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¿Dónde está la Iglesia de Dios hoy?
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Jesús dijo: “Edificaré mi Iglesia”. Hay una sola organización que enseña toda la verdad de la Biblia, y es llamada a vivir por “cada palabra de Dios”. ¿Usted sabe cómo encontrarla? Cristo dijo que:

  • Enseñaría “todas las cosas” que Él ordenó
  • llamaría a los miembros a ser apartados por la verdad
  • Sería una “manada pequeña”
Acerca del Autor
Photo of David C. PackDavid C. Pack 

Fundador y Pastor General de La Iglesia de Dios Restaurada, Editor en jefe de la revista La Plena Verdad, y voz del programa El Mundo por Venir, David C. Pack ha llegado a muchos millones de personas en todo el mundo con las verdades más poderosas de la Biblia — desconocidas por casi todos. Él es autor de 80 libros y folletos, estableció personalmente más de 50 congregaciones, y apareció como invitado en The History Channel. El Sr. Pack asistió al Colegio Ambassador en Pasadena, California, entró al ministerio de la Iglesia de Dios Universal en 1971, y fue entrenado personalmente por su fundador, Herbert W. Armstrong.

La Cena De Bodas

Creciente confusión — ¿Dónde y cuándo?

por David C. Pack

Durante la década pasada, la teoría de que la “cena de bodas” es en el cielo se ha hecho popular y ha sido ampliamente aceptada entre muchos del pueblo de Dios. No obstante, contrario a lo que algunos puedan enseñar, la Biblia no dice esto. He aquí la prueba.

La Biblia predice las bodas del Cordero, seguidas por la cena de bodas, después que los santos nazcan en la Familia de Dios como seres espirituales. El que estos eventos ocurran, y en algún punto después la Primera Resurrección, no está sujeto a debate, puesto que esto está predicho de manera explícita. Lo que sí se debate entre las personas de la séptima era es el tiempo y la ubicación exactos de estos eventos proféticos.

Herbert W. Armstrong no pasó tiempo enfatizando cuándo y dónde tendría lugar la cena de bodas porque la Biblia no aborda de manera directa estas preguntas. Él entendió claramente que lo más importante para nosotros es vivir nuestras vidas de una forma que asegure nuestra presencia en este evento — rindiéndonos a Dios y edificando Su carácter santo y justo. Desatender el gran conjunto de verdad restaurada de Dios reducirá la probabilidad de que usted sea parte de la cena de bodas — pero que nosotros sepamos la ubicación o el tiempo exacto no será un factor.

Quedar atrapados en la falsa doctrina, tales como las teorías modernas sobre la cena de bodas, ¡puede y probablemente afectará si usted estará allí!

La idea de una cena de bodas en el cielo nació en Pentecostés de 1981, y comenzó con un pastor en el este de St. Louis, Illinois (ahora en el estado de Washington). Este hombre lidera uno de los ministerios en audio más populares actualmente orientados a la profecía. Al Sr. Armstrong le fue informado que este hombre había predicado su teoría sin permiso y él le dijo a Servicios Ministeriales que le instruyeran al hombre que dejara de enseñar esta idea y que se disculpara.

Como una nota aparte, el Sr. Pack les dijo a los autores de este artículo que él se vio involucrado en este asunto en Búfalo, Nueva York, cuando uno de los “discípulos” de este hombre predicó esta idea ahí mientras estaba de vacaciones visitando a sus familiares. El Sr. Pack llamó a Servicios Ministeriales y le fue asegurado que el autor de la idea sería reprendido y el ministro visitante envió una disculpa escrita que fue leída desde el púlpito. Note que el originador de la idea es el mismo hombre que primero predicó que el Elías final no era el Sr. Armstrong, sino uno de los Dos Testigos. (Para entender la relevancia que rodea a este gran rol profético del tiempo del fin, y quién lo cumplió, lea nuestro libro Yo os envío a Elías y restaurará todas las cosas.)

La falsa doctrina se desarrolla

El concepto de la cena de bodas celebrada en el cielo ganó impulso poco después de la muerte del Sr. Armstrong. Aunque ellos no fueron los primeros en introducirlos, los líderes apóstatas que lo sucedieron aprovecharon las teorías de la cena de bodas, usándolas sutilmente para condicionar a los hermanos a aceptar la teología de “ir al cielo”. Esto encajó perfectamente con su agenda doctrinal para promover la idea de que tan pronto como los santos sean resucitados a la vida espiritual, ellos proceden hacia el cielo para la cena de bodas.

A lo largo del final de los 1980s y principio de los 1990s, los apóstatas usaron esto (consciente o inconscientemente) como una punta de lanza para importar doctrinas protestantes cuidadosamente elaboradas. En retrospectiva, sus ideas fueron introducidas en incrementos por etapas — hasta que la mayoría de los hermanos compraron sus conceptos y se permitieron ser guiados de vuelta al falso “cristianismo” del mundo.

Después que los apóstatas presentaron la teología completamente desarrollada de que las “personas van al cielo cuando mueren”, no hubo más uso para esta doctrina de transición de “la cena de bodas en el cielo”. No obstante, el tema aún ocupa un lugar preponderante para algunos que recuerdan la emoción generada cuando estuvo sobre la mesa por primera vez.

Un enfoque apropiado

Antes de que estas especulaciones se afianzaran, el énfasis había estado correctamente en calificar para ser parte de la Primera Resurrección. El Sr. Armstrong sabiamente evitó cualquier especulación sobre lo que los santos estarían haciendo inmediatamente después de ser transformados en seres espirituales. La Biblia no es clara respecto a este asunto — y por una buena razón.

Los defensores de estos errores en realidad admiten que la Palabra de Dios no es explícita respecto a dónde van los santos inmediatamente después de la Primera Resurrección. Es verdad que algún tiempo sí transcurre entre la Primera Resurrección y la “batalla del gran día de Dios Todopoderoso” (Apo. 16:14-16; Zac. 14:1-2), cuando Cristo y Sus santos vencen a los ejércitos reunidos que se oponen a Su Regreso.

Sin embargo, cada detalle de las capacidades e itinerarios de estos seres espirituales recién nacidos no necesita ser revelado. La Biblia no está llena con el “quién, qué, dónde, cuándo, por qué y cómo” de cada elemento.

Veremos que la Biblia no enseña en ninguna parte que la cena de bodas sea en el cielo. El caso será claro para aquellos que examinen todas las escrituras que aplican a este tema.

Algunos detalles están más allá de nuestra comprensión como seres humanos físicos y no tienen ningún propósito en prepararnos para la salvación eterna, en entrenarnos para ser sacerdotes, jueces y reyes en el reino de Dios, o darnos poder para hacer la Obra. Aunque ahora estamos limitados en cuanto a nuestras percepciones, nos es asegurado un entendimiento pleno al tiempo de nuestra transformación: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido” (I Cor. 13:12).

Hay ciertos temas que Dios ha elegido no revelar: “Las cosas secretas pertenecen al Eterno nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Deu. 29:29). Nosotros somos responsables de actuar de acuerdo con el conocimiento y entendimiento que Dios nos ha revelado. Pasar tiempo especulando sobre lo que Dios no ha revelado es verdaderamente un ejercicio fútil.

Algunos, entonces, pueden preguntar por qué produciríamos un artículo sobre este tema. La razón es que muchos del pueblo de Dios se han confundido en cuanto a una serie de eventos proféticos, así como en cuanto a la secuencia en que ocurren. En otras palabras, la teoría de la cena de bodas en el cielo es la punta del iceberg — un catalizador que hace que las personas se desorienten proféticamente. Este artículo aclarará esa confusión y expondrá las muchas doctrinas falsas que la rodean.

Como se mencionó, durante los últimos años, muchos han especulado sobre el “cuándo y dónde” de la cena de bodas. Un ministro de mucho tiempo, que servía cuando el Sr. Armstrong aún vivía, ahora se opone abiertamente a él en este y otros asuntos. Este ministro está involucrado en el desarrollo de esta enseñanza, mientras reclama estar cumpliendo con la admonición de “crecer en gracia y… conocimiento” (II Pedro 3:18).

Mantenga en mente que el razonamiento empleado por estos teoristas modernos es terriblemente complejo. A fin de sostener su posición, ellos deben torcer, voltear y masacrar numerosos detalles proféticos y otros pasajes. En un sentido, el lector encontrará que ellos construyen una casa de cartas que no puede permanecer en pie bajo un examen minucioso. Luchar contra sus errores exige que primero presentemos sus ideas erróneas, antes de proceder a desenmascararlas usando escrituras claras.

A lo largo de este artículo, mantenga en mente Isaías 28:9-13. Este pasaje nos amonesta que la verdad de la escritura es revelada por otras escrituras “mandato sobre mandato… línea sobre línea… un poquito allí, otro poquito allá”, a fin que aquellos cuyas mentes no sean abiertas a entender, tropiecen en su búsqueda de soluciones. Aquellos quienes están “destetados”, o son espiritualmente maduros (I Cor. 3:1-2), han de buscar la verdad siguiendo estas instrucciones, permitiéndole a la Biblia interpretarse a sí misma.

Debido a que el laberinto de falsas doctrinas individuales que constituye esta herejía en general es tan complejo, se requiere una refutación larga y detallada. A fin de ser inoculado en contra de esta teoría, el lector debe tomarse el tiempo para leer el artículo completo a fondo.

Entendamos. Este artículo cubre un tema difícil — de hecho, uno hecho mucho más difícil de lo que alguna vez debió ser debido a las muchas circunvoluciones de pensamiento inventadas para proponer una falsa teoría. Si la primera mitad del artículo parece difícil de entender, tome aliento. Reconozca que estamos tratando de simplificar algo hecho innecesariamente complejo. Por tanto, sea paciente con la manera en que el tema es abordado, sabiendo que la niebla se levanta en la segunda mitad del artículo.

Para aquellos que realmente quieren captar cada matiz de este tema, más de una lectura puede ser necesaria.

Una referencia directa

La cena de bodas, la cual sigue a las bodas de Jesucristo con la Iglesia, es descrita de manera específica sólo en Apocalipsis 19:7-9: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”.

¡Versículos poderosos, en verdad! Ellos constituyen la única referencia directa a este glorioso evento venidero.

(En este artículo, hacemos un punto para referirnos a las bodas del Cordero en conexión con la cena de bodas. Interesantemente, aquellos que se suscriben a las teorías modernas de la cena de bodas rara vez mencionan las bodas en sí mismas.)

Aspectos de la Cena de Bodas de las parábolas

Repasemos ahora otros pasajes relacionados con la cena de bodas, y cómo estas escrituras son interpretadas por algunos en los dispersados. La cena de bodas es aludida en dos parábolas separadas. La Iglesia de Dios siempre ha entendido que el propósito de las parábolas no es hacer una doctrina más clara, sino, en cambio, esconder el significado de aquellos no llamados en este tiempo (Mat. 13:10-17). En verdad hay significado en estas dos parábolas.

Considere Lucas 14:16-24. Aunque esta parábola habla de una gran cena, no especifica que sea una cena de bodas. El enfoque aquí es que, debido a que fallaron en comprender el magnífico honor que les estaba siendo ofrecido, los invitados rechazaron la invitación a esta ocasión trascendental. Ellos recurrieron a hacer excusas para no asistir. El dueño de la casa estuvo justificablemente molesto, y buscó sustituir invitados para llenar los asientos vacíos. Aquellos que fueron invitados originalmente, les fue prohibida una consideración futura.

Esta parábola ilustra grandemente el llamamiento cristiano. La cena de bodas podría fusionarse con su significado, puesto que ser llamado y escogido eventualmente lleva a ese evento. La parábola tiene significado especial para aquellos llamados en la era actual — las primicias. Tristemente, la mayoría fracasa en reconocer el profundo significado de esta parábola, y la seriedad de su llamamiento.

Lucas 14 es considerado a menudo como un resumen de la más extensa parábola expresada por Cristo y registrada en Mateo 22. Sin embargo, publicaciones que armonizan los libros del evangelio, tales como Una armonía de los evangelios por John H. Kerr, no los consideran relatos paralelos.

Luego, lea Mateo 22:1-14 en su totalidad.

Entienda esto. Esta parábola no afirma, o siquiera implica, que la cena de bodas tiene lugar en el cielo. El énfasis principal es que muchas personas son llamadas a estar en el reino de Dios, pero pocas responden realmente a este llamamiento. Pocas se comprometerán a desarrollar el carácter justo y piadoso (simbolizado por la indumentaria de bodas), y así, pocos son considerados dignos por Dios para compartir la cena.

Como se enfatizó en Lucas 14, muchos de los invitados tomaron a la ligera la invitación a este evento, haciendo excusas por su ausencia. Mateo 22 incluye un elemento diferente — los invitados quienes conspiraron para matar a algunos de los siervos del rey. Este es un pensamiento sobrio, ¡que algunos llamados inicialmente (como invitados) puedan en realidad recurrir a asesinar a los siervos del rey (Dios)!

Luego los invitados suplentes fueron llamados para remplazar aquellos que no habían deseado asistir, otro elemento es presentado: Uno de los invitados de remplazo carecía de atuendo de bodas, y fue echado fuera como resultado. Si esta parábola fuera una referencia a la cena de bodas en el cielo — y no lo es — ¿podría alguien que no está calificado para asistir, convertirse en un ser espiritual y ascender hasta el trono de Dios en el tercer cielo? No. Sólo aquellos quienes habían calificado serían transformados en seres espirituales — ¡todos los otros serían incapaces de ascender hasta ahí en primer lugar! Aquellos que malinterpretan la parábola de esta manera pierden el punto.

Aunque esta parte de la parábola no es mencionada al “tomar el caso”, algunos tratan de explicar la presencia del hombre sin el atuendo de bodas conjeturando que él debió haber sido uno de los demonios de Satanás, dado que ellos aparentemente tienen acceso al cielo (Job 1:6; I Reyes 22:20-23). Pero considere. Si el hombre sin el traje de bodas fuera, de hecho, un demonio, ¿entonces por qué Dios se referiría a él como “amigo”? Dios jamás se referiría a un espíritu maligno como “amigo”. ¡Dios dice lo que quiere decir y quiere decir lo que dice!

Además, Apocalipsis 12:7-13 muestra que Satanás y sus demonios son “arrojados a la tierra” en algún punto mucho antes al Regreso de Cristo. A ellos no se les permite regresar al cielo después de este evento: “ni se halló ya lugar para ellos en el cielo” (vs. 8).

Predeciblemente, cuando están acorralados por la lógica y la escritura, los defensores de la teoría de la cena de bodas recurren a teorías adicionales. En este caso, es probable que ellos respondan: “Ésta es una parábola. No puede ser comparada con lo que tendrá lugar en cada aspecto”. Ellos deben responder de esta manera porque, al ser tomada de manera literal, la parábola refuta sus posiciones.

Ciertos principios espirituales de nuestro llamamiento cristiano, los cuales finalmente llevan a ser parte de la Primera Resurrección y de esta gran fiesta, son evidentes en esta parábola. Apreciar nuestro llamamiento y nunca tomarlo a la ligera, así como apoyar (en vez de atacar u oponerse) a los siervos y representantes de Dios, es crucial. Una preparación intensa y tener un “atuendo de bodas limpio” es vital. Calificar implica prepararse y hacerse más digno de ese honor.

Éstas son las lecciones que podemos — ¡y debemos! — tomar de estas parábolas. Pero, una vez más, ellas no describen las bodas del Cordero ocurriendo en el cielo.

A la séptima trompeta

A fin de entender y apreciar plenamente el contexto de la cena de bodas, debemos preguntar primero: “¿Cuándo tendrá lugar la Primera Resurrección?”

Primero leamos I Corintios 15:51-52: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”. Nuestra transformación a seres espirituales incorruptibles ocurre al sonar de la última trompeta. Por supuesto, esto es básico.

Ahora note I Tesalonicenses 4:15-17: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

Estos versículos muestran claramente que la resurrección ocurre en la última trompeta, al regreso de Cristo. Esto es imposible de perder.

Más información sobre la Primera Resurrección es revelada en Mateo 24: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (vs. 30-31). Aquí, vemos que a medida que Cristo aparece en las nubes, Él envía a Sus ángeles a “reunir” a los escogidos — los santos que están en el sepulcro, junto con el remanente que sobreviva hasta el final de la era. Una vez más, esto ata la resurrección de los santos con la última trompeta.

Las trompetas resumidas

Luego, para establecer cuándo suena la séptima trompeta, necesitamos una visión general para apreciar el orden de los eventos.

En Apocalipsis 6, los primeros cuatro sellos (a menudo se refiere a los “cuatro jinetes de Apocalipsis”) son presentados, seguidos por el quinto sello (la Gran Tribulación y el martirio de la era final del pueblo de Dios) y el sexto sello (señales en los cielos, acompañadas por un gran terremoto).

El séptimo sello es discutido en Apocalipsis 8:1-2: “Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas”.

El séptimo y final sello consiste de las siete trompetas o trompetas de plagas. Las primeras seis de las trompetas son discutidas en los capítulos 8 y 9, resumidas aquí:

(1) Una tercera parte de los árboles y la vegetación es quemada

(2) Una tercera parte del mar se convierte en sangre

(3) Una tercera parte de los ríos y el agua fresca es envenenada

(4) Una tercera parte de la luz del sol, la luna y las estrellas es disminuida

(5) El primer ay: el imperio romano revivido ataca al antiguo bloque comunista de Rusia y China

(6) El segundo ay: el antiguo bloque comunista de naciones contraataca al revivido imperio romano

La séptima trompeta viene a continuación. Ésta es mencionada primero en Apocalipsis 11:15: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”.

Recuerde la referencia en I Tesalonicenses 4:16: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo…” Lo que el ángel parece gritar son las palabras registradas en Apocalipsis 11:15.

Capte este aspecto clave: La séptima trompeta incluye las últimas siete plagas, conocidas colectivamente como el tercer ay. Una vez más, la séptima trompeta (“la última trompeta”) es el tiempo de la Primera Resurrección.

Al cubrir los versículos que preceden a Apocalipsis 11:15, podemos ver cómo estos eventos se unen.

Tomemos el relato de los Dos Testigos en los versículos del 11-14: “Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto”.

(Como un punto de interés, uno de los principales defensores de especulaciones respecto a que la cena de bodas ocurre en el cielo afirma que las palabras específicas de la “voz de arcángel” en I Tesalonicenses 4:16 son la instrucción: “subid acá” (Apo. 11:12). Esto es absurdo, ya que estas palabras están obviamente dirigidas “a ellos” — los dos testigos que acaban de resucitar a la vida — en oposición al mundo entero o aun a los santos alrededor de todo el mundo.)

Note cuidadosamente que los Dos Testigos son resucitados antes del sonar de la séptima trompeta (la cual anuncia la Primera Resurrección de los santos). Ésta es una resurrección física: “entró en ellos el espíritu [griego: pneuma, el cual también puede ser traducido “aliento”] de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies” (Apo. 11:11). El “Espíritu de vida” es equivalente al “aliento de vida”, mencionado en Génesis 2:7: “Entonces el Eterno Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente [hebreo nephesh o ‘criatura que respira’]”.

Contraste esto con el dramático cambio instantáneo a espíritu: “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (I Cor. 15:52-53).

Después que la voz ordena a los dos testigos “subid acá”, Apocalipsis 11:12 muestra que “subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron”. Justo como Enoc y Elías fueron tomados a otra ubicación para su protección, los Dos Testigos serán tomados a la atmósfera para que no sean asesinados nuevamente. La Biblia no especifica dónde serán protegidos. Sin embargo, el tiempo entre su resurrección física y el sonar de la séptima trompeta parece ser muy corto, poco más de un día, después del cual los Dos Testigos serán incluidos en la gloriosa Primera Resurrección.

Note que el versículo 14 anuncia que “el tercer ay [que es la séptima trompeta] viene pronto”.

Por lo tanto, la Primera Resurrección en la séptima trompeta ocurre después de la resurrección física de los Dos Testigos.

Las últimas siete plagas o copas de ira

Recuerde que la séptima trompeta comienza con las siete últimas plagas. Debemos examinar éstas ahora.

Apocalipsis 15 presenta siete ángeles en el cielo preparándose para derramar las siete últimas plagas sobre la tierra. El capítulo 16 continúa la secuencia de eventos: “Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios” (vs. 1). He aquí un resumen de estas últimas siete plagas:

(1) Úlceras malignas sobre aquellos que tengan la marca de la bestia y adoren su imagen (vs. 2)

(2) Los mares se convierten en sangre (vs. 3)

(3) Los ríos y las aguas dulces se convierten en sangre (vs. 4)

(4) El calor del sol quema la tierra (vs. 8)

(5) Plaga de tinieblas sobre el poder de la bestia (vs. 10)

(6) Ejércitos reunidos en Meguido para pelear contra Cristo (vs. 12-16)

(7) Última plaga; gran terremoto y granizo; completa la ira de Dios: “Hecho está” (vs. 17)

Todas estas plagas son trastornos catastróficos, a medida que la ira completa de Dios es derramada. Note Apocalipsis 14:10: “…la ira de Dios, que ha sido vaciado puro” (griego: sin diluir). También, Moffat traduce Apocalipsis 15:1 de la siguiente manera: “las últimas plagas… consuman la ira de Dios”.

Note las diferencias distintivas en estas plagas de las anteriores plagas de las trompetas, las cuales reflejan principalmente una ira medida de Dios que ocurre en tercios, o en proporciones de un tercio. Las últimas siete plagas de Dios son la medida completa de la ira de Dios sobre aquellos que continúan en rebelión.

La sexta de las últimas plagas muestra a los ejércitos reuniéndose para la batalla, pero la batalla en sí misma no es mencionada aquí. Necesitamos prestar especial atención a la sexta plaga examinando Apocalipsis 16:12-16. Los ejércitos de los reyes de oriente quienes cruzan el río Éufrates seco en el versículo 12. (Este es un evento totalmente diferente, en un momento diferente, del registrado anteriormente en Apo. 9:13-16.)

El pasaje continúa describiendo poderes demoniacos convocando a los reyes de todas las naciones para movilizar sus ejércitos y su moderno armamento militar en contra de la llegada de Cristo y sus ejércitos, para prepararse para la Batalla de ese Gran Día de Dios Todopoderoso. El versículo 15 es un inserto, la advertencia general de Cristo para que el pueblo de Dios esté preparado y urgentemente vigilante esperando Su Regreso. El versículo 16 muestra la ubicación donde los ejércitos se estarán reuniendo, en el Valle de Jezreel, cerca de la colina de Meguido. (Esta batalla es a menudo referida de manera falsa como la Batalla de Armagedón. Para aprender más, lea nuestro artículo “¿Qué es Armagedón?”)

Tome nota. Aquellos que enseñan que la cena de bodas es en el cielo, afirman que la séptima y última plaga ocurre antes de la Batalla del Gran Día de Dios Todopoderoso. Puesto que Apocalipsis 16 no menciona específicamente la batalla, ellos van a otros pasajes que la describen para probar que la batalla tiene lugar después de las últimas siete plagas. (Repasaremos algunos de estos pasajes posteriormente.)

Algunos pueden preguntarse ¿por qué la batalla no es mencionada explícitamente en Apocalipsis 16? Una razón es que el tema de este pasaje que describe las últimas siete plagas (copas de ira) está confinado a resumir cada una de estas plagas. Para explicar la batalla con detalles requeriría una cantidad desproporcionada de espacio, y así, la batalla es cubierta con detalle en escrituras posteriores.

Suponer, como lo hacen estos teóricos, que la batalla seguirá a la séptima y última plaga es absolutamente ilógico. Considere lo que tiene lugar durante la última plaga: “El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande” (Apo. 16:17-21).

Después del más grande terremoto desde que los hombres han estado sobre la tierra, que causará que las ciudades de las naciones caigan y causen que las islas y las montañas desaparezcan, el conglomerado de ejércitos difícilmente podría tomar su equipo, ¡mucho menos pelear una batalla! Si esto no fuera suficiente, un gran granizo, con bloques pesando alrededor de 120 libras cada uno, tampoco ayudaría a la situación. Quizá algunos de los tanques fuertemente blindados y las semiorugas puedan soportar el granizo, pero al 90% restante del ejército no le iría muy bien. Lanzadores de cohetes, lanzadores de misiles, armas láser y otro equipo moderno de alta tecnología no podría hacer frente a un aluvión de granizo masivo y aún permanecer activo. La explosión final de la ira de Dios es tan decisiva que es ridículo pensar que una fuerza de combate podría soportar tal embate y aún poder unirse a las filas y luchar una batalla. De hecho, las voces que salen del cielo a medida que esta última plaga comienza, resumen el tema con las palabras: “Hecho está”. Los últimos vestigios de la resistencia del hombre hacia Dios son aplastados con esta plaga. Esto también termina el Día del Señor.

¡Es imposible que una batalla pueda seguir inmediatamente después de esta plaga!

Considere un poco más de lógica: Si las siete copas representan la plenitud — finalización — de la ira de Dios contra toda la resistencia humana, ¿por qué una batalla final, que verdaderamente es la culminación de la ira de Dios, tendría lugar después de las últimas siete plagas? En otras palabras, después de estos siete eventos, tal batalla sería innecesaria.

¿Cuándo se afirma Cristo sobre el Monte de los Olivos?

Continuemos construyendo el escenario de los acontecimientos que rodean el retorno de Cristo.

Como se mencionó, en el capítulo 16 de Apocalipsis, leemos de la movilización de los ejércitos para pelear contra Cristo, pero una descripción de la guerra real no es incluida ahí. Zacarías 14:1-5 provee más detalles de la batalla y ayuda a aclarar el orden en que ocurren estos eventos.

El versículo 1 menciona el Día del Señor viniendo, el cual es el contexto del tiempo que estamos discutiendo. Luego en el versículo 2, leemos de la reunión de los ejércitos de todas las naciones cerca de Jerusalén para la batalla, tal como leemos en Apo. 16:12-14. El versículo 2 también muestra a Jerusalén bajo ataque por estos ejércitos. En el versículo 3, leemos del Señor (el Eterno, que es Cristo) avanzando y peleando contra estos ejércitos “como en el día de la batalla”. Por lo tanto, en el versículo 3, la batalla está en progreso. El versículo 4 muestra que Sus pies se afirman ese día en el Monte de los Olivos. En el mismo marco de tiempo general, vemos el terremoto tener lugar. Esto está discutiendo el más grande terremoto registrado en la historia, como vimos en Apo. 16:19: “Y la gran ciudad (Jerusalén) fue dividida en tres partes…” Finalmente, Zacarías 14:5 describe algunos de los que huyen de este terremoto.

En resumen, Zacarías 14 coincide que la Batalla del Gran Día de Dios Todopoderoso ha sido concluida por la realización de la séptima plaga.

Cómo algunos tuercen la secuencia de Zacarías 14:1-5

En Zacarías 14:3, leemos: “Después saldrá el Eterno y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla”.

Algunos han tomado esta frase “como cuando Él peleó en el día de la batalla” y lo aplicaron específicamente al día largo de Josué, como está registrado en Josué 10:12-14. Los milagros que ocurrieron durante el día largo de Josué, fueron increíbles, como se resumen en el versículo 14: “Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido el Eterno a la voz de un hombre; porque el Eterno peleaba por Israel”. La razón por la que los revisionistas se refieren al día largo de Josué es que grade granizo cayó en ese tiempo y también está profetizado a caer al tiempo de la última séptima plaga. Al afirmar un paralelo con Zacarías 14:3, la última séptima plaga es hecha sonar entonces como si ya hubiera ocurrido antes que Cristo atacara a aquellos que estuvieran reunidos para resistir Su regreso.

¡Este es un intento de hacer una conexión entre dos eventos completamente separados que no tienen relación alguna con los otros! La secuencia de la batalla en Josué simplemente no se compara con los eventos de la séptima trompeta. Aunque cayó granizo antes de la batalla durante el día largo de Josué, esto no significa que el granizo de la última séptima plaga deba ocurrir antes de la Batalla del Gran Día de Dios Todopoderoso.

Esta reinterpretación de Zacarías 14:3 requiere de abundante explicación por parte de los defensores de la teoría — quienes usan una estrategia teológica y saltos irracionales en la lógica para cambiar el orden cronológico de los eventos.

Suponga que el granizo cayó antes de la batalla. En este caso, no quedaría nadie para pelear excepto demonios, puesto que la abrumadora mayoría de todos los seres físicos en la línea de fuego no sobrevivirían. Cualquiera que lo hiciera habría tenido que refugiarse en cuevas — no obstante, ¡durante el tiempo del más grande terremoto de todos los tiempos, las cuevas no serían un lugar sabio para esconderse, tampoco! Los argumentos superficiales de los especuladores requieren que nadie se atreva a hacer preguntas como ‘qué si’, puesto que ya están en la cuerda floja.

Como ya se señaló, el versículo 3 es la prueba más fuerte de que la Batalla del Gran Día de Dios Todopoderoso ocurre antes de terminar la última plaga. Note que, en este versículo, leemos: “Después saldrá el Eterno y peleará”. Aquí, la batalla está en progreso.

El versículo 4 muestra que Jesucristo se afirmará sobre el Monte de los Olivos el mismo día de la batalla. El Monte se partirá en dos durante el gran terremoto, el cual ocurre después de su llegada. Como se mencionó anteriormente, este terremoto es el más grande en la historia del hombre.

Otro punto vital para mostrar que Cristo se afirmará sobre el Monte de los Olivos durante el marco de tiempo de la última séptima plaga se encuentra en la siguiente escritura: “…Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero” (Apo. 14:9-10).

Esto muestra que estos individuos no sólo han de ser consumidos por fuego, sino que cualquiera que lleve la marca de la bestia ha de beber de la ira de Dios “en la presencia del Cordero”. Cristo verdaderamente estará presente en la tierra mientras la última plaga cumpla la ira de Dios. Si Él no se afirmara en el Monte de los Olivos sino hasta después de que la séptima plaga fuera cumplida, entonces los versículos previos serían incorrectos.

Cuando todos los versículos relevantes son puestos juntos, es obvio que la comparación con el día largo de Josué es una cortina de humo usada para alterar la secuencia de los eventos. Pero aquellos que aceptan el claro significado de la Escritura pueden evitar ser engañados por las sutiles maniobras.

¿Están presentes los santos en el cielo durante la ceremonia de coronación en Daniel 7?

Los detalles de Daniel 7 son a menudo malentendidos como representando a los santos apareciendo delante del Padre en el cielo para recibir posiciones de autoridad con Cristo. Ahora examinamos cuidadosamente lo que este capítulo realmente revela respecto a los santos recibiendo su recompensa.

Los teóricos modernos señalan correctamente que Cristo viene al trono del Padre para recibir dominio sobre la Tierra. Sin embargo, reflejando la teología protestante, ellos concluyen que los santos también deben venir al cielo para recibir su recompensa en lo que ellos llaman “ceremonia de coronación”.

Los siguientes versículos muestran explícitamente que Cristo fue traído directamente a la presencia del Padre para recibir Su dominio. Observamos la coronación de Cristo en Daniel 7:13-14: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre [Cristo], que vino hasta el Anciano de días [el Padre], y le hicieron acercarse [a Cristo] delante de él [el Padre]. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”.

El término “venía” en el versículo 13, donde Cristo viene al Anciano de Días (el Padre), se deriva del término caldeo metah (#4291 del Strong) e implica “ser encontrado presente”, también significa “venir” o “alcanzar”.

Moviéndonos a los versículos 21-22, vemos que “vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos…” En este caso, la palabra “vino” se deriva del término caldeo athah (#858 y #857 del Strong). Aquí, significa “llegar” o “traer”. El contexto de los versículos 21-22 muestra que el Anciano de Días (en este caso, Jesucristo) “llegó”, en el sentido de intervenir desde el cielo a nombre de los santos que estaban siendo dominados, o sometidos, por el cuerno simbólico.

Puesto que el cuerno, representando al papado, estaba dominando contra los santos hasta que el Anciano de Días “vino” para darles juicio, ellos obviamente estaban sobre la tierra — ¡los santos no podrían estar sujetos a la opresión del cuerno si estuvieran en el cielo!

Concluir que los santos reciben dominio del Padre de la misma manera que lo hace Cristo requiere otro salto extremo en la lógica. Esta serie de versículos no implica, ni remotamente, que los santos fueran traídos alguna vez a la presencia del Padre, antes o después que se les da dominio (su recompensa).

Los mal guiados “maestros” de las teorías de la cena de bodas creen que la “Ceremonia de coronación” es seguida inmediatamente por la cena de bodas — en el cielo.

La verdad de cuándo y dónde reciben los santos su recompensa es aclarada en una parábola dada por Cristo, comenzando en Lucas 19:11: “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente”.

Luego, en el versículo 12, Jesús comenzó a explicar Su propio rol: “Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver”. Este versículo se compara con Su aparición ante el Padre para recibir Su dominio — una coronación que precede al Regreso de Cristo a la tierra.

Luego, antes de dejarles, Jesús les dio asignaciones a Sus siervos, como se registra en el versículo 13: “Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo”.

Luego, en el versículo 15, Cristo regresa: “Aconteció que vuelto él, después de recibir [tiempo pasado] el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno”.

Los versículos 16-17 describen entonces a Cristo recompensando a Sus siervos de acuerdo con sus obras: “Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades”.

Esta parábola nos muestra claramente que Jesucristo trae las recompensas con Él a Su Regreso — esto no ocurre en el cielo.

Un versículo más confirma este entendimiento: He aquí que el Eterno el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro” (Isa. 40:10). Una vez más, esto está hablando de Cristo, que regresará a designar gobierno de acuerdo a cuánto se hayan aplicado y hayan crecido Sus siervos.

Referirse a las escrituras relacionadas a menudo aclara la incertidumbre con un versículo en particular. Pero aquellos que se niegan a hacer esto, y en cambio eligen la especulación imprudente, se entrelazan en confusión.

El regreso triunfante de Jesucristo

Como se mencionó, la Segunda Venida de Cristo, siendo el momento más crítico de la historia, es un evento demasiado importante de cubrir en Apocalipsis 16 como uno de los sub-puntos de las últimas siete plagas. Por lo tanto, permanece como una razón por la que Juan fue inspirado a registrar una descripción separada y detallada.

Ahora nos enfocamos en Apocalipsis 19:11-16 y la entrada triunfal de Cristo y los santos: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.

Antes de continuar, necesitamos reconocer que la Escritura no documenta cada aspecto de lo que sucede a los santos inmediatamente después de la resurrección. Entre estos eventos, hay una ventana de tiempo en el que la Biblia es simplemente silenciosa. Esto ha llevado a muchos a especular sobre de la posibilidad de que los santos resucitados vayan al tercer cielo inmediatamente después de su cambio. Aquellos que lo hacen apuntan al período indefinido de la resurrección hasta el tiempo en que Cristo y los santos entran a la Batalla del Gran Día de Dios Todopoderoso. Este lapso de tiempo parece ser algunos días, y coincide con las primeras cinco de las últimas siete plagas.

Aquellos que enseñan que la cena de bodas es en el cielo, también creen que ésta ocurre durante las últimas siete plagas. Apocalipsis 15:8 es usado para respaldar esta teoría. Ellos reclaman que la declaración “y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas…” significa que la coronación, la boda y la cena de bodas están teniendo lugar durante este tiempo.

Esto no tiene sentido por diversas razones.

Primero, la escritura simplemente no dice que los santos y Cristo, así como el Padre, estén encerrados en el templo durante este tiempo. Esto no está ahí.

Segundo, ya leímos Apocalipsis 14:10, el cual explica que la ira de Dios es “derramada… en la presencia del Cordero”. Esto no podría ser verdad si Cristo estuviera en el templo celestial.

Tercero, entendemos que la Batalla del Gran Día de Dios Todopoderoso tendrá lugar durante la conclusión de estas plagas. Entonces, ¿cómo podrían Cristo y los santos estar encerrados en el templo mientras al mismo tiempo pelean contra aquellos que se oponen a Su Regreso?

Cuarto, ¿podría alguien creer honestamente que este tipo de celebración maravillosa está teniendo lugar al mismo tiempo que Dios está completando — cumpliendo — “pura” — Su ira sobre la humanidad rebelde?

Consideremos ahora el asunto más urgente que presiona sobre Cristo y los santos en los pocos días entre la resurrección y la batalla.

En Judas 14, leemos de los santos que constituyen los ejércitos que siguen a Cristo: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares”. Note también lo que muestra Salmos 149:5-9 respecto a la guerra que los santos ayudarán a llevar a cabo: “Regocíjense los santos por su gloria, y canten aun sobre sus camas. Exalten a Dios con sus gargantas, y espadas de dos filos en sus manos, Para ejecutar venganza entre las naciones, y castigo entre los pueblos; para aprisionar a sus reyes con grillos, y a sus nobles con cadenas de hierro; para ejecutar en ellos el juicio decretado; gloria será esto para todos sus santos”.

Puesto que los santos han de tener parte en esta gran batalla climática, podemos especular que alguna preparación puede ser necesaria antes de participar en tal evento. Aunque el hecho de ser transformados a seres espirituales será un salto cualitativo en entendimiento y capacidad, cierto grado de preparación podría aún requerirse para este evento. En Malaquías 4:2, se nos muestra que los seres espirituales son capaces de crecer y aprender.

Cristo y Sus santos deben preocuparse porque Satanás use esta batalla climática como una oportunidad para generar tanta destrucción sobre la tierra como sea posible. Deben tomarse medidas para restringir tales designios, a medida que el enemigo es sometido. Los santos literalmente “destruirán a los que destruyen la tierra” (Apo. 11:18).

En cualquier caso, la batalla venidera precederá a la boda y a la cena de bodas, que naturalmente ocurrirán después que la victoria final esté asegurada. Aun la distribución de las recompensas a los santos individuales puede ser retrasada hasta después de la batalla. En ninguna parte de la Biblia encontramos que una celebración ocurre antes de alcanzar la victoria.

Piense sobre las implicaciones de la cena de bodas tomando lugar mientras Satanás aún está influenciando a la humanidad y desolando la tierra. Pregúntese: ¿Tendría sentido que Cristo y Sus santos estuvieran en el cielo celebrando mientras Satanás aún está causando estragos en la tierra?

Las bodas del Cordero: En el contexto de Apocalipsis 19

Continuemos con la “lógica” que se utiliza para afirmar que la cena de bodas es en el cielo. Como se mencionó, Apocalipsis 15:8 es usado para afirmar que los santos y Cristo son encerrados en el templo. En esta explicación, el capítulo 16, el cual describe las últimas siete plagas, es grandemente ignorado; la secuencia humanamente revisada de eventos salta hasta el principio de Apocalipsis 19. Una vez más, algunos tuercen el tiempo, enseñando que la boda y la cena que le siguen tienen lugar antes de la batalla que es descrita en la segunda mitad del capítulo.

Los teóricos señalan que en Apocalipsis 19, los versículos del 7 al 9 hacen referencia a la boda y a la cena de bodas antes del relato del Regreso de Cristo y la Batalla de Armagedón, en los versículos del 11 al 21.

Examinemos el versículo 6: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!”

Al momento de esta alabanza en el cielo, Cristo ya está reinando sobre la tierra. El término usado para “reinar” (o “reina”) es la palabra griega basileuo, que simplemente significa gobernar como un soberano o rey. En este caso, un tiempo del verbo imperfecto (que denotaría algo inminente en el transcurso del tiempo) no es implicado. Cuando los seres angelicales alaban a Cristo, ¡él ya está reinando!

Este “estruendo de muchas aguas” continúa en los versículos 7-9: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”.

Analicemos la declaración “porque han llegado las bodas del Cordero…” ¿Significa esto que la ceremonia de boda ya está en proceso en ese tiempo — o, significa que es una certeza inminente aún por ocurrir?

Aquí, el verbo griego para “llegado” puede aplicar, y a menudo aplica para el tiempo imperfecto, el cual puede denotar un evento continuo o algo que es inminente — que sucederá en el futuro.

El significado deseado para la palabra “llegado (o llega)” es revelado al compararlo con Apocalipsis 11:14: “El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto”. “Viene” es idéntico a la palabra “llegado” que se encuentra en Apo. 19:7. En ambos casos, el término griego es del #2064 de Strong, erchomai e ilustra un evento inminente — ¡uno que aún no ha ocurrido! Al tiempo en que esto es expresado en el cielo, las bodas casi han llegado, pero aún no están en curso.

Habiendo ya establecido que, en este punto, Dios (Cristo) ya estaba reinando (vs. 6) y que las bodas eran un evento a tener lugar en el futuro inmediato (vs. 7), ¡no es posible que las bodas del Cordero y la cena de bodas subsiguiente pudieran haber precedido el comienzo del reinado de Cristo sobre la tierra!

Aun cuando el tiempo exacto de la cena de bodas no es revelado de manera explícita, cuando ocurra, Cristo ya estará reinando sobre la tierra.

Interpretación errónea de Levítico 23

Como se mencionó, estos defensores reconocen que el libro de Apocalipsis no es específico en cuanto a lo que ocurre con los santos tan pronto como son resucitados. Sin embargo, ellos afirman que esto es aclarado en Levítico 23 — diciendo que esta es “la clave” para entender el tema.

El hecho que las primicias en el Plan de Dios fueran simbolizadas por las dos hogazas mecidas y presentadas a Dios al tiempo de Pentecostés, lleva a los promotores de la doctrina reciente a concluir que el tiempo de la cosecha de las primicias, y por tanto de la Primera Resurrección, ocurrirá al tiempo de Pentecostés. Examinaremos si sus ideas son bíblicas.

Primero leamos Levítico 23:9-11 en relación a la ofrenda de la gavilla mecida: “Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante del Eterno, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá”.

El versículo 17 ordena la ofrenda de las dos hogazas mecidas de pan, hecho con levadura. Éstas representan a las primicias en el Plan de salvación de Dios. Una de estas hogazas se entiende correctamente que representó a los patriarcas, siervos y profetas del Antiguo Testamento, que constituyen la Iglesia del Antiguo Testamento. La segunda hogaza representaba a la Iglesia del Nuevo Testamento. Ambas hogazas eran horneadas con levadura, simbolizando que estos siervos humanos no estaban libres de pecado, aunque sí estaban en el proceso de vencerlo.

La palabra “mecida” en relación con la ofrenda de la gavilla mecida viene del término hebreo nuwph, que significa “vibrar de arriba abajo” o “mecer de aquí para allá”. Este término también puede significar “levantar, mover, cribar, golpear o mecer”. Los promotores de la teoría de la cena de bodas enfatizan que el término “mecer” significa “levantar” y rechazan las otras definiciones posibles. La definición de Strong respalda claramente el entendimiento de que “mecida” puede significar simplemente “mecer”.

Los teóricos atan la idea de las hogazas mecidas siendo “elevadas” con su errónea suposición de que los santos son elevados al cielo en la resurrección.

Las creativas suposiciones que los defensores modernos sacan de esta ceremonia de ofrenda de la gavilla mecida se basan en traducciones de términos que son, en el mejor de los casos, ambiguos.

Además, los defensores de estas nuevas teorías no hacen énfasis en la Ley de Dios siendo dada en el Sinaí en Pentecostés, o el Espíritu Santo siendo dado en este día para la Iglesia del Nuevo Testamento. En cambio, ellos enfatizan su idea que la cosecha de las primicias — que comparan con la Primera Resurrección — junto con las bodas del Cordero y la cena de bodas (en el cielo), todas deben ocurrir durante Pentecostés.

Esto representa un giro totalmente nuevo en el significado de los Días Santos — uno nunca enseñado en la Iglesia de Dios cuando estaba en el carril durante la era de Filadelfia. Ellos no sólo reinterpretan el tiempo de los cumplimientos proféticos, sino también relegan todos estos eventos a un solo día — ¡y al día equivocado!

Para llegar a sus conclusiones, los revisionistas rechazan muchos otros aspectos de la profecía — y el significado de los otros Días Santos.

Los Días Santos y el Día del Señor

El Día del Señor comienza a la primera trompeta. Los promotores de la teoría de la cena de bodas en el cielo coinciden con la Escritura de que la Fiesta de Trompetas comienza las plagas de las trompetas. Sin embargo, olvidando la duración del Día del Señor, ellos proceden a enseñar que éste termina casi ocho meses más tarde, en Pentecostés.

La verdadera Iglesia por mucho tiempo ha entendido que el Día del Señor dura un año completo, usando el principio de un día por un año en Ezequiel 4:6 y Números 14:34. También note: “Porque es día de venganza del Eterno, año de retribuciones en el pleito de Sion” (Isa. 34:8; vea también 61:2; 63:4).

También se ha entendido por mucho tiempo que, a diferencia de los Días Santos de primavera (incluyendo Pentecostés), los Días Santos de otoño representan eventos proféticos que aún han de ocurrir. La Fiesta de Trompetas es una celebración de triunfo en el evento futuro que representa — el Regreso de Cristo al sonido de la séptima trompeta, que coincide con la Primera Resurrección.

Puesto que los Días Santos de otoño representan eventos futuros, es lógico que la Fiesta de Trompetas esté directamente relacionada con el sonido de las trompetas y el cumplimiento de las plagas de las trompetas. Puesto que el Día del Señor fue entendido que durará un año completo, naturalmente, no todas las siete plagas de las trompetas ocurrirían en la Fiesta de Trompetas. Sin embargo, se entiende que la primera y la séptima trompeta ocurrirán en ese Día Santo, con un año de diferencia.

Si el Día del Señor verdaderamente comienza al sonido de la Primera Trompeta, éste finalizaría en ese tiempo también — es decir, la séptima trompeta sería sonada en ese día precisamente un año después. Pregúntese: ¿No ocurriría la séptima trompeta — por mucho la más importante de las siete — en la Fiesta de Trompetas?

A fin de promover sus nuevas ideas, los defensores de la doctrina de la cena de bodas, en efecto, remueven la Fiesta de Trompetas de su propósito destinado, reduciéndolo a una “Fiesta de plagas” y eliminando el elemento esencial del Regreso de Cristo.

Aunque un corto período de tiempo transcurrirá desde el sonar de la séptima trompeta hasta la finalización de las últimas siete plagas, estos eventos podrían ser completados posiblemente por el Día de Expiación, diez días más tarde. La razón por la que la duración de cada una de las últimas siete plagas sería tan breve es que el efecto acumulativo de estos desastres borraría la vida vegetal, animal y humana de la tierra si continuara por mucho tiempo. Recuerde, ésta es la medida completa de la ira de Dios, pero Él limita la duración de estas severas plagas a fin de preservar las vidas de la fracción de la humanidad que sobrevive hacia el milenio. Estas plagas sirven para un propósito crucial de traer la satánica, inflexible e impenitente resistencia humana a su fin.

Por mucho tiempo ha sido entendido por la Iglesia que Satanás muy probablemente será atado en el Día de Expiación. Después de todo, la Pascua fue verdaderamente cumplida en la Pascua del 31 d.C. Cristo ascendió en el día de la gavilla mecida. Casi 1.475 años antes, Israel comenzó a salir de Egipto en el primer día de Panes sin Levadura. E Israel salió de Egipto completamente en el último día de Panes sin Levadura. Esto definitivamente muestra un patrón de los cumplimientos finales de los Días Santos ocurriendo en los días que representan esos eventos. En vista de esto, es perfectamente razonable esperar que estas trompetas cruciales (la primera y última) ocurran en la Fiesta de Trompetas.

Si Satanás fuera verdaderamente puesto fuera en el Día de Expiación, poco después del Regreso de Cristo en la Fiesta de Trompetas, el camino estaría despejado para un tiempo de paz a ser establecido sobre la tierra. Los sobrevivientes de todos los traumáticos eventos del tiempo del fin sólo reducirán al diez por ciento de la humanidad.

Según todas las indicaciones, los sobrevivientes se reunirán para guardar la Fiesta de Tabernáculos, como lo vemos en Zacarías 14:16. (Es interesante notar que esta reunión es descrita justo después que Cristo ha derrotado a aquellos que resisten Su Regreso.)

Sólo como un punto de interés, encontramos que el patrón bíblico para la duración de la fiesta de bodas es siete días (Jueces 14:2, 10, 12). ¿Es simplemente una coincidencia que la Fiesta de Tabernáculos dure siete días también?

La Biblia no es clara en cuanto al tiempo específico de las bodas del Cordero y la cena de bodas subsiguiente. Sin embargo, sabemos por Apocalipsis 19:6-7 que este evento ocurrirá después que Cristo comience Su reinado sobre la tierra. Podría ser el caso que esto ocurriera en la misma primera Fiesta de Tabernáculos después que Satanás haya sido restringido.

Por supuesto, el remanente de la humanidad aún estaría aturdido por el Día del señor y el trauma de las guerras, los terremotos y otros desastres. Además, la logística para organizar la Fiesta de Tabernáculos sería ordinariamente imposible, pero ahora en las manos más capaces, rápidamente puede hacerse realidad. Recuerde, la Fiesta de Tabernáculos fue celebrada originalmente en moradas hechas de ramas de árbol; una fiesta que siga de cerca a tiempos tan traumáticos puede necesitar moradas temporales similares.

Note cómo Cristo trata compasivamente con estos sobrevivientes cansados en este tiempo: “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios… Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas… El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan al Eterno tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isa. 40:1, 11, 29-31).

El punto aquí es que, muy probablemente, las bodas y la cena de bodas ocurrirán muy pronto después del Regreso de Cristo — pero definitivamente no antes de que Él domine la rebelión humana y ponga otros asuntos en orden, como los revisionistas modernos nos quieren hacer creer.

El tiempo del pacto de matrimonio con el antiguo Israel

Algunos dicen que las bodas del Cordero (Cristo) con los santos resucitados ocurrirán en Pentecostés, en base a la suposición de que Cristo se casó con el Israel antiguo en Pentecostés. Esto necesita ser aclarado.

Algunos puntos deben ser considerados respecto al pacto de matrimonio original entre Cristo y el Israel antiguo, el cual tuvo lugar cerca del tiempo de Pentecostés en el 1443 a.C.

Tres días antes de que la Ley fuera dada en el Monte Sinaí, el siguiente relato tuvo lugar: “Y Moisés subió a Dios; y el Eterno lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que el Eterno le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que el Eterno ha dicho, haremos. Y Moisés refirió al Eterno las palabras del pueblo” (Éxo. 19:3-8).

Tres días más tarde, Dios dio los Diez Mandamientos desde el Monte Sinaí — las bases del pacto que Israel debía mantener. Sin embargo, no fue sino hasta uno o más días después de que la Ley fue dada en Pentecostés que el pacto fue confirmado. Esto es mostrado claramente por el relato en Éxodo 24:3-8: “Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras del Eterno, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que el Eterno ha dicho. Y Moisés escribió todas las palabras del Eterno, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel. Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz al Eterno. Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que el Eterno ha dicho, y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que el Eterno ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas”.

La confirmación real del Antiguo Pacto ocurrió después del Día de Pentecostés — no en ese día. Por tanto, esto no puede ser usado para probar que las bodas serán en Pentecostés.

Vistiendo lino blanco

Ciertos otros hombres proclaman que los ejércitos de Apocalipsis 19:14 están regresando de la cena de bodas. Puesto que los ejércitos están vestidos de “lino fino, blanco y limpio”, los revisionistas asumen que estas vestimentas blancas son los atuendos de bodas.

Primero, esto haría parecer que el Regreso de Cristo con los santos es simplemente un acontecimiento de último momento, que sigue a la más crucial y central cena de bodas. ¿Se acercarían los ejércitos casualmente a la batalla aún vestidos con ropa de bodas? Además, usar esto como prueba de que ellos ya han estado en una fiesta de bodas implica que estarían vestidos de manera diferente el resto del tiempo. ¿Afirma la Biblia, o siquiera insinúa, que este lino fino es vestido sólo en la fiesta de bodas?

Apocalipsis 15:6 muestra que los ángeles que derramen las últimas siete plagas están vistiendo lino blanco y puro. El ángel que apareció a Daniel en Daniel 10:5 vestía lino, también. En Ezequiel, el ángel que puso una marca sobre la frente de aquellos quienes gemían y clamaban también vestía este mismo atuendo de lino (9:2, 3, 11; 10:2, 6, 7). Los 24 ancianos en el Trono de Dios en el cielo también están vestidos de blanco (Apo. 4:4). Aun el atuendo usado por Dios el Padre (el Anciano de Días) es definido como “blanco como la nieve” (Dan. 7:9). Debería ser claro que la ropa blanca de lino no es exclusiva para la fiesta de bodas.

El significado del lino blanco fino es afirmado claramente: “…porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Apo. 19:8). Note lo que dice Apocalipsis 3:4-5 en relación al significado de las ropas blancas: “Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas…” En estos versículos, las vestiduras blancas se relacionan con estar sin mancha, con ser digno y haber vencido. Esto suena mucho como la justicia de los santos, como se mencionó.

El escenario

Algunos insisten en que la cena de bodas debe ser en el cielo porque los alrededores más inspiradores e inmaculados se encuentran ahí. Pero ellos olvidan el milagro que Dios realizó en el Monte Sinaí, como se registra en Éxodo 24:9-11: “Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron”.

Aquí vemos que las bodas y la cena de bodas podrían ocurrir posiblemente en el mar de vidrio (vea Apo. 4:6) sin tener que estar en el cielo. La gloria de los alrededores de Dios puede, hasta cierto grado, ser traída a la tierra cuando sea necesario. El Cristo glorificado estará aquí y será absolutamente capaz de proveer lo que sea necesario al tiempo de Su boda.

Otros diversos errores

Además, estos teóricos modernos se aferran a varios otros errores doctrinales. Una revisión de las escrituras relacionadas con la secuencia de los eventos que rodean la Primera Resurrección y la cena de bodas revela otras suposiciones igualmente erróneas.

Uno de los errores involucra la duración de la séptima plaga de las trompetas. Ellos reconocen que la quinta plaga de la trompeta dura cerca de cinco meses, como Apocalipsis 9:5 lo afirma de manera explícita, “que los atormentasen cinco meses…”, durante los cuales el poder de la bestia ataca al bloque oriental de naciones. El siguiente evento involucra el contrataque (Apo. 9:12-21). Los versículos 14-16 mencionan el tiempo a medida que la batalla comienza: “diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates. Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número”.

Tras leer estas escrituras, una nueva escuela de pensamiento sobre la cena de bodas asume que toda la sexta plaga de las trompetas dura sólo una hora. Sin embargo, el versículo 15 señala el tiempo preciso, la hora precisa, cuando este contrataque comienza — no la duración.

Considere por un momento. Si la batalla durara sólo una hora, la guerra habría terminado antes que la vasta mayoría de los soldados de campo siquiera tomaran sus posiciones. Sí, la guerra moderna puede suceder rápidamente. Sin embargo, es irracional concluir que un ataque por un lado podría dominar o deshabilitar al enemigo por cinco meses, mientras el contraataque derrota a los atacantes originales en sólo una hora. Estas personas también dicen que el mismo contraataque de una hora destruye todas las principales ciudades de la tierra — ¡ridículo!

Otro error del principal teórico de la cena de bodas involucra una distorsión del impacto acumulativo de las plagas de las trompetas. Él siente que — a pesar de las calamidades, guerras y plagas, tales como que el cuarto sello habiendo ya matado a la cuarta parte de la humanidad, y la sexta plaga de las trompetas (guerra) haya matado a un tercio de la humanidad — la principal causa de muerte durante el tiempo de estas plagas (sinónimas del Día del Señor) sea la disminuida producción de alimento debido a que la luz del sol sea reducida a un tercio, entre otros factores.

Él toma esta posición en parte porque aplica Ezequiel capítulo 5 (que dice que un tercio morirá de hambre) a toda la humanidad. Lo que él falla en comprender es que este capítulo se refiere específicamente a las naciones modernas de Israel, como se indica por contexto en Ezequiel 3:17 y en el capítulo 4 (versículos 3-5, 13). En el capítulo 5, Israel también es mencionado en el versículo 4, y luego en el capítulo 6 versículos 2, 3, 5 y 11. Estos capítulos claramente no aplican a toda la humanidad. Además, las muertes causadas por el hambre dentro del Israel moderno han de ocurrir a principios de la Tribulación, mucho antes del Día del Señor (que él erróneamente supone que es el marco de tiempo de este capítulo).

Debemos preguntar: Si los defensores de la teoría de la cena de bodas están errados en los asuntos más periféricos, ¿sobre qué base podría alguien esperar que ellos estén remotamente correctos en sus ideas centrales?

“Antes de la cena de bodas”

Finalmente, debemos considerar Lucas 12:36, el cual podría ser mal utilizado por algunos para justificar la idea de que la cena de bodas precede al Regreso de Cristo. Dice así: “y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida”.

La palabra traducida “de” en la frase “regrese de las bodas” es traducida de la palabra griega apo (#575 del Strong). Ésta también puede ser traducida “antes”, como es traducida en Juan 13:19: “Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy”. Este término griego también es usado en este sentido — denotando un evento antes de otros en la secuencia de tiempo — en I Corintios 4:5 y Gálatas 2:12. Aplicando esta misma traducción a Lucas 12:36, la frase clave se torna más plausible: “regrese antes de las bodas”.

También note: “Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles” (Lucas 12:37). Si la cena de bodas ya ha tenido lugar, entonces ¿quiénes son estos siervos a quienes Cristo está regresando?

El punto principal de esta parábola se relaciona directamente con la “manada” de Cristo (vs. 32) que es vigilante y “vela” por Su Regreso, calificando para estar en la Primera Resurrección y, así, tener parte en la cena de bodas. Si las bodas y la cena de bodas ya hubieran tenido lugar antes de Su Regreso, entonces esto está terriblemente fuera de secuencia. La idea de que Cristo regresa de la cena de bodas no tiene sentido.

Este patrón de razonamiento imperfecto, de especulación errónea y masacre de escrituras claras ofrece amplia evidencia del “espíritu de error” (I Juan 4:6) que está obrando.

El enfoque correcto

Ahora llegamos al punto de partida para echar un vistazo al gran cuadro.

En Hechos 17, leemos de un grupo de personas “religiosas” en Atenas, una ciudad descrita como “entregada a la idolatría” (vs. 16). Ellos tomaron un enfoque filosófico para adorar a sus dioses, y esto llevó a cierta mentalidad: “Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo” (vs. 21).

Aunque nos es instruido crecer en conocimiento (II Pedro 3:18), esa búsqueda es sólo una parte del objetivo principal de un cristiano — edificar carácter santo y justo. Algunos llegan a ver el cristianismo sólo como una acumulación diaria de conocimiento, en vez de una calificación diaria para gobernar con Cristo. Esto produce vanidad intelectual, y, si no se controla, esta tendencia finalmente llevará a “adorar en el altar de sus propias mentes”. Inevitablemente, aquellos enredados en este tipo de enfoque equivocado se permiten a sí mismos ser completamente sacados del Camino de Dios.

Hablando de nuestra era actual, Pablo escribió: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (II Tim. 4:3-4).

Aquellos que han sido seducidos por falsas doctrinas — ¡fábulas! — respecto a la cena de bodas han perdido de vista esta advertencia: “Mas temo que como la serpiente engaño á Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo” (II Cor. 11:3 – Versión Reina Valera Antigua). ¡La doctrina compleja y poco sólida no viene de Jesucristo!

Si estamos examinando la cena de bodas o cualquier otro tema, debemos hacer todo lo posible por enfocarnos en las cosas que la Palabra de Dios claramente nos lleva a creer y practicar, en vez de especular acerca de eventos sobre los cuales las escrituras no son explícitas. Debemos leer todas las Escrituras desde el punto de vista convertido, guiados por el espíritu de una mente sana (II Tim. 1:7), y tener cuidado de las ideas exóticas de apóstatas, de los enemigos de Dios en los dispersados y de los teólogos mundanos, cuyos ojos y oídos no están abiertos a la verdad.

Nuestro extenso libro “Unge tus ojos” — La advertencia de Cristo a Su pueblo, junto con La Verdadera Iglesia — ¿Una organización o muchas?, explica — en gran detalle — lo que está en juego para los cristianos en esta era que pierden de vista la verdadera doctrina.

Un estudio cuidadoso de las escrituras muestra que las ideas modernas de la cena de bodas pueden ser claramente refutadas. Estudiar estos temas y escrituras sirve como repaso de los eventos proféticos y nos prepara para contrarrestar falsas enseñanzas, tan prevalentes al final de la era.