Marcos 16:18 dice, “Tomarán en las manos serpientes , y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” Este versículo contiene la promesa de Dios de proteger a Su pueblo (aquellos que El ha llamado a hacer la Obra de predicar el evangelio) en situaciones peligrosas que van más allá de sus habilidades en poder controlar. Esta no es una orden a que uno mismo se ponga en peligro.
Un ejemplo de la protección de Dios en una circumstancia como esta es encontrada en Hechos 28:1-6. Mientras el juntaba madera para hacer una fogata, el Apóstol Pablo fue mordido por una serpiente (“víbora”). Es importante saber que el no estaba delberadamente tocando la serpiente. Esto pasó como un accidente inesperado. Dios milagrosamente intervino y protegió a Pablo, como El habia prometido.
Hacer algo peligroso o tomar riesgos, y esperar la protección de Dios es contrario a lo que Cristo enseñó. El declaró en Mateo 4:7, “No tentarás al señor tu Dios.” El estaba reprendiendo a Satanas, después de que Satanas habia tratado de persuadirlo a que El se echara del “pináculo del templo.” Satanas habia torcido el significado de la escritura (una de sus favoritas estratagemas), a fin de que Cristo pecara.