“Es literalmente imposible ser una mujer”, estas palabras provienen de la exitosa película “Barbie”. La frase es el comienzo de un monólogo que describe las muchas dificultades que enfrentan las mujeres hoy en día: “Siempre tenemos que ser extraordinarias, pero de alguna manera siempre lo hacemos mal”.

“Nunca debes envejecer, nunca ser grosera, nunca presumir, nunca ser egoísta, nunca caer, nunca fallar, nunca mostrar miedo, nunca pasarse de la raya. ¡Es demasiado difícil! ¡Es demasiado contradictorio y nadie nos da una medalla ni las gracias! Y resulta que no sólo estás haciendo todo mal, sino que también todo es culpa tuya”.

El personaje concluye: “Estoy tan cansada de verme a mí misma y a todas las demás mujeres preocupándose para agradarle a la gente”.

Si bien la verdad de estas palabras está abierta a discusión, una cosa es cierta: El panorama de la feminidad hoy en día es confuso y difícil.

Una canción escrita para la película tiene un tema similar y se titula, “¿Para qué fui creada?” La letra se centra en una mujer que no conoce su propósito en la vida. La cantante, que tenía 21 años cuando la escribió, termina la canción ansiando el día en que sabrá la respuesta a esa pregunta.

Una película que habla de la feminidad claramente tuvo eco entre el público de todo el mundo. “Barbie” recaudó 1.45 mil millones de dólares en todo el mundo. “¿Para qué fui creada?” ganó el Oscar a la mejor canción original.

No tomes esto como un respaldo rotundo para ir a ver esa película o escuchar esa canción. Sin embargo, ambas revelan que las mujeres de hoy están realmente tratando de entender las cosas.

El monólogo de “Barbie” también resalta un rasgo claramente femenino. Las mujeres suelen presionarse mucho para cumplir con lo que ellas mismas perciben que es la feminidad. Quieren sobresalir en sus trabajos, ser madres perfectas, estar delgadas, pero también sanas y mantener la casa limpia y ordenada — todo ello mientras lo hacen parecer sencillo.

Para las adolescentes, esas presiones pueden ser el deseo de obtener notas excelentes, encajar en la escuela, tener una piel perfecta, ser la primera en la banda, ser una estrella en el equipo de atletismo o en cualquier otro lugar donde quiera ser “la mejor”.

Al igual que los adultos, estas presiones hacen que muchas jóvenes se sientan ansiosas y abrumadas, y es evidente. Casi una cuarta parte de las adolescentes presentan síntomas de depresión, según la Asociación de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos. Además, a mitad de la adolescencia, las jóvenes tienen el doble de probabilidades de desarrollar trastornos en el estado de ánimo que los varones.

¿Qué acerca de ti? Con todas las expectativas que los demás tienen acerca de ti — y que tú pones sobre ti misma — ¿cómo lo manejas? ¿Por dónde deberías empezar?

Dios no quiere que ninguna mujer se sienta abrumada o como si no estuvieran a la altura. Por eso, Él deja claro en la Biblia lo que significa ser una mujer.

Similitudes y diferencias

A menudo, las discusiones acerca de hombres y mujeres se centran en las diferencias entre los sexos, pero esto puede oscurecer el asunto. Hay muchas más similitudes de las que se ven a simple vista.

Génesis 1:27 es fundamental aquí, “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.

Dios creó a todos — hombres y mujeres — a su imagen. Su propósito es reproducirse y tener hijos e hijas nacidos en su familia divina.

Esto es lo que Él dice que sucederá a quienes sigan su camino, “Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso” (II Cor. 6:18).

Gálatas 3:28 enfatiza eso entre los cristianos, “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.

A Dios no le importa si eres hombre o mujer. Él quiere forjar su carácter en ti — todas las cosas que conforman quién y qué es Él. Esto incluye amor, misericordia, bondad, coraje, fortaleza y sabiduría.

A pesar de algunas similitudes entre los sexos, existen claras diferencias. Dios creó “varón y mujer”, dos géneros distintos. Teniendo en cuenta esto, ¿cuáles son algunos rasgos distintivamente femeninos? Muchos responderían cosas como ser protectora, sensible, dulce, comprensiva, gentil, cálida, pasiva, cooperativa, expresiva…

Hay algo de verdad en estos estereotipos. Sin embargo, las mujeres no son un monolito — en el que cada una de ellas sea una copia exacta de la otra. Así como las mujeres físicamente vienen en todo tipo de formas y tamaños, lo mismo es cierto mentalmente y con respecto a sus personalidades.

Algunas de ustedes son más deportistas y otras más aficionadas a la lectura. Algunas pueden disfrutar de ser realmente “femeninas” y les encanta vestir de rosa. Algunas pueden ser más atléticas y tener gustos más discretos. Cualquier combinación de estos intereses, gustos y disgustos está bien. ¡Eso es lo que hace que tú… seas tú!

Sin embargo, junto con esta libertad de individualidad, Dios quiere que las mujeres enfaticen ciertas características que Él les inculcó en la creación.

Fuerza interior, gracia exterior

En Proverbios 31, la Biblia define a “la mujer ideal”. El versículo 10 dice: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”.

“Virtuosa” puede significar fuerte, eficiente y capaz — y una mujer con ese carácter vale mucho más que las piedras preciosas. El resto del capítulo detalla a ese tipo de mujer en acción.

El versículo 11 dice: “El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias”. Esta mujer está casada, pero eso no significa que su ejemplo no pueda aplicarse a ti, como adolescente. Para sacar más provecho de estos versículos, debes preguntarte, “¿Cómo llegó ella a este punto?”

Ella cultivó sus intereses: El versículo 13 dice, “Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos”. La mujer virtuosa descubrió que tenía interés en la moda y la sastrería y trabajó duro para cultivar esa habilidad. Para ti, busca cuáles son tus intereses y haz lo mismo. Podría ser la escritura, el diseño de sitios web, la enfermería o mil cosas más. Busca especialmente habilidades que puedas usar para ayudar a los demás.

Ella desarrolló confianza en sus habilidades: “Ve que van bien sus negocios” (vs. 18). No te subestimes. Si has dedicado mucho tiempo a un área de especialización, compártelo con confianza con los demás. Si no compartes tu trabajo, estás privando a los demás de tus habilidades y de todas las lecciones que puedes aprender de la retroalimentación constructiva. Sin embargo, una mujer virtuosa evita jactarse de sí misma (I Cor. 13:4), y en cambio permite que la “alaben en las puertas sus hechos” (Prov. 31:31).

Ella aprendió a cuidar de los demás: El versículo 20 dice, “Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso”. Busca cualquier lugar donde puedas ayudar a otros. Puede ser un compañero de clase que tiene dificultades para entender pruebas geométricas, un nuevo compañero de trabajo al que puedas ayudar a sentirse más cómodo en su nuevo puesto o ayudar a una anciana a limpiar su casa.

Ella desarrolló fuerza física y mental: El versículo 17 dice, “Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos”. No evites estar físicamente activa. Considera hacer algunos ejercicios con el peso corporal o incluso un poco de levantamiento de pesas. La fuerza física no solo te dará confianza — tu ropa te quedará mejor — sino que también te da más energía para que puedas ser más trabajadora. Para desarrollar la fortaleza física también es necesario desarrollar la fortaleza mental.

El versículo 30 ayuda a resumir la mujer de Proverbios 31 y revela posibles dificultades: “Engañoso es el encanto y la belleza no dura; pero la mujer que teme al Eterno será grandemente alabada” (Nueva Traducción Viviente). Tú debes esforzarte para ayudar a los demás y tener un aspecto bien arreglado, pero ten cuidado con tus motivaciones. Hacer cosas simplemente para obtener elogios y eclipsar a los demás es un camino que conduce al vacío y la insatisfacción. En cambio, esfuérzate por llevar una vida piadosa. Dios se asegurará de que recibas elogios apropiados a su debido tiempo.

Hay muchas más lecciones que puedes aprender de la mujer de Proverbios 31. Lee cada versículo y pregúntate qué hizo ella para llegar al lugar donde está. Incluso puedes incluir a tu madre o amigas en la discusión.

Otras cualidades esenciales

Tito 2:4-5 exhorta a las mujeres cristianas mayores a acoger a mujeres más jóvenes bajo su protección para ayudarlas.

Sin embargo, esta instrucción también puede aplicarse en sentido inverso. Mujeres jóvenes, asegúrense de preguntar a las mayores cómo ser una mejor mujer. Una pregunta puede ser, “¿Qué le hubiera gustado saber cuándo tenía mi edad y que nadie le dijo?”

Los versículos 4-5 dicen que las mujeres jóvenes deben “amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”.

Observe que gran parte de esto se centra en los roles del hogar. Esto no anula todo lo que se dijo anteriormente acerca de la mujer virtuosa de Proverbios 31. Sin embargo, recuerde que Dios creó a la humanidad a su imagen para reproducirse a sí mismo. También ordenó a todos “fructificad y multiplicaos” (Gén. 1:28). Para decirlo con delicadeza, “multiplicarse” requiere matrimonio.

Ser “sobria” significa ser moderada y razonable. Especialmente cuando son jóvenes, es fácil dejarse llevar a los extremos en la vestimenta y el comportamiento. Pedir consejo a mujeres mayores puede ayudarte a controlar esos impulsos.

Aun no tienes esposo ni hijos, pero busca ser cariñosa con tu familia y con los niños pequeños en tu vida. Amar solo significa preocupación sincera por los demás. ¿Cómo puedes cuidar mejor a quienes te rodean?

Ser “discreta” es similar a ser sobria. ¿Cómo puedes tener más autocontrol? Esto puede ser tan simple como dedicar tiempo a trabajar en una habilidad productiva en lugar de ver compulsivamente otro programa de televisión.

Aunque aún no tienes tu propia casa para ser “cuidadosa de tu casa”, ¿cómo luce tu habitación? ¿Cuidas tus pertenencias? ¿Estás haciendo tu parte en las tareas domésticas junto con tus padres y hermanos?

No te dejes engañar por la frase “sujetas a sus maridos”. Aunque Dios les dice a las mujeres que se sujeten a sus maridos, observa lo que Él requiere de los hombres: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efe. 5:25).

Puedes aprender a someterte en las relaciones que tienes ahora. ¿Cuán obediente eres a tus padres, maestros y empleadores? ¿Cuán obediente eres al vivir el camino de Dios?

Este pasaje también menciona la cualidad de ser “buenas”, esa palabra tiene mucho significado. Significa útil, agradable, placentero, alegre, excelente y honorable. Echa un vistazo a ti misma. ¿Dónde estás exhibiendo estas características? ¿En qué áreas puedes mejorar?

Esta es solo una breve introducción a Tito 2:4-5. Sigue estudiando estos versículos y busca formas de cultivar esas características en tu vida ahora. Usa un diccionario bíblico para aprender la definición de cada palabra y pídele a Dios que te ayude a desarrollar esas cualidades.

Busca a otras

Vale la pena repetirlo: Busca mujeres en tu vida a las que puedas admirar. Busca especialmente damas justas que han pasado muchos años viviendo el camino de Dios. Ellas pueden ser tu fuente de conocimiento y ayuda. Por supuesto, apóyate en tu mamá. Aunque a veces te sientas frustrada con ella, entiende por lo que estás pasando mucho más de lo que te imaginas.

También se pueden encontrar ejemplos piadosos de verdadera feminidad en la Biblia.

Por ejemplo, Lidia era una emprendedora exitosa que vendía tinte púrpura para la ropa — un color que usaban principalmente las personas ricas. Ella se destacó por ser hospitalaria con los apóstoles y otros cristianos (Hechos 16:14, 40).

En el Antiguo Testamento, Rebeca mostró una bondad increíble. Mientras esta jovencita estaba sacando agua de un pozo, un hombre le pidió un poco de agua para él. Ella rápidamente lo hizo y dijo que también daría de beber a sus diez camellos (Gén. 24:16-20).

Esta historia revela que Rebecca era atlética e increíblemente generosa. Un camello sediento puede beber hasta 110 litros de agua en una sola vez, lo que significa que es posible que tuviera que sacar 1.100 litros de agua. Supongamos que sacaba quince litros cada vez, cada uno de los cuales habría pesado alrededor de 15 kilos. ¡Eso significaría que lo hizo 75 veces!

María, la hermana de Moisés y Aarón, era compositora (Éxo. 15:20). Tabita era conocida por “abundar en buenas obras” (Hechos 9:36), pues hacía muchas túnicas y vestidos para los hermanos (vs. 39). Junias era muy estimada entre los apóstoles (Rom. 16:7).

Profundiza en la historia de cada una de ellas y pregúntate cómo llegaron al punto de ser destacadas en las Escrituras. ¿Cómo puedes llegar a ser más como estas impresionantes damas?

Recuerda siempre que no estás sola. Apóyate en el ejemplo y consejo de otras. Recuerda que Dios también está de tu lado.

Cuando das un paso atrás y consideras todo lo hay en este artículo, hay mucho involucrado con la verdadera feminidad. La cita anterior puede parecer cierta: “Es literalmente imposible ser una mujer”. Es un desafío, pero no es imposible.

Comienza a aplicar lo que aprendiste. Ahora mismo, puedes desempeñar un papel importante y positivo en tu familia, en tu congregación y en tu comunidad. Las cualidades piadosas que se encuentran en Proverbios 31, Tito 2 y a través de toda la Biblia te ayudarán a entender mejor la feminidad y a convertirte en una mujer fuerte, sabia y compasiva.