropiadamente, esta evidencia es demostrada como absolutamente circunstancial y no de valor “conclusivo trinitaria”. La ironía de esto es que las enseñanzas de los eruditos supuestamente están versadas en el idioma griego del Nuevo Testamento. A diferencia del inglés, a los sustantivos se les asigna siempre un género. Ellos son masculinos, femeninos o neutros. Esto es completamente arbitrario, teniendo nada que ver con cualquier definición actual de calidad de la persona, lugar o cosa a la que se refiere. Y los pronombres deben estar de acuerdo en el género con los pronombres que están sustituyendo. Considere los siguientes tres ejemplos:
Apocalipsis 1:16 “Y tenía en su diestra siete estrellas: y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Y su rostro era como el sol cuando resplandece en su [del sol] fuerza”. Ese versículo es un ejemplo de cómo al género se le podría inconscientemente atribuírsele algo que claramente no tiene género. El pronombre posesivo “su”, refiriéndose al sol, es estrictamente una herramienta gramatical. Tal uso de pronombres de género específico en referencias a objetos inanimados es encontrado en otros idiomas, tales como el francés y el español. En esos idiomas, el género de un pronombre posesivo está de acuerdo con el objeto no con su sujeto. De nuevo es una HERRAMIENTA GRAMATICAL. En el caso de Apocalipsis 1:16, obviamente, ni el “sol” ni la “fuerza” tiene un género inherente.
Isaías 13:13 “Porque haré estremecer los cielos, y la TIERRA se moverá de SU lugar, en la indignación de EL ETERNO de los ejércitos, y en el día de la ira de su furor”. ¿Es femenina la tierra?
Mateo 24:29 “Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la LUNA no dará SU lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas”. De nuevo ¿es femenina la luna?
Esto no pretende ser una lección de gramática hebrea o griega. Cuando es examinado desde la perspectiva del uso bíblico, la manera en que los pronombres son traducidos es irrelevante. El punto real es la inconsistencia encontrada en los argumentos teológicos. ¿Atribuyen los trinitarios el género literal y conocimiento ya sea al sol, la luna o la tierra?
Uno no necesita ser un gramático, ni historiador ni erudito para entender la Biblia. En efecto, la Biblia muestra que aquellos que la estudian es por la simplicidad que esta contiene (I Cor. 1:27; II Cor. 11:3; Juan 4:23), sin añadir sus propias conjeturas “teológicas”, son los únicos que Dios está llamando y trabajando con ellos (Juan 6:44, 65).
Romanos 8:16 es la única escritura en la cual se hace la propia distinción: “Porque el MISMO Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios”. Es interesante notar que la Versión Revisada Estándar es la única traducción en la cual la palabra griega autos es traducida como “él mismo” en este versículo. De nuevo vemos la evidencia de la inconsistencia humana.
Una de las Falsificaciones de Satanás
Satanás falsifica cada aspecto del verdadero cristianismo. La verdad acerca del Espíritu Santo no es la excepción. Esto sirve a su propósito de engañar a la gente para que crean que el Espíritu Santo es una entidad separada de la Deidad. El sabe que se nos está ofreciendo una oportunidad que él nunca tendrá – ser nacido dentro de la Familia de Dios.
Si el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tercios iguales de un ser, entonces:
(1) No tenemos Salvador. ¿Cómo podría un tercio de un Ser morir? De la misma forma ¿cómo podrían dos tercios de un Ser resucitar al otro tercio de sí mismo?
(2) Si no tenemos Salvador, entonces estamos “aun en nuestros pecados [aun bajo la pena de muerte]” (I Cor. 15:17). No tendríamos entonces esperanza de una resurrección futura. Si este fuera el caso, entonces “somos los más miserables de todos los hombres” (vs. 19). En el versículo 32, Pablo muestra que si esta vida es todo lo que hay, podríamos también comer, beber y estar alegres.
(3) El Espíritu Santo no puede ser recibido. Y si uno no tiene el Espíritu Santo dentro de uno, entonces no podemos nacer dentro de la Familia de Dios (Rom. 8:9). En orden para un mejor entendimiento, y apreciar la falacia del argumento de que el Espíritu Santo es un tercio de la Deidad, note I Reyes 3:16-27. En ese relato, hubo una disputa sobre quien era la madre correcta de un bebé. En su sabiduría Salomón ofreció la siguiente solución: Cortar al niño en dos y dar la mitad a cada mujer. Obviamente, una persona no puede ser cortada por la mitad y vivir. De la misma manera las partes individuales del cuerpo humano no se regeneran si son cortadas. También una pierna o el apéndice cortados eventualmente se descomponen.
Recibir el Espíritu Santo es un requisito previo para ser cristiano. ¿Cómo podría una persona “recibir” el Espíritu Santo si éste fuese el tercio de una persona? Y aun si esto fuese posible una primera vez, ¿cómo podría el Espíritu Santo ser entonces recibido por alguien más? Como fue mencionado antes, “El” tendría que “trabajar en desplazamientos” (Note Filipenses 2:5 y I Pedro 3:8) También note otra vez Amós 3:3: “¿Pueden dos caminar juntos si no estuviesen de acuerdo?”
Una persona es una persona. Si el Espíritu Santo es una persona, entonces lógicamente, él solo puede estar presente en una persona a la vez. (Pero entonces de nuevo, el pensamiento Trinitario nunca ha sido guiado por la lógica o la razón). Debido a que tener el Espíritu Santo es lo que lo hace a uno cristiano, entonces dos personas no pueden ser “de la misma mente” cristiana en algún punto dado del tiempo. Cristo entonces no habría sido capaz ni aun de construir su Iglesia (Mat. 16:18), ni añadir a ésta diariamente (Hechos 2:47).
(4) Si el Espíritu Santo no puede ser recibido por una persona, entonces no puede incrementarse dentro de una persona. Dios espera que los verdaderos cristianos “crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (II Ped. 3:18). En orden para que una persona incremente la cantidad del Espíritu Santo dentro de ella, tiene que ejercitarlo. Lea Lucas 19:11-26. (Usted puede también desear solicitar nuestro artículo gratuito “¡Ejercite el Espíritu de Dios!”).
Considere también la evidencia encontrada en las escrituras siguientes:
En el Salmo 51:11, el rey David imploró a Dios “no me quites tu Santo Espíritu” Si el Espíritu Santo fuese un personaje distinto, con una mente y una conciencia propia ¿habría podido David decirle “Espíritu Santo no me dejes”? ¿Tendría poder el Espíritu de Dios para venir e ir a donde a “El” le placiese?
Note las palabras de Cristo en Juan 10:18 “Nadie me la quita [Su vida] mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla á tomar”.Cristo mostró que la decisión de morir por nuestros pecados fue la que El tomó. (Por supuesto, El siempre puso la voluntad del Padre antes que la suya, Lucas 11:2; Juan 6:38-40, Mat. 26:39). Si el Espíritu Santo es un miembro completo de la Deidad, ¿no tendría “El” la misma “voz” en una materia?
¿Puede el Espíritu Santo Sentirse Triste?
Pablo dijo, “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención”. (Efe. 4:30).
¿Qué significa “constristar al Espíritu Santo”? ¿Significa este versículo que el Espíritu Santo “siente tristeza”? ¿Puede algo ser contristado si no es una persona? Los argumentos Trinitarios razonan “no”. Pero considere, por ejemplo la expresión “No tensiones al sistema” ¿Qué significa? ¿ Quién va a sentir la tensión? ¿Qué es el “sistema”? La connotación es que algo va a ser hecho de una manera que hará que las cosas corran no tan suavemente. Pero ¿SIENTE “el sistema” la “tensión”? Cuando alguien dice, “Voy a “golpear” al sistema”, ¿qué es lo que significa? ¿Tiene el “sistema” un nombre o una cara? ¿Es personal?
El “sistema” es la personificación del mundo como lo conocemos, No es algo con un objetivo literal o una agenda de sí mismo. Esto es entendido comúnmente. ¿Por qué no podría Pablo hacer tal declaración sin que la gente analizase sus palabras y llegase a conclusiones infundadas? El simplemente atribuye emociones a algo que no las tiene – los poetas hacen esto todo el tiempo.
Cuando él escribe, en Romanos 8:22, “…las criaturas gimen á una, y á una están de parto hasta ahora “. ¿Cree alguien que los planetas, estrellas, árboles, rocas, etc. “gimen a una, y a una están de parto”? ¿No son ellas partes de la “creación entera”?
¿No puede Pablo usar la herramienta de personificación de la misma manera como lo hacen los poetas y otros escritores? Y ¿por qué sus escritos no son examinados en una luz consistente? En I Corintios 11:14, él preguntó, “La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar cabello?” ¿Atribuyen los Trinitarios un papel de enseñanza académica curricular activo a la naturaleza?
El significado de la imperativa declaración de Pablo (Efe. 4:30) se muestra en los versículos 31 y 32. El muestra esto para demostrar los actos listados como contrarios a los frutos del Espíritu Santo.
Note Romanos 7:23-25: “Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.
¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado”.
Pablo está diciendo que aunque pensaba que aun estamos pecando después de recibir el Espíritu Santo (porque todos estamos hechos de carne y podemos pecar aun si no sabemos que estamos pecando), Dios mira nuestra ACTITUD (I Sam. 16:7).
Otra Evidencia
Hechos 17:22-23: “Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones Atenienses, en todo os veo como más supersticiosos; Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo”
Pablo no estaba expresando acuerdo con los puntos de vista de los politeístas griegos (I Cor. 8:5) “Porque aunque haya algunos que se llamen dioses, ó en el cielo, ó en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores)”. El estaba meramente siendo diplomático (“Me he hecho a los flacos flaco, por ganar á los flacos: á todos me he hecho todo, para que de todo punto salve á algunos” (I Cor. 9:22). La palabra griega traducida como “supersticiosos“, deisdaimonesteros, significa ”más religiosos que otros”. En otras palabras, Pablo les estaba diciendo a los griegos, “es obvio que Ustedes son más religiosos” El procedió entonces a explicarles acerca del “Dios desconocido”. El no comenzó “golpeándoles la cabeza” por su idolatría. Ese acercamiento no hubiese dado el resultado encontrado en Hechos 14:1 y 18:4.
Romanos 1:20: “Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables”. La Palabra de Dios a menudo muestra paralelos entre los procesos físicos y los espirituales.
En Hechos 8:18-20, note que Pedro no reprendió a Simón el Mago por referirse al Espíritu Santo como un poder, en vez de una persona. El lo reprendió porque él pensaba que podía comprar ese poder con dinero. Simón el Mago no quiso el Espíritu Santo para que pudiese ser “ampliamente abastecido para toda buena obra” (II Tim. 3:17). El tuvo motivos ulteriores. El era el tipo de persona de que se refería Pablo cuando escribió, “Pero hombres malvados y seductores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados” (vs. 13). (Para aprender más, Usted puede desear solicitar nuestro folleto gratuito La Historia de la VERDADERA IGLESIA de Dios).
Al reprender a Simón el Mago, Pedro dijo, “Tu dinero perezca contigo porque has pensado que el don de Dios puede comprarse con dinero, arrepiéntete de ésta, tu maldad, y ora a Dios, quizás el pensamiento de tu corazón pueda serte perdonado” (Hechos 8:20, 22). Note también que Pedro se refirió al Espíritu Santo como un don de Dios, no como una persona. En Mateo 12:32, Cristo había declarado, “…cualquiera que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en éste mundo ni en el mundo venidero” (Solicite nuestro folleto gratuito, ¿Qué es “el PECADO IMPERDONABLE”? para aprender más).
¿Qué es Entonces el Espíritu Santo?
Hemos mostrado que el Espíritu Santo no es ni un tercio de un único Dios sin forma, ni una entidad separada de una deidad de tres miembros.
Pero ¿qué es? ¿Qué propósito sirve dentro del Plan de Dios para la humanidad?
(1) Es el poder de Dios que engendra. A través de él, Dios se está reproduciendo a sí mismo: “Y el nacimiento de Jesucristo fue así: Que siendo María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló haber concebido del Espíritu Santo” (Mat.1:18). Cristo fue engendrado por Dios el Padre, a través del poder de su Espíritu Santo. Note también Juan 3:5-6; 6:44, 65.
(2) Es el poder a través del que Dios trabaja. “Yo empero estoy lleno de fuerza del espíritu de Jehová, y de juicio, y de fortaleza, para denunciar á Jacob su rebelión, y á Israel su pecado. (Miq. 3:8). Note también Zacarías 4:6: “Esta es palabra del ETERNO a Zorobabel, en que se dice: No con ejército, ni con fuerza, [humana] sino con mi espíritu, ha dicho el ETERNO de los ejércitos”. Este poder crea calor (Apo. 3:15-18) y luz (Sal. 119:105; Mat. 25:1-8, 5:14-16), y genera actividad espiritual (II Cor. 9:8,; Rom. 5:5; Efe. 3:16-20; Hechos 1:8).
(3) Es a través del poder del Espíritu Santo que Dios nos enseña. Note Juan 14:26: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho”. De nuevo note I Corintios2:11, Romanos 8:14 y Juan 16:13.
(4) Nos fortalece, como muestra Efesios 3:16-20: “Que os dé, conforme á las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu. Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor, Podáis bien comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la largura y la profundidad y la altura, Y conocer el amor de Cristo, que excede á todo conocimiento, [I Cor. 13:8], para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y á Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos ó entendemos, por el poder que obra en nosotros”.
El Espíritu Santo es el poder de Dios, no un miembro separado de la Deidad. Note Mar. 5:25-30: “Y una mujer que estaba con flujo de sangre doce años hacía, Y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, Como oyó hablar de Jesús, llegó por detrás entre la compañía, y tocó su vestido. Porque decía: Si tocare tan solamente su vestido, seré salva. Y luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Y luego Jesús, conociendo en sí mismo la virtud que había salido de él, volviéndose á la compañía, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?”. (Considere ésta analogía: Cuando Usted trabaja arduo y transpira, su cuerpo pierde nutrientes vitales, los cuales deben ser remplazados. En un sentido, esto es lo que le sucedió a Cristo. La virtud que fluyó de El tenía que ser remplazada).
Hechos 1:8: “Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros…”
Romanos 15:13: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo”. Algunas traducciones bíblicas en vez de virtud utilizan la palabra poder. Cuando el término “poder” se usa hoy (por ejemplo: “Por el poder que se me ha concedido…”), nunca implica que ese poder haga algo por sí mismo. Se entiende que alguien está usando ese poder, esgrimiéndolo, ejerciéndolo, para lograr un objetivo definido.
¿Tiene la electricidad una mente de su propiedad? ¿Tiene la energía nuclear una mente de su propiedad? Esas y otras fuentes de poder son usadas para hacer tipos variados de trabajo. Deben ser activadas.
La Biblia usa también muchas analogías para mostrar como trabaja el Espíritu Santo en las mentes cristianas. Ningún atributo califica de “persona” al Espíritu Santo:
(1) Para demostrar la capacidad del Espíritu Santo de GRAN PODER, la Palabra de Dios lo asemeja al VIENTO: “Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio que corría, el cual hinchió toda la casa donde estaban sentados” (Hechos 2:2). Cristo mostró que aquellos nacidos en el reino de Dios serán como el viento: “El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:8).
(2) El Espíritu Santo es comparado al ACEITE. Como un “lubricante” espiritual, es consolador (Juan 14:26). El aceite es usado también como combustible para encender fuego, produciendo luz (Mat. 5:14; 25:;1-8) y calor (Apo. 3:15).
(3) El Espíritu Santo es semejante al FUEGO: “Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentó sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo…” (Hechos 2:3-4). ¿Puede una persona “llenar” a otra? También II Timoteo 1:6, muestra que, como un fuego, el Espíritu Santo debe ser constantemente agitado dentro de cada cristiano para continuar “ardiendo”: “Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos”. ¿Puede una persona ser agitada? Pablo también exhortó, “No apaguéis el Espíritu” (I Tim. 5:19). Apagar el espíritu es como apagar la sed . Cuando Usted apaga la sed, Usted la extingue. ¿Cómo puede “apagar” a una persona? Si el Espíritu Santo fuese una persona (un “tercer” Dios, u un tercio de un Dios en el cielo), este mandamiento sería sin fundamento. ¿Cómo puede uno potencialmente “apagar el Espíritu Santo”? Al no ejercerlo (note Mateo 25:29).
(4) La Palabra de Dios también asemeja al Espíritu Santo al AGUA. Cristo lo declaró en Juan 7:38, “El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre”. Tal como nadie puede vivir físicamente sin agua, nadie puede vivir espiritualmente sin el Espíritu de Dios.
(5) El Espíritu Santo también es comparado con la FRUTA: “Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley” (Gal. 5:22-23). Tal como nadie puede vivir físicamente sin alimento, debemos comer del Arbol de la Vida para vivir espiritualmente (I Cor. 15:21-22; Juan 6:30-35; Apo. 2:17).
(6) El Espíritu Santo es también un DON: “Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). El Espíritu Santo trae consigo una serie de dones (I Cor. 12:1-11).
También, para mostrar que los cristianos deben ser amables y apacibles, el Espíritu Santo es semejante a una paloma. Note: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él” (Mat. 3:16). Note también las palabras de Juan el Bautista en Lucas 3:14: “No hagáis extorsión á nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestras pagas”.
Cristo declaró, “He aquí, yo os envío como á ovejas en medio de lobos: sed pues prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mat. 10:16).
Génesis 8:8-12, registra que Noe envió una paloma “para ver si las aguas se habían abatido de la faz de la tierra”. De la misma manera, los cristianos son guiados por el Espíritu Santo en sus mentes.
Considere lo siguiente: Cristo fue engendrado por el Espíritu Santo (Mat. 1:20); Luc. 1:35). Por lo tanto. El NACIO con él. Pero al bautizarse, El lo recibió también. Si el Espíritu Santo es un miembro separado de la Deidad, la doctrina de la trinidad es aun equivocada. Dios tendría que ser una “cuadrinidad”. En otras palabras, tendría que haber DOS Espíritus Santos. Contradicciones como esta son a menudo dejadas sin explicación por la doctrina de la Trinidad.
También, ¿por qué es que a Cristo nunca se le hace referencia como “el Hijo del Espíritu Santo”?
Pruebas Ulteriores de que el Espíritu Santo No es una Persona
Cuando usted considera las características definidas en la Biblia del Espíritu Santo, se vuelve obvio que no es una persona.
¿Puede distribuirse una persona? Note Hechos 2:4: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron á hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen”. En el día de Pentecostés, muchos fueron llenos con el Espíritu Santo. Esto marcó el comienzo de la Iglesia del Nuevo Testamento. Si el Espíritu Santo fuese un tercio de la Deidad, ese milagro no habría tenido lugar.
En los versículos 17-18, Pedro, citando a Joel 2:28-29, dice, “Y será en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Y vuestros mancebos verán visiones, Y vuestros viejos soñarán sueños: Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán”. ¿Puede una persona ser derramada? Note de nuevo la comparación de arriba con el aceite y el agua.
En el Salmo 139:7-10, David escribió, “¿Adónde me iré de tu espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia? Si subiere á los cielos, allí estás tú: Y si en abismo hiciere mi estrado, he aquí allí tú estás. Si tomare las alas del alba, Y habitare en el extremo de la mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra”.
¿Puede una persona ser omnipresente? Los griegos creían que “los dioses están en todas las cosas”. Eso los llevó a “crear” sus propios “dioses y muchos señores” (Ellos tenían 30,000 dioses). Dios no está en todas partes. Pero Su Espíritu sí. Dios es omnipresente a través de Su Espíritu.
Pablo exhortó a Timoteo: “Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos” (II Tim. 1:6). Aquí de nuevo, se refiere al Espíritu Santo como un don, un don que debe ser despertado o agitado dentro de la mente de un cristiano.
¿Puede literalmente una persona ser agitado? (No me refiero a estar emocionalmente “agitado”)? ¿Es el Espíritu Santo un tipo de “genio de la lámpara” yaciendo dormido hasta que convocamos frotando la lámpara y lámpara y pronunciando un encantamiento mágico?
Considere también, que al bautizarnos, se nos dio una medida del Espíritu Santo (Efe. 4:7). Esta medida debe ser continuamente ejercida para crecer. Pablo escribió: “Porque sé que esto se me tornará á salud, por vuestra oración, y por la suministración del Espíritu de Jesucristo” (Fil. 1:19). Un cristiano es alguien a quien le ha sido dado un suministro del Espíritu Santo. Si el Espíritu Santo no es renovado constantemente, se puede acabar. Note Tito 3:5: “No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavamiento de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo”.
Para renovar algo debe estar activo o actual. Cuando alguien renueva su licencia de manejo, esa licencia es la que legalmente continúa operando en un automóvil. La licencia misma no puede manejar, pero le da poder al individuo para hacerlo. Y, a menos de que la licencia sea renovada cada tres o cuatro años, el conductor perderá su privilegio de manejar.
En Mateo 25:14-30, se muestra a que aquellos que no ejercen el Espíritu de Dios y “llevan mucho fruto” (Juan 15:15, 16) no se les dará vida eterna en el reino de Dios. II Corintios 4:16, muestra que a través de perseverar en pruebas y sufrimientos un cristiano incrementa su suministro del Espíritu Santo: “Por tanto [siendo “siempre librados siempre de la muerte por causa de Jesús” – vs. 11] no desmayamos, antes aunque nuestro hombre exterior se vaya desgastando, el interior empero se renueva día a día”.
Efesios 4:23 muestra también que el Espíritu Santo es algo que tiene que ser renovado: “Y á renovarnos en el espíritu de vuestra mente”. ¿Puede una persona ser renovada? Si esto es una “cantidad” de algo, debe renovarse o rellenarse. Si esto es una persona, ¡está allí o no! Si el Espíritu Santo es poder de Dios, debe renovarse periódicamente.
Origen de la Trinidad
Ahora que hemos visto que la Biblia en ningún lugar apoya la doctrina de la Trinidad, examinemos la fuente real de esa enseñanza.
Muchos de los padres primitivos de la iglesia, fueron bien versados en ideología griega que fue la fuente de muchas de sus doctrinas claramente no bíblicas. Una de tales enseñanzas fue la doctrina del “alma inmortal”, la cual generó sus propias herejías relacionadas.
La mayoría de los eruditos y religionistas están prestos a denunciar la noción que el concepto común de la Trinidad simplemente fue un souvenir de expediciones a antiguas filosofías. Pero como lo demuestra lo siguiente, no todos los teólogos comparten ese punto de vista:
“Aunque la noción de una Tríada o Trinidad es característica de la religión cristiana, no es menos peculiar en la religión de la India, por ejemplo, nos encontramos con grupos Trinitarios de Brahma, Siva y Visnú, y la religión egipcia con los grupos Trinitarios de Osiris, Isis y Horus, constituyendo una familia divina, como el Padre, la Madre y el Hijo en cuadros medievales cristianos. Ni es solo en las religiones históricas que encontramos a Dios visto como una Trinidad. Uno recuerda en particular los puntos de vista neoplatónicos de la Suprema y Ultima Realidad, la cual fue sugerida por Platón…” (Diccionario Bíblico de Hastings, Vol. 12, p. 458).
El hecho de que otras religiones adoren una trinidad no es prueba por sí misma de que ésta fue una práctica que fue meramente adoptada por los cristianos y tejida en una fábrica de creencias de segunda mano. Pero las siguientes declaraciones arrojan luz sobre esta liga obvia.
“Hacia el fin del siglo primero, y durante el segundo, muchos hombres aprendidos vinieron tanto del judaísmo como del paganismo al cristianismo. Esas personas trajeron con ellos a las escuelas cristianas de teología sus ideas platónicas y fraseología” (“Trinidad” McCormick y Strong, Vol. 10, p. 553).
Los judíos, que creían en un solo Dios, y los arianos, que creían que Cristo era ya fuera adoptado o creado estaban en desacuerdo con la filosofía platónica. Tales enseñanzas (de judíos y arianos) eran “ofensivas a los teólogos, particularmente para aquellos que sentían la influencia de la filosofía platónica” (Una Historia del Pensamiento Cristiano, Arthur Cushman McGigffert, p. 240).
Como esa nueva declaración de McGiffert muestra, la doctrina de la Trinidad, no puede separarse de la filosofía platónica: “Ha sido el orgullo de los teólogos ortodoxos que en la doctrina de la Trinidad tanto la religión como la filosofía lleguen a la expresión más alta” (Vol. 1, p. 247).
Ahora, aunque la influencia del pensamiento platónico en el inicio del desarrollo de la doctrina de la Trinidad no puede ser refutada, veremos que las raíces de la doctrina son aun más profundas. En Creencias Egipcias y Pensamiento Moderno, James Bonwick escribe, “Aunque es usual hablar de las tribus semíticas como monoteístas, es un hecho indudable que mas o menos en todo el mundo las deidades son tríadas de tres personas en una… La definición de Atanasio, quien vivió en Egipto, se aplica a las trinidades de todas las religiones” (p. 396).
Atanasio fue un egipcio de Alejandría, cuya filosofía estuvo también basada fuertemente en el platonismo. Fue su versión de la Trinidad la que la iglesia católica adoptó en el Concilio de Nicea (325 D.C.).
Note lo que Hubert Jedin escribe en Concilios Ecuménicos de la Iglesia Católica: “La escuela catequista de Alejandría, la cual reverenciaba a Clemente de Alejandría y a Orígenes, los más grandes teólogos de la Iglesia Griega, como sus cabezas aplicaban el método alegórico para la explicación de las Escrituras. Su pensamiento fue influenciado por Platón: su punto fuerte era la especulación teológica. Atanasio… había sido incluido entre sus miembros…” (p. 29).
En un intento por hacer más presentable y aceptable su religión para las masas, los padres de la iglesia (cuyo entendimiento bíblico fue contaminado por las filosofías paganas de su tiempo) fuero un intento complicado de explicar la relación entre Cristo y el Padre en términos de filosofía dicha.
En otras palabras, no estuvieron guiados por la verdad de las Escrituras, sino por la persuasión del sentimiento religioso dominante. Y los teólogos y lo eruditos bíblicos reconocen que la doctrina de la Trinidad fue un producto del siglo cuarto – no aceptada por la iglesia universal hasta más de tres centurias después de la muerte de Cristo.
Esto es explicado en la Nueva Enciclopedia Católica: “Hay un reconocimiento por parte de los exegetas y teólogos bíblicos, incluyendo un numero creciente y constante de católicos romanos, que alguna vez no hablaron del trinitarismo en el Nuevo Testamento sin serias calificaciones. Existe también el cercano reconocimiento paralelo – que cuando uno habla de trinitarismo descalificado, uno se ha movido del período de los orígenes cristianos por así decirlo, al último cuadrante del siglo cuarto. Fue solo entonces cuando lo que podría llamarse el dogma definitivo trinitario de ‘un Dios en tres personas’ se vuelve ampliamente asimilado dentro de la vida y del pensamiento cristiano” (“Trinidad”, Vol. 14, p. 295).
El Concilio de Nicea—325 D.C.
El Concilio de Nicea, convocado por el Emperador Constantino (no por líderes religiosos) , fue convenido para resolver la controversia entre dos escuelas de pensamiento que habían surgido en Alejandría, concerniente a la naturaleza de Dios, y la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Una parte, dirigida por Ario, un sacerdote, suscribía la creencia de que Cristo no era Dios, sino que era un ser creado.
La otra parte estaba compuesta por aquellos que creían que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo eran uno, existiendo en un estado triple. Al frente de ese movimiento estaba un líder llamado Atanasio. Su explicación propuesta de la Deidad era que Dios existía en tres relaciones simultáneas como un hombre siendo un padre, hijo y hermano (contrario a la clara distinción establecida en las Escrituras). Si este era el caso , ¿cuál sería el criterio para determinar cual de ellos (el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo) tomaría el cargo en un punto dado en el proceso de conversión en un ser humano? Si el Padre está llamando a alguien (Juan 6:44, 65) – y entonces, obviamente solo una persona a la vez – Cristo podría no estar trabajando simultáneamente (Fil. 2:13) en la mente de uno que se ha arrepentido, bautizado y que recibió el Espíritu santo (el cual obviamente no podría ser recibido si “El” está “atado” en algún lugar, o si el Padre o Cristo tienen un “compromiso previo”).
Constantino, no obstante, no estaba preocupado con las implicaciones espirituales e hizo alusión a la controversia. El tuvo motivos ulteriores como apuntó en Una Historia del Pensamiento Cristiano: “En 325… Constantino llamó a un concilio eclesiástico para reunirse en Nicea, en Bitinia. Con la esperanza de asegurar su trono él respaldó al cuerpo creciente de cristianos a los cuales él había mostrado un favor considerable en su interés de tener una iglesia vigorosa y unida. La controversia Ariana estaba amenazando su unidad y su fortaleza. El por lo tanto abordó poner fin al problema. Le fue sugerido, quizás por el obispo de España, Hosios, quien era influyente en la corte, que si un sínodo se reunía, representando a la iglesia entera, tanto del este como del oeste, podría ser posible restaurar la armonía. Constantino mismo por supuesto, nada sabía o le importaba algo acerca del asunto en disputa pero él estaba ansioso a traer la controversia a su fi, y el aviso de Hosios le pareció sensato” (Vol. 1, p. 258).
Constantino era indiferente a la decisión del concilio. Su única preocupación era tener una iglesia unida.
Pero la mayoría en el concilio no estaban preparados para tomar partido y la decisión final no reflejó un sentimiento unificado, como fue registrado en la Enciclopedia Británica: “Un punto de vista claro y definido referente a éste problema – la relación de Cristo con Dios – era tenida solo por el grupo atenuado de Arianos y una numerosa sección de delegados que se adhirieron con convicción firme al punto de vista de los alejandrinos [Atanasio]. La masa de los miembros ocupó una posición entre esos dos extremos. Ellos rechazaron la fórmula de Ario y declinaron aceptar la de sus oponentes… la votación fue sin criterio a la convicción interior del concilio” (“Nicea”, Concilio de, 11ª edición, p. 641).
El concilio rechazó ultimadamente a Ario y sus propuestas, declarando “victoria” a Atanasio. Esto no igualó una aceptación mundial e incondicional del punto de vista de Atanasio. Pero esto no evitó que se convirtiese en una doctrina oficial de la iglesia. Por casi diecisiete siglos, la iglesia se mantuvo en la decisión de Nicea. Pero la controversia no acabó allí. En los años siguientes a la decisión. Más “cristianos” se mataron unos a otros sobre la doctrina de la trinidad que todos los emperadores romanos juntos. A pesar de toda la violencia ninguna facción tuvo respaldo de las Escrituras por las creencias que iniciaron su “guerra santa”. Tanto derramamiento de sangre – ¡sobre una doctrina que fue definida de acuerdo a motivos políticos, en vez de entendimiento bíblico!
El Dios del Antiguo Testamento—Melquisedec y Cristo
Hemos visto que no hay respaldo bíblico para la doctrina de la Trinidad. Esta doctrina no se enseña en el Antiguo Testamento. Ni Cristo ni Sus apóstoles la enseñaron. Fue traída dentro del cristianismo profeso por razones políticas (bajo el manto de mantener a la iglesia unida), casi tres siglos después de la fundación de la Iglesia del Nuevo Testamento.
Pero la pregunta de “¿Quién fue Jesucristo?” aún se asoma. ¿Fue El un miembro de la Deidad que nació literalmente como un ser humano y vivió una vida perfecta y sin pecado, muriendo ultimadamente como un sacrificio por los pecados de toda la humanidad? O ¿Fue El, como algunos teorizan, meramente un hombre a quien, le sucedió vivir una vida perfecta, fue visto por Dios como digno de ser llamado Su Hijo? (Considere que cuando Jesús vino a ser bautizado, Juan el Bautista le dijo, “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, y ¿vienes Tú a mí?“ ¿Por qué habría dicho esto si Jesús no se convertiría en el Cristo hasta después de que fuese bautizado?).
Típicamente entre la mayoría de las escuelas religiosas de pensamiento, el rechazar la doctrina de la Trinidad era también rechazar la naturaleza divina de Jesucristo. Pero, como la siguiente admisión del teólogo católico Karl Rahmer lo demuestra, no hay “todo o nada” de conexión entre los dos: “…si la doctrina de la Trinidad tuviese que ser dejada caer como falsa, la mayor parte de la literatura religiosa podría bien mantenerse virtualmente sin cambios… la idea cristiana de la encarnación no se cambiaría en nada si no hubiese Trinidad.
“No es de sorprenderse entonces, que la piedad cristiana prácticamente recuerda de la doctrina de la encarnación solo que “Dios’ se ha convertido en hombre, sin derivar de ésta verdad algún claro mensaje acerca de la “Trinidad” (La Trinidad, pp. 10-12). Esta declaración es prueba (presentada por un proponente del catolicismo, de donde se originó la doctrina) que la doctrina de la Trinidad no tiene valor práctico en el cuerpo total de principios bíblicamente definidos. Tal profunda declaración debería ser causa de preocupación en las mentes de aquellos que toman por concedido que la Biblia enseña la doctrina de la Trinidad (o cualquier otra doctrina falsa, por tal asunto) simplemente porque es enseñada desde el púlpito.
¿Quién Fue Cristo?
Entre los cristianos profesos de hoy, abunda aun la confusión referente a quién fue Jesucristo. No hay dos denominaciones que estén de acuerdo acerca de lo que El enseñó, y muchas ideas diferentes son arrojadas como la verdadera naturaleza de Su relación con Dios el Padre, y la naturaleza y papel del Espíritu Santo.
Pero cuando usted mira más allá de la superficie de toda la retórica que suena religiosa, y determina aceptar lo que declara la Biblia, surge un cuadro claro. Solo la Palabra de Dios – no los varios “expertos” teológicos—hacen la verdad PURA. Como Isaías 28:10 muestra, ésta es “…precepto sobre precepto, línea sobre línea …un poquito aquí, un poquito allá”. Una vez que las piezas son conectadas apropiadamente, la simple verdad que abre los ojos es revelada.
Cuando se soluciona un misterio, uno debe iniciar por conseguir todos los hechos. Una vez que todos los hechos son conocidos, la verdad de un asunto se vuelve fácilmente discernible. Pero la mayoría de las personas (incluyendo la mayoría de los cristianos profesos) no se toman el tiempo para comprobar la verdad o el error de la información que se les es dada. Este enfoque casual de “dejar pensar a los expertos” ha resultado en la confusión de masas y desacuerdo prevaleciente entre las iglesia de hoy.
En orden para entender total y apropiadamente quien fue Cristo, usted debe hacer a un lado las nociones populares y mirar a la Biblia. Acéptela por lo que dice, no añadiendo ni quitando de ella (Apo. 22:18-19).
En el Principio
¿El lugar más lógico para iniciar? Debido a que estamos buscando la verdad de quién o qué es Cristo, y Su relación con Dios el Padre, tiene sentido iniciar desde el principio. Hay dos versículos en la Palabra de Dios que comienzan con las palabras “En el principio…”—Génesis 1:1 y Juan 1:1.
Génesis 1:1 declara: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Aquí, la palabra hebrea para “Dios” es Elohim. Esta palabra puede significar más de un Ser. Es un término uniplural, como familia, equipo, o grupo. El versículo 26 declara, “Y dijo Dios, HAGAMOS al hombre a NUESTRA imagen, conforme a NUESTRA semejanza…”
Juan 1:1 declara, “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El mismo estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por El; y sin El nada fue hecho”. El versículo 14 continúa, “Y el Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos Su gloria, la gloria del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Esto muestra claramente que Cristo era Dios. Y debido a que Juan hace claro que el Verbo (quien después se convirtió en Cristo), creó todas las cosas, se vuelve obvio que El es el Unico que creó al hombre (Gén. 2:7).
Esos versículos revelan que más de un Personaje estuvo involucrado en la creación del mundo. Precisamente como el Nuevo Testamento muestra la relación entre Dios el Padre y Jesucristo, el Hijo, la palabra Elohim expresa una relación de familia. Ambos son Dios, pero Seres separados. Juntos, ellos han pensado y planeado la creación del universo. Cristo, la “palabra” (del griego: Logos, significando “Vocero”), trajo esos planes a fructificación (como Juan 1:3, Efesios 3:9 y Colosenses 1:16 lo muestran). Hebreos 2:10 muestra también esto: “aquel por cuya causa son todas las cosas, [Cristo] y por el cual todas las cosas subsisten…”
Note lo que Pablo escribió en I Corintios 10:1-4, mostrando que Jesucristo fue el Dios del Antiguo Testamento: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron la mar; Y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en la mar; Y todos comieron la misma vianda espiritual; Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”. De esos versículos, es claro que el Dios del Antiguo Testamento fue el Unico que posteriormente se convirtió en Jesucristo”.
Note ahora las propias palabras de Cristo en Mateo 16:18: “Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca [Cristo mismo] edificaré mi iglesia”.
Examine también las siguientes escrituras del Antiguo Testamento, las cuales profetizaron la Primera Venida de Cristo: “Habéis hecho cansar á Jehová con vuestras palabras. Y diréis: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Cualquiera que mal hace agrada á Jehová, y en los tales toma contentamiento: de otra manera, ¿dónde está el Dios de juicio? He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá á su templo el Señor á quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, á quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Mal. 2:17-3:1).
En su vida física, Cristo vino a un templo físico literal. A Su Segunda Venida, El retornará a Su templo espiritual: “Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos” (Apo. 21:2-3). Pablo escribió, “Mas la Jerusalén de arriba libre es; la cual es la madre de todos nosotros” (Gál. 4:26).
Isaías 40:3: “Voz que clama en el desierto: Barred camino á Jehová: enderezad calzada en la soledad á nuestro Dios”. La Persona hablando aquí es el Dio del Antiguo Testamento. El estaba diciendo que precediendo a Su Primera Venida habría uno preparando el camino. ¿Quién era ese individuo?
Mateo 3:3: “Porque éste es aquel del cual fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Enderezad sus veredas”. Juan el Bautista pavimentó el camino para la Primera Venida de Jesucristo. Una de sus columnas de apoyo de la doctrina de la Trinidad es la noción que en tiempos del Antiguo Testamento, Dios se manifestó a Sí mismo como el Padre, y en la era del Nuevo Testamento, El se manifestó a Sí mismo como Cristo. Mas esto es otro claro versículo del Nuevo Testamento identificando al Dios del Antiguo Testamento como Jesucristo.
Dualidad de la Deidad en el Antiguo y en el Nuevo Testamento
Veremos que contrario a las declaraciones trinitarias , la pluralidad de Dios no es meramente una materia de título—hay dos seres separados. En el libro de Daniel, escrito cerca de seis siglos antes de la vida de Cristo sobre la tierra como humano físico, leemos, “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande edad…” (Dan. 7:13)
El “Anciano de Edad”, del versículo 13 solo puede referirse al que es llamado “el Padre” en el Nuevo Testamento porque, por supuesto, el Hijo del Hombre quien “vino… delante de El” es Cristo. No obstante el versículo 22 solo puede referirse a Cristo. Es el tiempo en que el “juicio es dado a los santos”.
Esto no puede posiblemente referirse al Padre. El versículo 9 se refiere a Cristo, porque éste es un “Anciano de Edad” que se “sentó” en un tiempo cuando otros “tronos” fueron “puestos en su lugar”. Esto es paralelo con el versículo 22, que es casi exacto con los otros tronos siendo éstos los de los santos.
Esto puede referirse al Padre también, porque la descripción de éste Ser podría tener paralelo con el Padre, así como con Cristo. No obstante, Ezequiel 1:15-21 describe las “ruedas” que son parte del Trono de Cristo.
Isaías 9:6 llama al Unico aquí, quien es claramente Cristo, “el Padre Eterno”—y sabemos que Cristo no es “Dios el Padre”. Este versículo se refiere al hecho de que Cristo es el “Padre de la Creación”. Los versículos 6 y 7 pueden no referirse posiblemente a alguno otro que Cristo. Esto es claro. Debido a que también sabemos que Cristo es Melquisedec (Heb. 7:1-17), y que el versículo 3 describe a Melquisedec como sin “tener comienzo de días ni fin de vida”, así no es difícil entender por qué El pudo también ser considerado “anciano” en días.
En la parábola del hombre noble (Lucas 19:12), Cristo hace referencia al mismo evento que Daniel vio en su visión. En esa parábola, el hombre noble (Cristo) fue a un país lejano (los cielos) para que se le entregase un reino y regresar. Esto fue una representación de la muerte de Cristo y de su Resurrección, y Su Retorno en poder y gloria como “Rey de reyes” (Apo. 17:14).
David mostró también la dualidad de la Familia de Dios: “El SEÑOR dijo a mi Señor, siéntate a Mi diestra hasta que ponga a Tus enemigos como estrado de Tus pies” (Sal. 110:1). Note que ese versículo muestra a dos Señores diferentes (“El SEÑOR”) es Dios el Padre. El otri (“mi Señor”) es el Unico que posteriormente se convertiría en Jesucristo. Refiriéndose directamente a Cristo, Pablo citó ese versículo en Hebreos: “Pues, ¿á cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate á mi diestra, Hasta que ponga á tus enemigos por estrado de tus pies?” (1:13). El versículo 8 muestra que el Hijo era también Dios: “Mas al hijo: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo…”.
Esos versículos muestran que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento reconocen al Padre y al Hijo como dos Seres separados.
Melquisedec
En el Génesis, encontramos mención de Uno llamado Melquisedec (llamado también “Rey de Salem” y “Sacerdote del Altísimo”), a quien Abram (como entonces era llamado) le pagó los diezmos (14:18-20). Muchos se han preguntado quién era Melquisedec. El no pudo ser un rey humano, Hebreos 7:1-6 hace absolutamente claro que El no pudo ser otro aparte de Cristo.
Note: “Así también Cristo no se glorificó á sí mismo haciéndose Pontífice, mas el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy; Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote eternamente, Según el orden de Melquisedec” (Heb. 5:5-6). La traducción Moffat lo traduce mejor, “conforme al orden de Melquisedec”. Cristo tuvo el rango de Melquisedec durante el tiempo de vida de Abraham.
En los versículos 2-3, de Hebreos 7, Pablo fue a un gran detalle: “Al cual asimismo dio Abraham los diezmos de todo, primeramente él se interpreta Rey de justicia; y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz; Sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre”.
Aquí Pablo está describiendo a un Ser que ha existido por la eternidad. Y solo Diosa existido por la eternidad. Esto podría no ser la descripción de un ser humano físico, o de un ángel. Note Génesis 3:19, Salmos 103:15 y Ezequiel 28:13.
Hebreos 4:15 muestra aun más claramente que Cristo es nuestro Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento: “Porque no tenemos un Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas; mas tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Jesucristo es el único ser humano que ha vivido completamente sin pecado. Como Romanos 3:23 lo muestra, “…todos pecaron y han sido destituidos de la gloria de Dios”. Melquisedec fue un sacerdote del Altísimo Dios. Cristo mostró quien es el Altísimo Dios cuando El dijo, “Mi Padre es mayor que yo” (Juan 14:28).
Como lo muestra Pablo, “Y aquí [en la tierra] ciertamente los hombres mortales toman los diezmos: mas allí, aquel [Melquisedec] del cual está dado testimonio que vive” (Heb. 7:8). Pero como Hebreos 7:26 y 8:1 lo muestran, Jesucristo es también Sumo Sacerdote. No puede haber dos Sumos Sacerdotes con el mismo cargo. (A través del Antiguo Testamento, uno en posición de Sumo Sacerdote siempre es referido como “el Sumo Sacerdote”). ¡Por lo tanto, Melquisedec y Cristo deben ser la misma Persona!
Cristo Fue una Piedra de Tropiezo
Los Judíos de los días de Cristo estaban buscando a Uno que los liberara del gobierno Romano. Ellos no podían aceptar a aquel mero hijo de un carpintero para que fuese el Mesías profetizado (Marcos 6:3-4; Mat. 13:55-57; Rom. 9:33; I Ped. 2:7-8). Ellos estaban buscando a un libertador físico, no un Salvador espiritual. Jesús presentaba un problema para las autoridades religiosas judías. Ellos no podían ver que Cristo cumplió muchas profecías del Antiguo Testamento, ellos aun pensaban que eran responsables de copiar el Antiguo Testamento a mano por siglos.
Isaías 8:13-14, contiene una profecía acerca de Uno al que se refiere como “El ETERNO de los Ejércitos: “A El Eterno de los ejércitos, á él santificad: sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. Entonces él será por santuario; mas á las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén.
El Nuevo Testamento demuestra que ésta profecía es una referencia directa a Cristo. Note I Pedro 2:6-8: “Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en ella, no será confundido. Ella es pues honor á vosotros que creéis: mas para los desobedientes, La piedra que los edificadores reprobaron, Esta fue hecha la cabeza del ángulo; Y Piedra de tropiezo, y roca de escándalo á aquellos que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; para lo cual fueron también ordenados”.
Lucas 2:34 alude a esa misma profecía: “Y los bendijo Simeón, y dijo á su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal á la que será contradicho”.
Los discípulos de Cristo no entendieron por completo, ni aun de haber estado con El tres años y medio, y viéndolo en la carne después de Su Resurrección. En Hechos 1:6, ellos le preguntan, “Señor, ¿restaurarás el reino en Israel en éste tiempo?”.
¿La solución judía al dilema que representaban las enseñanzas de Cristo? Ellos lo rechazaron, rechazaron Su mensaje y ultimadamente conspiraron en su contra para crucificarle. Aun en el día presente los judíos ortodoxos rehúsan aceptar a Cristo como el Mesías profetizado. Como Pablo mostró en Romanos 9 al 11, ellos están ciegos espiritualmente, como los contemporáneos de Cristo. Ellos, junto con sus contrapartes arianos, encontraban inconcebible que Dios pudiese convertirse en un hombre de carne y sangre. ¡Mas ésta es la verdad innegable de la Biblia!
Un miembro de la Deidad se despojó por sí mismo de Su poder y gobierno y se ofreció como el sacrificio por los pecados de la humanidad. Note Filipenses 2:7-8: Sin embargo, se anonadó á sí mismo, [Cristo] tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres; Y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
El sacrificio de Cristo hace posible el perdón de los pecados, accesa a Dios el Padre y ultimadamente ¡nos da la membresía en LA FAMILIA DE DIOS!
Cristo Reveló al Padre
Como hemos visto, aun el Antiguo Testamento muestra que hay más de un Ser en la Familia de Dios. No obstante esto no fue entendido claramente hasta tiempos del Nuevo Testamento. Cristo lo reveló: “El que me ha visto, ha visto al Padre” (Juan 14:9). El dijo también, “Todas las cosas me son entregadas de Mi Padre y nadie conoce al Hijo, si no el Padre, nadie conoce al Padre, salve el Hijo y a quien el Hijo lo revela” (Mat. 11:27).
Es imposible para los seres humanos tener una relación con Dios el Padre, si Cristo no nos lo ha revelado. Como nuestro Sumo Sacerdote, “…El entró una vez al lugar santísimo, habiendo obtenido redención eterna por nosotros” (Heb. 9:12). Como Isaías 59:2 muestra, “…vuestras iniquidades os han separado de vuestro Dios, y sus pecados han hecho esconder su cara de vosotros”. Si Cristo no hubiese “probado la muerte por cada hombre” (Heb. 2:9), no hubiésemos tenido una oportunidad para la salvación.
Como Juan 6:44 y 65 muestran, nadie puede tener una relación con Cristo, sin haber sido “seleccionado” por el Padre. Cristo dijo también en Juan 17:11, “Padre Santo, guárdalos en Tu nombre a aquellos que Tú me has dado, para que ellos sean uno como nosotros somos uno”.
Si hubiese solamente un miembro de la Deidad, el proceso de conversión cristiana nunca podría completarse. El Padre y Cristo trabajan juntos “en llevar a muchos hijos a la gloria” (Heb. 2:10).
El Caso Contra la Trinidad
Usted ha sido ahora introducido al VERDADERO Dios de la Biblia. Usted ha visto que el Espíritu Santo no es, como el cristianismo profeso propone hoy, una tercera parte de la Deidad. Usted ha visto que para ser un verdadero cristiano, usted debe ser engendrado del Espíritu Santo. Usted ha visto que la doctrina de la Trinidad fue traída a la “iglesianidad” como resultado de un conflicto político, más de 300 años después de la muerte de Cristo. Esta doctrina nunca fue enseñada por Cristo o Sus apóstoles. ¡La Trinidad es un dios no existente hecho por el hombre con una antigüedad de 1,700 años! Usted ha visto que las escrituras citadas comúnmente en respaldo a la doctrina ya sea que son mal entendidas, mal aplicadas o no existentes. La lógica usada en definir la doctrina de la Trinidad no es sólida—y no está basda en las Escrituras.
Como el dios de éste mundo (II Cor. 4:4), y como uno que sabe que a los seres humanos les está siendo ofrecida una oportunidad que él nunca recibirá. Satanás no quiere que usted sepa que Dios se está reproduciendo a Sí Mismo. Dios está expandiendo Su Familia—y esa Familia puede incluirlo a usted. Satanás no quiere que usted tenga lo que nunca estuvo disponible para él— membresía en la Familia de Dios, como un Hijo de Dios nacido de nuevo, gobernando con Cristo a Su pronto Retorno. No mal entienda o desestime la importancia de a cual Dios sirve usted. ¡Nada en su vida podría ser más importante!
Todas las doctrinas de la Biblia son falsificadas por el cristianismo falso. Y el dios de éste mundo, que engaña a todas las naciones (Apo. 20:3)—el diablo—¡no quiere que usted tenga algo de la verdad de Dios!
¿Qué tanto más entonces se aplicaría al conocimiento de quién es el verdadero Dios? ¿Qué podría ser más importante para falsificar en los ojos y el pensamiento de los cristianos profesos? Después de todo, Dios truena, “¡No tendréis otros dioses delante de Mí!” La meta del diablo es hacer que usted adore al dios erróneo para eventualmente guiarlo lejos de todas las otras verdades de la Biblia.
¡Uno no puede ser un verdadero cristiano y adorar a un dios falso! Usted ha visto ahora a ese dios identificado y expuesto por lo que es. ¿Permitirá usted ser engañado por teólogos y religiosos que preparan el molde de sus creencias? O ¿aceptará usted la PURA VERDAD de la Biblia acerca de quién y qué es Dios y el Plan que El está trabajando aquí en la tierra?
Ese Gran Plan está resumido en los siguientes dos versículos: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: [en esto vemos la relación de familia que podemos tener con Dios] por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él. Muy amados, ahora somos [ya] hijos [engendrados] de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes á él, porque le veremos como él es” (I Juan 3:1-2).
El Plan de Dios es ultimadamente para traer a todas las personas que hayan vivido dentro de Su Familia: “Porque convenía que aquel [Dios el Padre] por cuya causa son todas las cosas, y por el cual todas las cosas subsisten, habiendo de llevar á la gloria á muchos hijos, hiciese consumado por aflicciones al autor de la salud de ellos. (Heb. 2:10).
¡Dios está extendiendo ésta oportunidad para Usted! ¡Usted puede ser uno de los muchos hijos “llevados a la gloria”!