¡Considere el mundo de hoy! Los avances en la tecnología y la industria nunca han sido mayores. Lo que antes era ciencia ficción ahora es una realidad cotidiana. La prosperidad material abunda para millones de personas en todo el mundo occidental. ¿Pero qué pasa con la mitad de la humanidad — ¡miles de millones! — que tienen poco o nada? ¿Y qué acerca del rápido descenso de la humanidad en los valores, la moral y el CARÁCTER — una vez creídos a ser los fundamentos más importantes de cualquier sociedad? ¿Está la raza humana equipada, y sus líderes colectivamente dispuestos, para resolver los desafíos más grandes de la civilización — o debe intervenir un mayor poder invisible?
Jesús enseñó a sus discípulos a orar: “¡Venga tu reino!” La siguiente cosa que Él instruyó estaba directamente relacionada: “Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. ¡Un Dios de amor debe enviar PRONTO su Reino para ACABAR el experimento fallido del hombre o no habrá mundo para recibirlo!
El regreso de Jesucristo — su “Segunda Venida” — es central para el cristianismo. Miles de millones lo están esperando. Los burladores lo niegan. Pero aquellos que conocen algo de la palabra de Dios saben que Jesús va a regresar. Cada indicador sugiere que su Venida no puede estar muy lejos. La Biblia habla extensamente acerca de cómo Jesús va a establecer el Reino de Dios, a veces llamado el reino de los cielos. Pocas cosas podrían ser más importantes. Jesús mismo claramente describió cómo el Reino de Dios comenzará — y no es lo que usted ha aprendido. ¡Este folleto contiene conocimiento nunca antes explicado! ¡Y representa sólo una pequeña fracción de toda la prueba bíblica a través del Antiguo y el Nuevo Testamento de cómo el Reino de Dios llegará de una manera acerca de la cual nadie está escuchando!
El Reino de Dios traerá su maravilloso camino de vida para los que viven en este, el cual un día incluirá a todo el mundo. Pero no al principio...
La enseñanza popular
La creencia sostenida universalmente es que Jesucristo regresará a la Tierra en Jerusalén, y esto seguirá a tres años y medio de Gran Tribulación — involucrando los siete sellos de Apocalipsis. Un gran número de seres humanos morirán. Él entonces va a establecer de inmediato un supergobierno mundial. ¡LA BIBLIA NO DICE NADA DE ESTO! Si bien todas estas cosas van a suceder en su tiempo, y en todos los sentidos serán peor de lo que nadie se imagina, ¡la Palabra de Dios es muy clara acerca de que el regreso de Cristo vendrá de una manera totalmente diferente a lo que CUALQUIER PERSONA está buscando!
Nadie pregunta por qué la última pregunta que fue hecha a Jesús por sus discípulos fue: “SEÑOR, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Sin embargo, ellos habían oído apenas seis semanas antes a Cristo explicarlo en detalle — registrado en Mateo (24), Marcos (13) y Lucas (21) — todas las cosas que tendrían que ocurrir antes de su regreso a Jerusalén, lo que refleja un período de años. Entonces, ¿cómo podrían haber hecho una pregunta así? ¿Cómo podían aparentemente haber olvidado tan rápidamente todo lo que Cristo les dijo?
Los apóstoles si sabían dos cosas: (1) El Reino de Dios aparecería primero en forma de una restauración a las 12 tribus de Israel, no inmediatamente como un gobierno mundial. Ellos también sabían que (2) “No os toca a vosotros [ellos o nosotros] saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:7). Exactamente cuándo Jesús iba a construir el Reino se quedó como un misterio — aunque Él suministra numerosos indicadores — pero no iba a haber ningún misterio acerca de cómo este vendría. Los apóstoles entendieron bien la naturaleza del Reino en sus comienzos. ¡Esto se hará CLARO!
Múltiples “venidas”
Vamos a hacer una pregunta sorprendente, una que nadie parece tomar en cuenta. ¿Cuántas venidas de Jesús describe la Biblia? Versículos contrastantes tienen la sorprendente respuesta. El profeta Hageo escribió acerca del Regreso de Jesús, “Porque así dice el ETERNO de los ejércitos: De aquí a poco Yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones [por largo tiempo ha sido entendido que es Jesucristo]...” (2:6-7). Grandes números hoy están buscando y deseando la llegada de Cristo. Mientras que la mayoría entiende poco acerca de su venida, las masas cristianas si lo desean, ¡con mayor razón cada día, esperando con más fe que el día anterior debido al deterioro del carácter en todo el mundo!
Aquí está el problema — ¡y es grande! El libro de Apocalipsis habla de una reacción muy diferente a la aparición de Jesús: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro SEÑOR y de su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos... se airaron las naciones, y Tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos... y de [Tu] destruir a los que destruyen la tierra” (11:15, 18). Una imagen de las naciones airadas es incompatible con Hageo.
¡Estos pasajes no pueden referirse al mismo tiempo!
A falta de conocimiento de múltiples venidas de Cristo, muchos afirman que Él viene y vence a todos los enemigos de inmediato, estableciendo su Reino. El Apocalipsis parece decir esto, pero considere I Corintios 15:25, que muestra algo completamente diferente, diciendo que “preciso es que [Cristo] reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies”. Aquellos que sugerirían que Él llega, reina por una fracción de segundo, y entonces aniquila a todos los enemigos están simplemente haciendo caso omiso de este versículo, con muchos otros.
Pero el problema se vuelve aún más grande.
El escritor del evangelio de Lucas registra un curioso intercambio entre Jesús y los fariseos: “Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió... El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros” (17:20-21). “Entre vosotros” se traduce correctamente “en medio de vosotros” — así que Cristo quiso decir que tan solo su presencia puede indicar la presencia del Reino. ¡Él no estaba diciendo que el Reino de Dios estaba dentro de los líderes a quienes Él llamó hipócritas, serpientes y necios! Los fariseos exigieron el conocimiento de la llegada del Reino, porque ellos anticipaban a un Mesías que iba a remover a los romanos y a establecer un gobierno mundial — ¡con ellos mismos administrándolo! Es evidente que Jesús no tenía nada como eso en mente. Observe que el Reino iba a llegar sin “advertencia”. El significado del griego es sin “inspección” o “evidencia ocular”. Ocular se refiere a los ojos. Así que Cristo dijo que el Reino de Dios llega de alguna manera invisible.
Esta venida es distinta a las de Hageo y Apocalipsis, que describen claramente a todas las naciones buscando — ¡y VIENDO! — la aparición de Cristo. Jesús no estaba confundido acerca de su propia venida, y tendría que asegurarse de que nosotros tampoco lo estuviéramos. Él hace esto.
Entienda. La venida inicial de Cristo no tiene nada que ver con la creencia falsa protestante de que Cristo secretamente “raptará” a sus siervos al cielo. En ninguna parte la Palabra de Dios dice que Jesús toma a los cristianos de vuelta al cielo con Él (Muchos versículos demuestran esto). Usted verá pasajes claros que muestran que Él establece el Reino de Dios en la Tierra, usando siervos que están aquí. Esto quedará claro.
La venida “invisible” de Cristo — lo que usted va a ver que será su próxima venida — es nuestro enfoque. Ningún verdadero cristiano duda que Cristo va a regresar. Pero nadie está explicando cómo Él vendrá — cuando viene (en qué condiciones) — a donde llegará — por qué debe venir — y que hará primero. Ellos simplemente no saben.
Otra imagen incompatible
Hoy el mundo se encuentra en terribles turbulencias — pero lo que estamos experimentando es una calma relativa en comparación con los acontecimientos horribles de Apocalipsis, entendidos por mucho tiempo que precederán la próxima venida de Cristo. ¿Dice realmente la Biblia que Jesucristo regresa a la Tierra con el mundo al borde de la destrucción total?
Muchos han llegado a creer que los Estados Unidos y el Occidente, y potencialmente todo el mundo, están a punto de entrar en un período de prosperidad sin precedentes. ¿Acaso esto pelea con las condiciones que Jesús dijo que habrían de estar ocurriendo a su llegada? o, ¿indica que su venida puede estar más cerca que nunca? ¿Cuál es? Usted se sorprenderá de sus claras palabras.
Mateo 24 presenta un fascinante, aparentemente contradictorio cuadro. Después de que Cristo les informó a los discípulos que cada piedra del templo sería “derribada”, ellos le hicieron tres preguntas. Note: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de Tu venida, y del fin del siglo?” (vs. 3). Por supuesto ellos se referían a su venida a Jerusalén porque Él había hablado inmediatamente antes de esto (Mat. 23:39) de su regreso allí.
Entienda esto. ¡Los discípulos querían saber cuándo Cristo iba a volver a Jerusalén! Pero Cristo pasó a describir dos regresos completamente incompatibles — ¡en el mismo capítulo! El comienzo del capítulo responde a su pregunta, prediciendo guerra horrorosa, hambre, enfermedades, terremotos, gran tribulación y terribles señales en los cielos todo lo cual lleva hasta “como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre… entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (vs. 27, 30).
¡Entienda! En esta descripción, ¡Jesús no viene a Jerusalén hasta que la calamidad en una escala sin precedentes haya primero impactado la Tierra! Obviamente nada remotamente parecido a lo que Él describió aquí está pasando ahora — queriendo decir que este regreso no puede ser inminente. También tenga en cuenta la naturaleza visible obvia de este regreso — uno que viene “con advertencia”.
Ahora compare esto con lo que Jesús procedió a decir casi al final del mismo capítulo: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre... Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (vs. 37-39, 44). Pero piense en esto. El mundo entero de hecho “no piensa” que Jesús viene durante los buenos tiempos — lo opuesto a la guerra, el hambre, las enfermedades, terremotos, etc.
En medio de lo que sería una economía mundial en auge, también es profetizada la gran depravación moral. Leamos Génesis 6 para entender el tiempo de Noé. Este fue un tiempo en que “Y vio el ETERNO que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (vs. 5). Los versículos 11 al 13 añaden detalle: “Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos”.
El deterioro del carácter era tan malo que Dios determinó acabar con casi toda la humanidad: “Y he aquí que Yo los destruiré con la tierra” (vs. 13). Dios, incluso declaró que lamentaba la creación de la humanidad — “Y se arrepintió el ETERNO de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón” (vs. 6). Sin embargo Jesús había dicho que en este mismo tiempo, las condiciones económicas y el flujo habitual de la sociedad — “comer, beber, casarse, etc.” — continuaba con normalidad.
Lucas 17 añade más acerca del colapso del carácter mundial de hoy. Comienza con la repetición de la descripción de los tiempos de Noé, antes de traer a colación otro período bíblico: “Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot [el tiempo de Sodoma y Gomorra]; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste” (vs. 26-30).
Todo el que sabe algo de la Biblia entiende que Sodoma y Gomorra fueron destruidas a causa de la perversión sexual en masa que había absorbido a toda la población de estas ciudades, y también se había extendido a las “ciudades de la llanura” alrededor de ellas como tal perversión siempre lo hace. Así que mientras que la vida parecía normal en Sodoma — y más detalle se da de este tiempo que del día de Noé — la condición del carácter de las personas estaba degenerada a un nivel nunca antes visto.
Aquí está el punto principal para nuestro propósito ahora. Económicamente, estas dos sociedades estaban disfrutando tiempos normales — tiempos de prosperidad, incluyendo suficiente para comer, que es lo contrario del hambre. Pero estos tiempos fueron interrumpidos súbita y violentamente por el castigo de Dios. En el paralelo moderno, Jesucristo regresa y esto es seguido por el cumplimiento de muchas profecías horribles — que preceden su venida a Jerusalén.
¡Afronte el hecho de que la narrativa popular — de que las cosas empeoran mucho antes de que Cristo regrese a la Tierra — combate directamente las PALABRAS CLARAS de Jesús! Una llegada anunciada por el terror creciente, nunca antes visto — significando que muchos eventos que son visibles para todos en la Tierra, incluyendo el regreso de Cristo a Jerusalén — como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente — de ninguna manera podría ser comparada con la llegada de una totalmente inesperada venida “sin advertencia” que ocurre en los buenos tiempos — el tiempo de construir, comprar, vender, comer, beber y casarse, etc.
Ahora un gran punto. ¡Todo esto está claramente indicándole que el regreso de Cristo está mucho MÁS CERCA de lo que usted piensa y de lo que millones de predicadores están diciendo! Piense en lo que Jesús dijo y si usted le va a creer a Él, o a ministros confundidos.
¿Pero que más dice la Biblia acerca de esta venida? Usted se sorprenderá.
Reino de grano de mostaza
Todo el mundo sabe que Jesús habló a menudo en parábolas. Tan solo en Mateo 13, Él presentó siete — la mayoría muy cortas. Cada una ilustra aspectos del reino, colectivamente pintando una imagen completa. El lugar para comenzar es el versículo 31: “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas” (vs. 31-32). Los granos de mostaza con los cuales la audiencia de Jesús estaba familiarizada eran extremadamente pequeños — muy difíciles de ver. Esta es la razón por la que Él los llamo “la más pequeña [queriendo decir pequeña en tamaño] de todas las semillas”. ¡El Reino de Dios es análogo a microscópico cuando llegue! Nadie se centra en esto. Este con el tiempo crece a un GOBIERNO MUNDIAL, convirtiéndose en “la mayor de las hortalizas” — un “árbol” — pero este no comienza de esa manera. Esta parábola nunca se menciona porque nadie realmente la entiende.
Para que no pudiera haber ninguna duda del pequeño comienzo del reino, la siguiente parábola confirma esto: “El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado” (vs. 33). La palabra griega “escondió” es egkrupto, lo cual significa escondido en. Piense en el equivalente moderno — encriptado. Jesús dice — literalmente — que Él está trayendo un REINO ENCRIPTADO. Este está inicialmente escondido — ¡inicialmente oculto entre las naciones! — Pero se expande debido a que la levadura siempre se propaga.
Jesús subraya esto en una tercera parábola: “El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo” (vs. 44). “Escondido” aquí viene de krupto, que significa “esconder al cubrirlo”. El mensaje de Cristo nuevamente se hace claro: el reino de Dios empieza pequeño, escondido — y cubierto. ¡Uno tiene que ir y encontrarlo!
Aun otra parábola confirma esto: “También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas” (vs. 45). Raras y preciosas, las perlas naturales son difíciles de encontrar. “Que habiendo hallado una perla preciosa [ésta estaba escondida y él tuvo que buscarla], fue y vendió todo lo que tenía, y la compró” (vs. 45-46). Pregunte: ¿Tendría alguien que buscar un reino que estaba por toda la Tierra desde su inicio — lo cual es la enseñanza popular? Además de reforzar las parábolas del grano de mostaza y la levadura, las parábolas del tesoro escondido y la perla también le añaden enfoque al valor de entrar en el reino.
Antes de examinar las restantes tres parábolas de Mateo 13, note que cada reino en la tierra hoy en día tiene cuatro componentes necesarios: (1) tierra, propiedad o territorio — ya sea grande o pequeño. Tiene que haber límites claros que establecen el tamaño del reino. (2) Un gobernante o rey liderando al gobierno. (3) Gente — personas sujetas — viviendo dentro del territorio gobernado. Y (4) un sistema de leyes y normas con una estructura básica de gobierno.
A pesar de su tamaño, cuando llega el reino de grano de mostaza, este si tiene todos los cuatro elementos. Este es un reino literal. No lo espiritualice como una iglesia, o algo “en los corazones de los hombres”.
Tres parábolas más
Una quinta parábola muestra la expansión del reino de Dios a partir de un pequeño comienzo, así como algo más de lo cual nadie parece darse cuenta: “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar…” (vs. 47). La red comienza vacía. Con el tiempo se llena con peces de “toda clase” — personas de todas las naciones. Pero no todos los “peces” pertenecen: “Una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será al fin del siglo [o era, cuando Cristo se traslada a Jerusalén]: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos [¡note esto!], y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes” (vs. 48-50). (El fin de los malos es incompatible con una existencia futura en un fuego eterno. Para más información sobre esto, el lector querrá leer nuestro folleto La verdad acerca del infierno.)
Abandone cualquier noción de que el reino de Dios comienza con sólo seres espirituales divinos. Esta parábola disipa esa idea errónea. ¡Los malvados pueden entrar en el reino y deben ser en un punto removidos!
Aun otra parábola en Mateo 13 describe al trigo y cizañas venenosas creciendo juntos inicialmente en el reino de los cielos. Obviamente el reino no está en el cielo. Cristo enseña que la cizaña debe permanecer con el trigo hasta la cosecha — cuando Él se cambia a Jerusalén. Él explica que, en este punto, como cuando la red es halada a la costa — después de que el reino de grano de mostaza ha estado en la tierra por algún tiempo — los ángeles recogen “de su reino” la cizaña y “todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad”, repitiendo que éstos son quemados en un horno.
Así pues, la primera fase de este reino es tal que, a medida que crece, el tipo equivocado de personas puede entrar. Cristo dijo esto dos veces, usando ilustraciones fáciles para que el punto no se pudiese perder. El versículo 43 llama a la cosecha el tiempo en que los justos en el reino del padre “resplandecerán como el sol”. El griego significa “resplandecer”. Otros pasajes dejan claro que es en este punto en el cual muchos más santos, personas que calificaron para gobernar en el reino de Dios, se unen a Cristo y a un pequeño número de administradores iniciales (Lucas 12:32) en Jerusalén, donde Él va a superponer su reino sobre todas las naciones. Este habrá para entonces se convertirá en el gran árbol de mostaza que comenzó a partir de la semilla más pequeña.
La primera parábola de Mateo 13 aporta aun otra perspectiva, que muestra a los que en última instancia tienen éxito en el reino. Jesús habló de un sembrador que echó semilla, con parte cayendo en buena tierra, parte en pedregales, parte donde los espinos podrían ahogarla, y parte cayendo junto al camino. Al igual que con el trigo y la cizaña, Jesús la interpretó para nosotros: “Oíd, pues, vosotros [o entiendan] la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino [una continua proclamación mundial especial, y poderosa, que comienza cuando el diminuto reino ha llegado] y no la entiende, viene el malo [Satanás], y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra [del reino], y... la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra [muchos no quieren oír del reino], luego tropieza” (vs. 18-21).
¡Nótese también que la tribulación y la persecución están asociadas con las personas sujetas en el reino! Sin embargo, las recompensas serán asombrosas. Jamás oye alguien que tal cosa es posible. Sin embargo, las condiciones estarán lejos de ser fáciles para las personas sujetas en la primera fase corta del reino — cuando el enfoque de Dios está en la restauración del reino a los que viven en las naciones que son descendientes de las 12 tribus de Israel.
Continuando con la parábola: “El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la [misma] palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (vs. 22).
Aquí está la última categoría: “El que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra [del reino], y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (vs. 23). Esta es la única categoría de oyente que sobrevive — y éstos prosperan.
Mateo 13 por si solo es suficiente para entender que todas las narrativas populares del reino son lamentablemente incompletas — ¡y con frecuencia totalmente equivocadas! Tenga cuidado de rechazar o espiritualizar CLARAS ENSENANZAS acerca de cómo el reino de Dios vendrá simplemente porque usted nunca las ha oído antes — porque nadie más las enseña. Dios tiene su Iglesia y aquí es donde Él revela su verdad.
Pero hay mucho más que aprender.
La “manada pequeña”
Jesús usó un término fascinante para describir a un grupo que serían los primeros administradores en su pequeño reino. Al igual que el reino mismo, este grupo no va a ser grande para empezar. En Lucas 12, Jesús instruyó a sus siervos “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (vs. 32). “Pequeña” es mikros en el griego. Es una micro-manada que toma un pequeño reino — ¡cuán lógico y fácil de entender!
Otra parábola en Lucas 19 describe un hombre noble (Cristo) que fue a un país lejano (el cielo) para “recibir un reino” (vs. 12). Esta parábola lleva un mensaje extraordinario para todo verdadero cristiano. Esta describe un juicio, un ajuste de cuentas, que viene inmediatamente a un grupo de “siervos” a la llegada de Cristo trayendo su pequeño reino. Note: “... vuelto Él [del cielo], después de recibir el reino, mandó llamar ante Él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno” (vs. 15). Algunos siervos habían pasado la prueba de Dios, otros fracasaron en esta.
La lectura de todo el relato revela que los que tienen éxito son puestos sobre ciudades en la Tierra (todavía no la totalidad de la tierra) en la fase inicial del reino. Dios ha estado trabajando con personas de todo el mundo, y preparándolos para puestos de liderazgo en la fase inicial del reino. Sólo después de un ajuste de cuentas del rendimiento anterior ante el tribunal de Cristo (Rom. 14:10; II Cor. 5:10) se les permitirá gobernar a estos siervos especialmente llamados y entrenados.
Mateo 25 contiene un relato relacionado, en el que a algunos se les dice: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (vs. 21). El “gozo del Señor” implica lo que es la primera fase de la salvación así como el recibir una parte en la gobernación de lo que será un reino de rápido crecimiento — un rol con el propósito de ayudar a los demás a entrar en el reino durante su primera fase corta, para que ellos también puedan calificar para gobernar en un punto un poco más tarde. Cualquier persona que desee entrar en y bajo el reino tendrá oportunidad.
Cristo como Rey
Jesucristo, como Rey del reino de grano de mostaza, también comienza “pequeño” Él mismo en cómo Él se manifiesta y en el alcance inicial de su reinado. El relato de la ascensión de Cristo al cielo sostiene una pista reveladora que nadie jamás ha notado. Recuerde la pregunta de los apóstoles: “SENOR, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6). Después de su respuesta, este añade, “Viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que Él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas” (vs. 9-10). Estos dos hombres, en realidad ángeles, preguntaron: “... ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús [un hombre, no un ser espiritual en forma glorificada], que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (vs. 11).
La frase “este mismo”, en referencia a Jesús es una CLAVE de suma importancia. Los ángeles estaban haciendo hincapié en que Jesús regresaría en la forma humana idéntica que Él tenía cuando ascendió.
No es sorprendente entonces que Cristo es tan a menudo llamado “el Hijo del Hombre”. Esto se debe a que Él tiene la intención de continuar (inicialmente) su forma del primer siglo cuando Él regrese. Vamos a ver más pruebas.
El profeta Jeremías describió a Cristo en su reino en expansión por un nombre inusual, y al mismo tiempo llamándolo su Rey: “He aquí que vienen días, dice el ETERNO, en que levantaré a David Renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días [en un punto, pero no de inmediato] será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: el ETERNO, JUSTICIA NUESTRA” (23:5-6). La palabra hebrea para “Renuevo” es retoño. Al igual que las semillas de mostaza, los retoños también son muy pequeños para empezar. Esta representación de “retoño” es completamente incompatible con un todopoderoso Cristo Jesús regresando en forma glorificada.
Diez capítulos después Jeremías añade más, lo cual confirma algo crucial acerca de los retoños: “Haré brotar a David un Renuevo [retoño] de justicia, y hará juicio y justicia...” (33:15). El hebreo “brotar” es sencillamente la forma verbal de retoñar. Dios está diciendo, literalmente, que Él causará el retoño a retoñar. Reflexione sobre la enormidad de lo que se nos está diciendo. El rol de Jesús crecerá de pequeño a grande.
Ambos relatos en Jeremías atan el “Retoño” al rey David. Observe otra profecía acerca de Cristo del ángel Gabriel a María: “Este [Cristo] será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el SEÑOR Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin” (Lucas 1:32-33). A su venida de grano de mostaza, Cristo se sienta en el trono del Rey David antes de asumir más tarde su propio trono en Jerusalén (cuando David se levantará para recibir el trono vacante que Jesús acababa de dejar).
Desde “sus raíces”
Confirmando poderosamente a Jeremías, Zacarías 6 también representa el crecimiento hacia el reinado del mundo entero. Este versículo es quizás el más claro de los que hablan acerca de Cristo como un Renuevo: “Así ha hablado el ETERNO de los ejércitos, diciendo: He aquí el VARÓN [de nuevo, no un ser espiritual en forma glorificada] cuyo nombre es el Renuevo [retoño], el cual brotará [retoñará] de sus raíces [donde Él residía fuera de Jerusalén; la King James Version (KJV) lo traduce: ‘Su lugar’], y edificará el templo del ETERNO. Él edificará el templo del ETERNO, y llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono [en un tiempo posterior], y habrá sacerdote a su lado [la KJV traduce la frase anterior: ‘y Él será un sacerdote en su trono’]...” (vs. 12-13). Esta última parte obviamente implica a Cristo reinando en gloria desde un templo físico que tendría que ser en Jerusalén.
El término “sus raíces” es fascinante — y verdaderamente increíble en lo que revela. Significa “el fondo, deprimido, debajo, lo que está debajo”. Por lo tanto el reino — y Cristo — comienza desde lo que Dios mismo llama el fondo — un lugar deprimido — debajo — significando un lugar que está oculto y por debajo del “perfil” de los reinos humanos y las naciones. Vamos a aprender algo más.
Zacarías 6:12 presenta a Cristo creciendo de una ubicación secreta — “sus raíces” [“su lugar”] — para en última instancia construir dos templos.
La primera mitad del versículo describe la construcción del Templo espiritual, que vamos a ver es la Iglesia. Esto encaja perfectamente con Malaquías 3:1, que describe a Cristo regresando a la Tierra a su Templo. Note: “He aquí, Yo envío Mi mensajero, el cual preparará el camino delante de Mí; y vendrá súbitamente a su templo el SEÑOR a quien vosotros buscáis, y el Ángel [KJV: ‘Mensajero’] del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el ETERNO de los ejércitos”.
Esto no puede ser un templo físico en Jerusalén porque no existe ninguno allí hoy. ¡Los judíos ni siquiera ocupan el Monte del templo! Tenga en cuenta que Malaquías dice que Cristo viniendo a su Templo significa a un pueblo que le busca y le desea.
El apóstol Pablo define a este Templo como la Iglesia: “¿No sabéis que sois [la Iglesia — el pueblo de Dios] templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (I Cor. 3:16-17). (Véase también I Corintios 6:19-20.) Aquí está como el apóstol Pedro describe a los verdaderos cristianos: “vosotros también, como piedras vivas [significando vivientes], sed edificados como casa espiritual y [un] sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (I Pedro 2:5). Son las piedras vivientes (seres humanos) que forman colectivamente el “templo de Dios” espiritual.
Cristo amplía enormemente el número de personas en este Templo espiritual a través de la primera fase de su Reino, durante lo que vamos a ver se llama “la Obra asombrosa y de prodigio”.
Donde el Reino comienza
El destino casi mundialmente creído para el retorno de Cristo es Jerusalén. ¿Pero es esto lo que dice la palabra de Dios? Cristo por supuesto en última instancia va a reinar desde allí — incontables escrituras muestran esto — ¿pero es aquí donde su pequeño reino de grano de mostaza comienza? ¿Proporciona una pista su venida del primer siglo?
Nótese que María vivía en “una ciudad de Galilea, llamada Nazaret” (Lucas 1:26). Allí fue donde Jesús fue concebido y donde creció posteriormente — ¡bien al norte de Jerusalén! Lejos de una ciudad importante, Nazaret fue menospreciada como una especie de lugar sin futuro en medio de la nada por los de Jerusalén. Después de que Jesús llamó a Pedro, Él luego llamó a Felipe quien informó a Natanael que ellos habían encontrado a Cristo. No estando convencido, Natanael preguntó: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” (Juan 1:46). Claramente la venida de Cristo en el primer siglo fue a un lugar inesperado. Su llegada sorprendió y confundió las masas: “Otros decían: Éste es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?” (7:41). Tanto Nazaret y Galilea fueron despreciadas por las elites del tiempo de Jesús.
Cristo comenzó su ministerio lejos de Jerusalén — un patrón que veremos se mantiene.
El profeta Miqueas establece aún más que el reino se muda a Jerusalén: “Oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén” (4:8). No dice que el reino — el reinado de Cristo mucho antes de los acontecimientos en Apocalipsis, después de los cuales se levanta de nuevo para continuar por 1.000 años más — es construido en Sion o comienza en Sion. (Tampoco dice que llega allí desde el cielo.) Miqueas dice que este “vendrá” allí, lo que significa que estaba inicialmente en otro lugar. Por supuesto este estaba — en un lugar llamado “¡sus raíces!”
Veamos una última descripción del Renuevo en un contexto inusual. El escenario es una gran guerra que aflige a las naciones del Israel moderno — y el efecto desastroso sobre Jerusalén y la tribu de Judá: “Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra. Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra. Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo [los sobrevivientes de la guerra], diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio” (Isa. 3:25-4:1).
Muchos otros pasajes bíblicos detallan la guerra a la que Isaías hace referencia — donde se inicia, cómo se propaga, a quién afecta, y su gravedad inimaginable. Este es un evento totalmente independiente que se produce mucho, mucho antes de Armagedón, pero este no es nuestro tema aquí. ¡Aquellos que piensan que el mundo ya está en guerra entre las culturas que chocan pronto se darán cuenta que los acontecimientos de hoy son esencialmente NADA en comparación! Las condiciones empeorarán infinitamente y eventualmente engullirán a todas las naciones de Occidente. Lo que viene es más allá de la imaginación. Por lo tanto la mayoría serán atrapados con la guardia completamente baja.
Isaías continúa, mostrando algo más que está pasando al lado de la guerra. Vamos a leer lo que nadie nunca ve: “En aquel tiempo [para este tiempo, cuando la devastación de la guerra ha crecido grandemente] el Renuevo [el retoño creciente, en maduración] del ETERNO será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra… grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel [de la guerra]. Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes [muchos habrán muerto], cuando el SEÑOR lave las inmundicias de las hijas de Sion, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación” (vs. 2-4). El juicio de fuego está implicado, incluyendo el horno del que leímos antes. Lea Isaías 31:9.
En este punto el Renuevo y el reino — que ya han estado en la Tierra desde hace algún tiempo — ¡están floreciendo! Este es el resultado de la ya mencionada “Obra asombrosa”, enfocada con más detalle momentáneamente. El fruto se llama “grandeza y honra”, significando un “ornamento”. Cristo es llamado “gloria” y “hermosura”, la última significando “en sentido de prominencia; esplendor (como conspicuo)” — ¡para entonces el reino se ha convertido en lo contrario de pequeño y escondido! ¡Es conspicuo y prominente! En este punto muchos millones de personas habrán entrado en el reino. ¡Trate de hacer todo esto — ¡algo de esto! — encajar con la narrativa popular! Nadie lo está enseñando, sin embargo es la verdad de su Biblia visible a SIMPLE VISTA en sus páginas.
Isaías 59 trae otra perspectiva de la venida de Cristo a Jerusalén — de nuevo, años después de que su Reino comenzó pequeño: “Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice el ETERNO” (vs. 20). Entonces (el capítulo 60) comienza, “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria del ETERNO ha nacido [nacido, no descendido] sobre ti [recuerde, desde un lugar deprimido, debajo y bajo la vista]. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá el ETERNO, y sobre ti será vista su gloria” (vs 1-2). Reflexione sobre esto. Si Jesús comenzó su viaje desde el cielo, ¡Él sería descrito como descendiendo — no naciendo — en Sion! ¡No se pierda esto! Muchos versículos si confirman que Jesús viene del cielo a su pueblo. Pero es varios años después cuando que Él viene al Monte de los Olivos (Zac. 14:4) y poco después de eso a Sion, el cual está adyacente a este.
Localización de las “raíces” [“lugar”] de Cristo
Ciertos pasajes demuestran aún más que Cristo se traslada a Sion, y estos proporcionan pistas sobre a qué nación Él ha de venir. Una profecía para nuestro tiempo — los últimos días — de la cual casi nadie habla se encuentra en Números 24. El profeta Balaam predijo: “En los postreros días... Saldrá ESTRELLA de Jacob, y se levantará Cetro [Príncipe] de Israel [no Judá]... De Jacob saldrá el Dominador, Y destruirá lo que quedare de la ciudad [esta es Jerusalén]” (vs. 14, 17, 19).
Llamado la “ESTRELLA” aquí, otros pasajes describen a Cristo como el “Sol de Justicia” (Mal. 4:2), “Lucero de la Mañana” (II Pedro 1:19) y la “Estrella Resplandeciente de la Mañana” (Apo. 22:16). Él trae su señorío — ¡su reinado! — a Jerusalén y Judá de una distinta nación moderna de Jacob (Israel). Esto no puede meramente estar haciendo referencia al linaje de nacimiento de Cristo porque Él nació de Judá, y en Judea. Muchas escrituras abordadas en mi detallado libro América y Bretaña en profecía hacen clara la distinción entre Judá y las otras 11 tribus de Israel. De hecho, ¡la primera referencia a “los judíos” en la Biblia les muestra en guerra con Israel (II Reyes 16:1-6.)! La nación del Medio Oriente moderno llamada Israel es, de hecho, Judá, con las naciones democráticas, de habla inglesa de Occidente identificadas como los descendientes del resto de las tribus de la antigua Israel. ¡Jesucristo viene primero a uno de estos países, NO Judá!
Isaías 41 contiene más evidencia: “Del norte levanté a Uno, y vendrá” (vs. 25). “Norte” significa “oculto, oscuro; usado solo del norte”. Isaías continúa, sin dejar lugar a dudas de que este es Jesucristo: “pisoteará príncipes como lodo [estableciendo su autoridad sobre todos los líderes terrenales], y como pisa el barro el alfarero. ¿Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos[?]... y a Jerusalén daré [en este momento] un Mensajero de alegres nuevas” (vs. 25-27). Aquí está una profecía de Cristo siendo “levantado” — piense “naciendo” — retoñando de — un país del norte (una nación moderna israelita de Occidente) para derrotar a sus enemigos.
Esta intervención, junto con alegres nuevas — el verdadero evangelio — es absolutamente necesaria dado que el horror absoluto comienza en Jerusalén el mismo día en que comienza el pequeño reino de Cristo y empeora hasta su llegada allí.
Una ciudad venidera
Vimos anteriormente que un reino contiene cuatro elementos: tierra, un rey, las personas sujetas y la ley. Por supuesto, el territorio también contendría una estructura desde la cual gobernar. ¿Construye Cristo todo esto al llegar — o lo trae con Él? Recordemos al Hombre Noble de Lucas 19 que fue a recibir (del cielo) un reino.
Así que este reino viene del cielo. Esto es consistente con el relato de Hechos 1. Los mismos discípulos que preguntaron acerca del regreso de Cristo le habrían oído explicar lo siguiente de Juan 14: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en Mí. En la casa [griego: residencia o morada] de mi Padre muchas moradas [griego: residencias] hay; si así no fuera, Yo os lo hubiera dicho...” (vs. 1-2). Cristo nos dice que creamos lo que Él está a punto de decir — ¡sin importar cuan increíble pueda parecer! Continuando, “… voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, VENDRÉ OTRA VEZ, y os tomaré a Mí Mismo, para que donde Yo estoy, vosotros también estéis” (vs 2-3). Este es Jesucristo, viniendo del cielo a su pueblo, no al revés.
La palabra griega traducida como “lugar” es topos, de donde proviene la palabra topografía. La palabra también se puede traducir “punto o localidad.” Cristo habló de traer este lugar ya preparado cuando Él regrese a la Tierra. ¿Podría alguien dudar que Él estaba hablando de su próxima venida?
Cristo está trayendo mansiones del cielo para su pequeño reino. Pero ¿adónde van a establecerse?
Apocalipsis 22 representa una ciudad venidera. El regreso de Cristo es el contexto: “He aquí Yo vengo pronto, y Mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra [este es un elemento del ajuste de cuentas o el juicio descrito anteriormente]. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas [KJV: ‘llevan a cabo sus mandamientos’], para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad” (Apo. 22:14).
Lo siguiente es una descripción muy detallada de la configuración de la ciudad: “Mas los perros [falsos profetas y ministros], estarán fuera y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira” (vs. 12-15). Este pasaje también está conectado a Cristo siendo la descendencia [retoño] del linaje del Rey David: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la Estrella Resplandeciente de la Mañana” (vs. 16).
Esta “ciudad” no puede ser Sion ni Jerusalén. No se permitirán los falsos profetas, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y mentirosos en cualquier lugar más allá de los confines de Sion — o en cualquier lugar en Judá, o para ese caso en el mundo entero — una vez que Cristo regrese a Jerusalén, a Sion. Los últimos capítulos de Zacarías muestran esto, especialmente 13:1-3. Tampoco puede ser esta ciudad “Nueva Jerusalén” establecida al comienzo del reinado posterior de 1.000 años de Cristo. Todos los que se oponen a Dios — cada persona en la Tierra que tomó la marca de la bestia — serán ejecutados antes de la llegada de esa ciudad. Así que las categorías anteriores de personas no podrían estar “fuera” — significando fuera de esta. Tan solo piense en el diablo siendo atado en este entonces. Esto hace imposible que pueda haber ni un solo hechicero en cualquier lugar de la Tierra. Lo mismo con los falsos profetas y los idólatras. Además, dado que el diablo es el “padre del homicidio y la mentira” (Juan 8:44), no habrá asesinato y amor de la mentira.
A lo largo de Apocalipsis 21 y el capítulo 22 versículo 5, Juan registra el mensaje de Cristo acerca de la asombrosa Nueva Jerusalén que vendrá a la Tierra en el inicio del reino milenario postrero de Cristo. Al final de Apocalipsis 22, Dios si referencia de nuevo brevemente la Nueva Jerusalén, llamándola la “santa ciudad”. ¡No se pierda la distinción crucial!
“Obra asombrosa y prodigiosa”
Durante el reino del grano de mostaza, grandes números llegarán a conocer estas verdades de la Biblia en lo que Dios, por medio del profeta Habacuc, llama una “Obra asombrosa”. Note: “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis” (1:5). En la escritura, una “Obra” representa a los siervos de Dios enseñando y advirtiendo a todos los que escuchen. ¿Creerá usted el anuncio adelantado de esta Obra?
El profeta Isaías subraya poderosamente lo que Habacuc predijo: ‘He aquí que Yo procederé a hacer una obra maravillosa entre este pueblo’] con un prodigio grande y espantoso [un milagro]; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos” (29:14 de la versión King James).
Pablo también citó a Habacuc en el libro de los Hechos, alterándolo ligeramente: “Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas [Habacuc]: Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; Porque yo hago una obra en vuestros días, Obra que no creeréis, si alguien os la contare” (13:40-41).
Esto significa que debemos esperar una Obra gigantesca, que agitará la Tierra para abrir el reino — una de un alcance tan grande que hará tambalear la mente — una que no puede ser enteramente comprendida hasta que se ha visto — ¡que al enterarse de ésta la mayoría no la creerá! ¡Este folleto no sólo lo está declarando a usted, sino añadiendo que está viniendo muy pronto!
Una relacionada profecía poco entendida alude a la longitud de la obra asombrosa, que ocurre durante la primera fase del reino. Daniel 9:27 explica la longitud de la primera venida de Cristo, pero también de la primera fase de su regreso. Leamos: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda...”
Nuestro artículo completo sobre este tema muestra que esta “semana” comenzó en el otoño del 27 A.C. — exactamente el momento en que comenzó el ministerio de Cristo. Cristo — el “sacrificio y la ofrenda” para la humanidad — fue asesinado a la “mitad” — en el medio de — una semana, representativa de siete años proféticos (Núm. 14:34; Eze. 4:6) Es de conocimiento común que su ministerio terrenal duró tres años y medio. Se requerirían tres años y medio más para terminar la “semana profética” que constituye el ministerio de Cristo. Esta parece ser la longitud de la primera fase de Cristo restaurando el reino a todo Israel.
No es de extrañar que el profeta Habacuc oró: “Oh ETERNO, aviva tu Obra [¡de Cristo!] en medio de los tiempos” (3:2). La palabra hebrea para “medio” significa centro. Él estaba profetizando claramente del “avivamiento” del ministerio de Cristo en medio de la “semana” de siete años de la cual habló Daniel (9:27). ¡Los últimos tres años y medio de esta Obra — el ministerio de Cristo — aun han de cumplirse, y ocurrirá pronto!
Engaño mundial por venir
Este folleto no estaría completo sin la más sobria de las advertencias. Muchos se sorprenden al saber que la Biblia llama a Satanás “el dios de este siglo” (II Cor. 4:4), quien a través de la historia ha “engañado a las naciones” (Apo. 20:3). En Mateo 4, el diablo reclamó la propiedad de “todos los reinos del mundo” (vs. 8) — un hecho el cual Cristo no disputó.
Satanás trata de falsificar todo. Mire lo que precede el regreso de Cristo. Hablando de “... la venida de nuestro SEÑOR Jesucristo, y nuestra reunión con El” (II Tes. 2:1), Pablo registra, “Nadie os engañe en ninguna manera; porque [la KJV incluye ‘ese día’] no vendrá sin que antes venga la apostasía [una profecía cumplida en el siglo 20], y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (vs. 3). El apóstol Juan llamó a este hombre el “anticristo” (I Juan 2:18).
Así que esta figura viene antes del regreso de Cristo. El mismo pasaje muestra la fuente — y el alcance — de su poder: “... cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (II Tes. 2:9). Él trae el PODER TOTAL del diablo — algo similar a lo que Job experimentó, ¡pero que el mundo colectivamente jamás ha comenzado siquiera a imaginar!
Este hombre, en su venida, va a elevarse sobre el mundo. Él clama ser Dios: “... se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (vs. 4). El alcance de este hombre (y muchos versículos muestran que hay otros dos hombres que trabajan al lado y debajo de él) se extiende más allá del cristianismo — él “se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto” (vs. 4) — ¡toda religión en la Tierra!
El profeta Habacuc, a quien Pablo citó en Hebreos 10 en relación con el hombre de pecado, añade al perfil de este hombre: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. Y también, el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio, que no permanecerá; ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos” (Hab. 2:4-5). Aquí está un hombre que es del diablo, pero que tiene un poder tan impresionante que todas las naciones del mundo se doblan a su voluntad. Nadie está hablando de este hombre porque nadie lo entiende o podría creer el enorme alcance y la potencia que él va a traer. Un número de versículos dejan en claro que este engaño será de muy corta duración. (Otros versículos relacionados de ayuda para leer incluyen II Corintios 11:4; Habacuc 2 completo; II Timoteo 3 completo; Zacarías 11:15-17; Santiago 5:1-6; Mateo 7:15-23 y Lucas 21:8, 35-36.)
El reino de grano de mostaza de Cristo comienza el mismo día en que termina el reinado de este hombre. Volviendo a II Tesalonicenses, “... el SEÑOR matará [a este] con el espíritu de su boca, y destruirá [a este] con el resplandor de su venida” (2: 8).
Mantenga esto sencillo. Un hombre empuñando un enorme poder Satánico asumirá el control en todo el mundo justo antes de que Cristo establezca su Reino. ¡Todas las indicaciones son de que la venida de este hombre esta pronta!
La imagen inconfundible
En resumen. Cristo primero viene a su pueblo — su Templo — en los buenos tiempos, trayendo su Reino “sin advertencia.” ¡Se inicia de manera microscópica y está escondido! También es inicialmente liderado por una pequeña manada bajo Cristo. Él en un principio esconderá su presencia al ser como un retoño. Durante esta primera fase del reino vendrá terrible castigo a las naciones descendientes de Jacob, lo que finalmente las preparará para recibir el reino de Dios. El reino estará creciendo en número de personas sujetas antes de que Cristo transfiera un GOBIERNO MUNDIAL listo para ser ampliado en gran medida a Jerusalén. Desde allí Él va a regir todas las naciones con un grupo más grande de santos que vendrán de su manada para entonces mucho más grande. Es en este punto que Él construirá el glorioso tercer templo en el Monte Sion (Eze. 40-48).
Si usted está sorprendido, incluso conmocionado, por las simples verdades dentro de las parábolas de Jesús, y se pregunta por qué nunca se le ha enseñado a usted su significado, reconozca que Él las diseñó para confundir a aquellos a quienes Él no estaba llamando. Esto es lo que Jesús dijo: “Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos...” (Mat. 13:13-15). Las masas deciden cerrar sus ojos a la verdad de la Biblia. Las parábolas no les permiten entender lo que ellos no quieren oír.
¡Pero usted PUEDE entender! Hablando más acerca de la razón de las parábolas, Mateo añadió: “Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba... cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo” (13:34-35).
Usted Ha recibido precioso conocimiento — escondido del mundo. No son las tradiciones populares — fábulas — de la cristiandad moderna, sino las palabras claras de Jesús — ahora entendidas en nuestro tiempo. Dios ha estado esperando durante miles de años para establecer su reino en una Tierra que lo necesita desesperadamente. Sin embargo, no vendrá como miles de millones lo esperan. Piense. Usted ha oído la palabra del reino antes de que este venga. ¡Hay una gran ventaja en esto! Cristo está hoy preparando un equipo especialmente elegido de administradores calificados antes de su llegada para gobernar bajo Él.
Hace dos mil años, Jesucristo edificó su Iglesia — la verdadera Iglesia — la única que Él construyó. Esta Iglesia cree y enseña las VERDADES de la Biblia — todas ellas — no ideas humanas — ¡ninguna de ellas! Las personas de esta Iglesia siempre se han afirmado en la CERTEZA CLARA de lo que Dios promete para los vivos al final — no la falsa esperanza de las invenciones humanas.
Ahora, ¿va usted a aferrarse a las viejas creencias — o a retener la VERDAD que cambia la vida?